3. FERMÍN Y LOS TOROS DE PAMPLONA
Había una vez un hombre llamado Fermín al
que le gustaba mucho correr los encierros de
toros en Pamplona.
Fermín era de un pequeño pueblo de
España, y todos los años preparaba la maleta
para irse a Pamplona y estar el 7 de Julio
corriendo el primer encierro.
4. El primer año que fue a esta fiesta tan
popular, que precisamente lleva su
nombre, “Sanfermines“, no sabía que los
toros del encierro eran muy grandes y
corrían mucho.
Fermín vestido de blanco y con el pañuelo
rojo atado en el cuello, ya estaba preparado
para correr el encierro. Toda la gente que
estaba allí, cantaba una típica canción al santo
San Fermín para que les protegiera en el
encierro…, y a los pocos minutos soltaron a
los toros de los toriles.
5. Cuando Fermín vio a los toros y cabestros acercarse
a él, sintió mucho miedo, pues no había visto nunca
antes a unos toros tan grandes, así que se quedó
paralizado de ver a tanta gente corriendo y a los
toros persiguiéndoles.
Fermín se había quedado paralizado en medio de la
calle más peligrosa del encierro, la calle Estafeta.
Justo cuando los toros estaban a punto de
pillarle, un hombre que venía corriendo
rapidísimo, lo cogió del brazo para llevarlo
corriendo tras la barrera.
6. “Muchas gracias amigo, me has salvado de que
me pillaran los toros. No sé que me ha
pasado, no podía moverme del sitio, es la
primera vez que vengo y me ha dado mucho
miedo“, le dijo Fermín al hombre.
“De nada”, dijo el hombre, “pero debes saber
que es muy peligroso correr este encierro, y
sobretodo, debes ser prudente y no poner en
peligro tu vida, ni la del resto de corredores.”
7. Así fueron los primeros Sanfermines de
nuestro protagonista del cuento, que le
sirvieron para aprender a ser prudente y a
tener en cuenta los riesgos que tienen las
cosas. Así, los próximos años vio los encierros,
pero detrás de la barrera, y disfrutó mucho
viendo correr a otras personas que realmente
estaban muy preparadas.
FIN