24. La Abuela y Caperucita agradecieron
al Cazador por rescatarlas.
De nada!
25. La Abuela y Caperucita se
abrazaron y volvieron a la caza
26. El cazador lleno de piedras al
Lobo y lo cosió. Cuando el
Lobo despertó sentía mucha
sed. Se fue a un pozo a beber
agua, pero al agacharse, la
panza le peso y el Lobo acabó
callendo dentro del pozo del
que jamás salió, así todos
vivieron libres y sin
preocupaciones en el bosque.