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Embarazo a temprana edad | Texto argumentativo
Sara Alejandra Londoño
Mayo 2020.
Institución Educativa colegio Loyola para la Ciencia y la Innovación
Medellín-Antioquia
Lengua Castellana
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« Practica el amor a tu cuerpo con hábitos sanos, pero no le rindas culto obsesivo »
Irene Bedmar Martín
Este tipo de embarazo son protagonizados generalmente por adolescentes en edad
escolar. Un embarazo adolescente también es conocido como un embarazo precoz,
concebido en el inicio de la edad fértil y el aumento de hormonas.
También es importante destacar que la mayoría de estos embarazos no son deseados, y
de alto riesgo, ya que la mayoría de niñas se consumen por el pánico y no eligen las
mejores soluciones.
En la mayoría de los casos, los embarazos adolescentes son adquiridos por la práctica
de relaciones sexuales sin información relevante y sin educación sexual. Exponiéndosen
también a enfermedades de transmisión sexual.
Están las personas que dicen que al practicar la relación sexual sin protección lo peor
que te puede pasar no es necesariamente un embarazo y estoy de acuerdo con ello.
Este tema se ha convertido en uno de los principales problemas de mayor importancia
en la educación escolar. Jóvenes que desde muy temprana edad comienzan con su vida
sexual activa sin una buena educación sexual. Y es que realmente pienso que comenzar
con la práctica sexual no es en sí lo malo, lo realmente malo es la desinformación y el
tabú que está puesto sobre este tema. Si en la educación tradicional implementaran desde
los 13 años la sexualidad en todos los aspectos, creo que disminuiría el rango de
embarazos adolescentes. Lo que pasa es que creen que por obtener educación sexual a
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temprana edad ya es “abrir los ojos” como podría decir mi abuela. Y no, esto
simplemente es asegurar la vida del adolescente con información.
Lo que realmente es alarmante en este tema es la gran responsabilidad que tendrían
que adoptar los jóvenes a tan temprana edad, y a eso hay que sumarle la responsabilidad
con la que ya cargaba que era la educación tradicional.
Los efectos y causas que trae iniciar una vida sexual a temprana edad se van reflejando
con el tiempo y tienen repercusiones en el desarrollo biológico, social y psicológico.
Por otro lado también hay que pensar en el bienestar del niño. La mayoría de estos
infantes crecen en un hogar de madre soltera y el padre en su rango mayor de casos no
está presente. Y lo triste de esto es que no es alarmante sino común.
Otro factor es la responsabilidad de un niño que no puede estar cuidado por otro niño,
(valga la redundancia) entonces el mando del infante nacido de una madre a prematura
edad lo toman la mayoría de veces los abuelos, y esto para la madre es obligación doble
por ella y por el niño, dejando atrás sus estudios y lo que le podría garantizar un “buen
futuro”.
« La educación sexual no es algo tan categórico como muchas veces lo quieren poner.
Es una clase para la vida »
Lic. Yamilet López Rodríguez
Creo que el factor más importante para mí en este asunto es la falta de comunicación
constante de los adolescentes hacia los papás. Y volvemos a lo mismo de nuevo.
Volvemos al miedo y al tabú.
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Lo abrumador en todo esto es que ya estamos en el siglo XXI y todavía existen los
casos en que los papás prefieren ignorar el tema antes que aconsejar al hijo a cuidarse y
protegerse de cualquier enfermedad por transmisión sexual o un embarazo precoz.
¡Cuánto podrían cambiar las cosas si existiera más comunicación por parte y parte, de
los adolescentes hacia los padres y viceversa!
Pero, como en la mayoría de casos esto no pasa los adolescentes empiezan a consultar
otras fuentes que a lo mejor no son las indicadas en el momento.
Empiezan a consultar a amigos, al internet, y en su defecto a su pareja, que en mayor
relevancia son los casos impertinentes de adolescentes presionados a tener relaciones
sexuales por su pareja.
Según datos del Banco Mundial el embarazo adolescente ha aumentado un 17% al
20% en los años 1995 al 2012.
Y todos los artículos relacionados a este problema concluyen en lo mismo. “Falta de
educación sexual y falta de idealizarse un proyecto de vida”. Y, aunque se evidencie que
se ha aumentado la educación sexual en la escuela y en centros médicos no alcanza a ser
suficiente, puesto que la taza de porcentaje todos los días aumenta más.
« Actualmente, programas como Más Familias en Acción desarrollan proyectos de
educación sexual para prevenir el embarazo en la adolescencia. Igualmente, el
Ministerio de Salud y Protección Social, y la Alta Consejería para la Equidad de la
Mujer, lanzaron la campaña masiva de comunicación llamada “Por mí, yo decido”, la
cual cuestiona las normas sociales y culturales vigentes que promueven el embarazo a
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temprana edad. »
(Martínez, Revista semana, 2014)
Otro de los factores más importantes es la relación que tienen los embarazos
adolescentes con la pobreza. Una posible explicación para esto es que la mayoría de las
mujeres que tienen bajos recursos se visualizan solamente en un ambiente de maternidad.
Según datos de la Encuesta de Calidad de Vida de 2011, el 60% de las mujeres de 18 a
24 años en pobreza extrema y moderada (Sisben I y Sisben II) están inactivas, es decir
que no estudian, no trabajan y no están buscando trabajo. Esto podría explicar porque su
proyecto de vida podría centrarse sólo en ser mamás a una edad temprana.
“El embarazo adolescente es relevante desde el punto de vista del desarrollo porque
es una manifestación de la falta de oportunidades y porque la maternidad temprana
puede tener implicaciones que fomenten círculos viciosos de pobreza entre generaciones,
exclusión social y altos costos sociales. Atender este reto demandará políticas mejor
diseñadas que tomen en cuenta la complejidad del fenómeno”
López-Calva.
En conclusión creo que si no se deja este tabú hacia la educación sexual se van a
seguir presentando casos que no tienen por qué repetirse. Las madres adolescentes tienen
menos probabilidades de culminar la educación secundaria y que el embarazo
adolescente reduzca los años de escolaridad, la asistencia a la escuela y las horas
laborales. Además, hay estudios que evidencian un mayor riesgo de mortalidad materna,
muerte del feto, mortalidad infantil y suicidio cuando la madre es adolescente.
