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Prefacio
Este libro ofrece una interpretación de la teología anglicana que se
ha cultivado en un ambiente muy particular: durante los últimos
diecinueve años he enseñado en Ripon College, Cuddesdon, en las
afueras de Oxford. Cuddesdon, que solía albergar el palacio de los
obispos de Oxford, ha tenido un colegio teológico desde 1854.
Al visitar la oficina diocesana en Johannesburgo, por ejemplo, me
encontré con el rostro muy familiar de James Buchanan Seaton, en
algún momento rector de la parroquia de St Mary y archidiácono, y
luego director de Cuddesdon, cuyo retrato saludo varias veces al día.
O nuevamente, unos años más tarde, el inspirador y valiente obispo
Duleep de Chickera me invitó a Colombo para dar conferencias al
clero. El predecesor anglo-católico del obispo Duleep, Mark Carpenter-
Garnier, yace enterrado en el cementerio del pueblo. Su topee solar,
completo con banda episcopal púrpura, se encuentra actualmente
en mi oficina como un recordatorio físico del complejo conjunto de
relaciones entre el imperialismo británico, el anglicanismo y mi propia
universidad.
Para un pequeño pueblo de Oxfordshire, es sorprendentemente bien
conocido en la Comunión Anglicana. Cuddesdon College solía
mantener un álbum de fotografías de todos sus obispos, muchos de
los cuales sirvieron como primeros obispos de las nuevas iglesias
anglicanas, que habían comenzado a surgir en todo el mundo en el siglo XIX.
A lo largo de los años, mientras enseñaba historia y doctrina de
la iglesia a futuros clérigos en este peculiar lugar, me he vuelto cada
vez más consciente de cómo las tradiciones de la Iglesia de Inglaterra
fueron remodeladas y reformadas en el siglo XIX, en parte a través
del encuentro con otras culturas y en parte a través de los esfuerzos
por comprender e interpretar el pasado inglés. Este libro es un intento
de llevar esas visiones históricas del siglo XIX a un diálogo con la
historia y la teología de la Reforma y el siglo XVII y también con los
problemas que enfrenta la Comunión Anglicana.
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Chapman, Mark. Teología anglicana, Bloomsbury Publishing Plc, 2012. ProQuest Ebook Central,
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Este Dia. No es una teología sistemática pero es una lectura muy particular
de la teología histórica. Mi lectura de la historia probablemente no atraerá a
todos los anglicanos, pero espero que al menos ayude a los lectores a
reflexionar sobre algunas de las complejidades de la historia y su impacto en
la teología. Mis ideas han sido estimuladas por estudiantes que a menudo
han clamado por una identidad teológica o que han querido saber con
precisión qué representan la Iglesia de Inglaterra y la Comunión Anglicana. Si
bien es posible que este libro no les dé demasiadas respuestas, debería
ayudarlos a comprender por qué el anglicanismo tiene un conjunto de
problemas muy distintivo.
Presentar algunas conferencias sobre teología anglicana en Suiza fue muy
agradable y estimulante. También me gustaría agradecer a quienes leyeron el
texto completo: mis colegas, el obispo Stephen Pickard y Martyn Percy, así
como a mi antiguo estudiante de doctorado Andrew Atherstone. Finalmente,
no estoy seguro de que cuando nos casamos con mi esposa, Linda Collins,
alguna vez esperé la vida extraordinariamente variada y plena que hemos
tenido en Ripon College Cuddesdon y, de hecho, yo tampoco. Pero le
agradezco por soportar ese microcosmos de la historia anglicana. ese es
Cuddesdon, así como conmigo y mis obsesiones, y por mantenernos a ambos
en contacto con el mundo exterior.
marca chapman
El pensamiento detrás de este libro surgió de conferencias en Cuddesdon,
así como de muchas presentaciones, seminarios y charlas que he dado en
muchos lugares diferentes en Inglaterra y en otros lugares: Estoy agradecido
con todos los que me han invitado. Espero haber dicho algo que valga la
pena. Por mi nombre, me gustaría agradecer a la profesora Angela Berlis de
la Universidad de Berna, quien me brindó una cátedra visitante y una gran
hospitalidad en esa hermosa ciudad reformada donde se escribió la mayor
parte del texto en un glorioso clima primaveral.
Prefacio
viii
La fiesta de Richard Hooker, 3 de noviembre de 2011

Capítulo 1
Teología anglicana y algunos
Mitos del anglicanismo
Érase una vez, no había 'teología anglicana'; y tampoco hubo un
fenómeno como el anglicanismo. Hubo, sin embargo, una Iglesia de
Inglaterra, que mantuvo una teología tan vigorosa como las otras iglesias
que surgieron de la Reforma (incluso si tal teología no logró arraigarse en
una cultura universitaria de la misma manera que Alemania). Pero si esta
teología podría describirse como 'anglicana' es otra cuestión completamente
diferente.
Como prueba de la dimensión internacional de la teología inglesa,
Incluso utilizando la definición mínima y más bien banal de anglicano
como sinónimo de "inglés", no está claro que la teología desarrollada por
las principales figuras después de la ruptura de Enrique VIII con Roma
fuera más claramente inglesa que la de Zwingli era suiza o la de Lutero
era alemana. Si bien obviamente había diferencias locales, también es
justo decir que en el siglo XVI, la niebla en el canal aún no había aislado
a Europa continental del discurso teológico, gran parte del cual se llevó a
cabo en la lingua franca internacional del latín. Si bien la teología podría
haber abordado algunos problemas específicamente ingleses, todavía se
definía por su contacto con el gremio internacional de teólogos y
eclesiásticos del continente, algunos de los cuales incluso fueron llevados
a Inglaterra, incluidas algunas de las principales figuras de la Reforma
continental. como el italiano Peter Martyr Vermigli y el reformador de
Estrasburgo Martin Bucer.1 Incluso durante los años isabelinos, cuando
se podría afirmar que los comienzos de una teología distintivamente
inglesa, los principales teólogos, incluido John Jewel, el primer gran
defensor de la teología de 1559 Settlement, mantuvieron una
correspondencia regular con sus homólogos continentales.
1
La niebla en el canal

Se suponía que las iglesias parroquiales comprarían su propia copia
de las Paráfrasis de los Evangelios, el comentario bíblico del gran
humanista Erasmo de Rotterdam . de los debates que dominaron la
discusión teológica en Inglaterra fueron muy parecidos a los que
tenían lugar en el continente. Y los formularios, liturgias y documentos
que se produjeron a partir de la década de 1530 ciertamente no
fueron desarrollos puramente domésticos, sino que estuvieron
profundamente influenciados por ideas protestantes3 que surgieron
más allá de las costas de Inglaterra. La Reforma pudo haber ocurrido
en un contexto nacional,4 pero esos contextos con frecuencia se
fusionaron entre sí.
Y, sin embargo, todavía hay algunos anglicanos contemporáneos
que continúan haciendo tales afirmaciones sobre el pasado: la historia
es importante para los anglicanos, pero esa historia es a menudo el
producto de una mente creativa en lugar de una disciplina científica.
Como demostraré a lo largo de este libro, rastrear el pasado con la
esperanza de encontrar una identidad anglicana escurridiza se
convirtió en una actividad común entre los diferentes partidos que surgieron del
Los mitos sobre una Reforma inglesa pura no mancillada por las
influencias del continente5 se combinan con afirmaciones igualmente
dudosas sobre la continuidad, que consideraban los cambios religiosos
del siglo XVI como poco más que limpiar algunos trastos papistas
medievales para volver a la verdadera iglesia del siglo XVI. apóstoles
que habían sobrevivido más o menos intactos en Inglaterra. Este
enfoque es lo que Diarmaid MacCulloch ha llamado "El mito de la
Reforma inglesa ". o . . . estaba a medias y buscó un camino intermedio
entre el catolicismo y el protestantismo' . 7 Tal mito se encuentra
detrás de la grandiosa afirmación de algunas figuras del siglo XIX que
vieron el anglicanismo como la rama inglesa de la Iglesia católica
junto, y quizás incluso superior, a la romana. el catolicismo y la
ortodoxia y bastante distinta de las herejías del protestantismo
continental.8 Si bien se trata de una distorsión de la historia tan burda
como es posible hacer, influyó profundamente en la percepción y la
identidad del anglicanismo, sobre todo en su enfoque de la teología. ,
así como en los campos estrechamente relacionados de la liturgia y la
arquitectura.
teología anglicana
2

3
parecer.
No es difícil leer las producciones literarias y simbólicas de los siglos XIX
y XX en la Iglesia de Inglaterra y otras iglesias 'anglicanas', como parte
de la formación de una variedad de 'tipos ideales' de lo que podría
llamarse 'teología anglicana'. ' o anglicanismo (incluso si el título en sí fue
usado solo por unos pocos en el siglo XIX).
Mucho se ha escrito sobre la invención de la tradición en el siglo XIX,
particularmente en lo que se refiere al desarrollo de las ideas de nación
asociadas con la decadencia de los grandes imperios.9 ¿Qué fue cierto
de la invención de la tradición nacional durante los cambios masivos que
afectaron a Europa? después de la derrota de Napoleón fue igualmente
cierto para las diferentes iglesias europeas, muchas de las cuales, incluida
la Iglesia de Inglaterra, se dedicaron a aclarar su identidad a menudo
volviendo a una visión del pasado.
Sin embargo, cualquier identidad históricamente arraigada fue muy
cuestionada: la historia de la Iglesia de Inglaterra y la comunión que
generó se podía leer de muchas maneras diferentes, y había (y todavía
hay) versiones claramente contrapuestas sobre lo que cuenta como
auténtico anglicanismo histórico. Se construyeron diferentes cánones de
la 'teología anglicana', que fueron de particular importancia en una Iglesia
que no había desarrollado un canon universalmente reconocido
La historia se convirtió en un lugar de seguridad en medio del flujo del
rápido cambio social.10 En consecuencia, muchos buscaron establecer
la identidad de la Iglesia de Inglaterra sobre la base de la historia. La
asimilación de la historia condujo a la producción de textos históricos así
como a la adopción de prácticas simbólicas y formas arquitectónicas "históricas".
Todos estos contribuyeron a los contornos principales de las tradiciones
formativas detrás de la controvertida noción de identidad anglicana. Sin
embargo, este no fue un proceso simple, porque no estaba nada claro
dónde se encontraba precisamente la identidad de la Iglesia de Inglaterra.
siglos XVIII y XIX. Esto fue particularmente cierto para muchos de los
etiquetados como evangélicos y anglocatólicos. Y algunas de las ideas
que quedaron atrapadas en las redes han demostrado ser capturas
bastante mejores que otras. El pez más grande de todos es algo llamado
'el episcopado histórico, adaptado localmente a las necesidades' del
Cuadrilátero de Lambeth de 1888, que se ha convertido en una de las
insignias de la identidad y la teología anglicana. Sin embargo, como
mostraré en el capítulo final, incluso eso no es tan simple como podría ser.
Teología anglicana y algunos mitos del anglicanismo

de recursos para hacer teología, incluso si había una serie de textos
clave que habían llegado a ser considerados clásicos. Si bien la mayoría
de las iglesias que surgieron de la Reforma podían confiar en una larga
historia de teología dogmática cuidadosamente argumentada que
exponía el significado de las Escrituras y un conjunto clave de escritos
confesionales, la Iglesia de Inglaterra carecía de una tradición teológica tan clara.
A diferencia de otros países europeos, había muy pocas personas
que pudieran clasificarse como "teólogos profesionales" en la Iglesia de
Inglaterra posterior a la Reforma. Hasta mediados del siglo XIX, solo
había dos universidades inglesas (Oxford y Cambridge), pero incluso
allí el estudio de la teología como una materia distinta de pregrado no
estaba en el plan de estudios (aunque todos los estudiantes debían
tomar cursos obligatorios de teología). Teniendo en cuenta este
trasfondo histórico, no sorprende que prácticamente no hubiera clásicos
universalmente reconocidos o 'textos normales' de teología sobre los
cuales basar la teología anglicana, aparte de las Escrituras, los escritores
de la iglesia primitiva y los recursos litúrgicos y doctrinales, incluidos los
Artículos de Religión contenida en el Libro de Oración Común que
alcanzó su forma final en 1662. Todo lo que se requería para completar
las partes teológicas de la licenciatura en la Universidad de Oxford a
principios del siglo XIX (que fue una institución únicamente anglicana
hasta la década de 1870) fue un conocimiento de los Evangelios en
griego, los Treinta y Nueve Artículos y la Analogía de la religión del
obispo Butler de 1736,12 un libro que demostró tener una gran influencia
en varias figuras destacadas del siglo XIX, incluidos John Henry
Newman y el Primer Ministro, William Ewart Gladstone, 13 quien editó
una edición crítica hacia el final de su vida.14
Aparte de este canon extremadamente limitado, hubo poco acuerdo
sobre las normas y métodos de la teología anglicana en su período de
formación posterior a la ruptura con Roma. La posible excepción es la
Apología del obispo John Jewel, que obtuvo reconocimiento semioficial
No hubo Lutero, Zuinglio, Calvino ni período de ortodoxia dogmática
como el que se había desarrollado entre luteranos y calvinistas en los
siglos XVII y XVIII. La Exposición del Credo de John Pearson (1659),11
por ejemplo, que siguió siendo muy popular durante el siglo XIX,
difícilmente puede compararse con las extensas obras de erudición
docente que emanan del continente.
teología anglicana
4

en la Inglaterra tardía isabelina y jacobea y fue comprada por muchas
iglesias parroquiales como una 'refutación muy notable y erudita de todos
los puntos principales del papado',15 y muchos habrían agregado partes
de las Leyes de gobierno eclesiástico de Richard Hooker. Al analizar las
tradiciones de la teología anglicana a lo largo de los siglos XVI y XVII,
quedará claro que aquellos que patrocinaron y editaron la producción de
textos clásicos en el siglo XIX, que alcanzó un punto culminante de
actividad en las décadas de 1840 y 1850, lo hicieron por de un deseo de
dar forma a lo que algunos han llamado engañosamente la 'esencia' del
anglicanismo,16 algo que la mayoría en ese momento habría visto como
idéntico a la Iglesia de Inglaterra. Para muchos victorianos, el objetivo de
la teología era proporcionar a la Iglesia de Inglaterra marcadores claros
de identidad.
Este libro no presenta un relato convencional de la teología anglicana:
es un fenómeno demasiado controvertido como para permitir una
presentación directa. En cambio, ofrece discusiones sobre las diferentes
identidades y teologías que se han considerado como características de
la teología anglicana. Esto significa que toma la forma de un diálogo a
tres bandas entre aquellos que buscaron dar sentido a su pasado
mientras creaban narrativas de identidad en el siglo XIX con ese pasado
tal como podría entenderse desde el punto de vista de la actualidad. El
pasado formativo entonces está mediado a través del siglo XIX. Por esta
razón, el mundo del romanticismo victoriano y su extraña combinación
de erudición, fantasía y mito, y en el que la misión en el extranjero jugó
un papel secundario pero vital, son tan importantes para la 'teología
anglicana' como cualquier cosa escrita durante los siglos XVI y XVII.
aunque lo escrito en el pasado contribuyó a la elaboración de ese mito.
A lo largo de los capítulos que siguen, baso mi discusión del pasado en
los enfoques de la iglesia y la historia teológica que se desarrollaron en
el siglo XIX, pero también en diálogo con la erudición contemporánea.
5
Los enfoques de la historia del siglo XIX tuvieron muchos resultados
prácticos en la liturgia y la arquitectura, que a la larga son quizás
marcadores de identidad más importantes que cualquier otro.
La forma del libro

textos literarios. El canon del siglo XIX incluía arte y arquitectura, así
como escritos teológicos y espirituales. Aunque no son el foco
principal del presente estudio, se presta cierta atención a lo largo del
libro a algunas interpretaciones muy influyentes de la historia medieval
y de la Reforma, como la lectura exhaustiva, aunque algo excéntrica,
de Percy Dearmer de precisamente lo que estaba permitido. en el
culto durante el segundo año del reinado de Eduardo VI, que se
analiza en el Capítulo 3.
A lo largo de los años, los anglicanos han pasado mucho tiempo
discutiendo sobre el problema profundamente teológico de qué
ponerse en la iglesia: vestirse bien, como veremos especialmente en
los capítulos 2 y 3, conlleva enormes implicaciones teológicas. Sin
embargo, a pesar de estas incursiones frecuentes en la teología
vivida de la acción litúrgica y el arte eclesiástico, la mayor parte de lo
que discuto a lo largo de este libro son los escritos de varios teólogos
y líderes de la iglesia, principalmente, pero no exclusivamente,
ingleses, en su compromiso con la eclesiástica. conflictos y disputas
políticas de su época. Hubo muchos eventos y campañas que
despertaron a los teólogos de sus meditaciones académicas a ataques
de actividad, algunos de los cuales resultan notablemente interesantes
como estudios de casos de la aplicación de la teología.
Como demostrará gran parte de este libro, la teología anglicana
se forjó al calor de la controversia. Dado el papel de la Iglesia de
Inglaterra como iglesia estatal monopolista al menos hasta el siglo
XVII, que pasó a estar bajo la autoridad del soberano en el parlamento,
su teología siempre fue política y con frecuencia abordó los problemas
de la iglesia y el estado. Como quedará claro, la teología práctica de
la autoridad en asuntos de interpretación y orden eclesiástico
(gobierno) solía ser tan importante como la controversia sobre la
doctrina (aunque existen frecuentes excepciones a esta regla,
especialmente sobre la predestinación a fines del siglo XVI y principios
del XVII). que se analiza en el Capítulo 6). Si bien las Escrituras,
como afirman los Treinta y Nueve Artículos de Religión, se
consideraban universalmente suficientes y contenían todas las cosas
necesarias para la salvación (Artículo VI), su interpretación y aplicación
siempre estuvieron abiertas a debate. Además, precisamente lo que estaba conten
Como quedará claro, la teología no se trata simplemente de las
palabras de doctrina y controversia, sino también de la práctica y la
participación en la adoración, por lo que la cultura y el estilo son importantes.
teología anglicana
6

Como quedará claro en el Capítulo 5, incluso figuras aparentemente
moderadas, como Richard Hooker, quizás el más respetado de los
escritores del siglo XVI, a quien muchos considerarían como el teólogo
anglicano por excelencia (pero que nunca usó la frase vía media) ,
resultan hacer uso de una retórica bastante desagradable.17
Pero inseparable de este relato histórico es una discusión de desarrollos
posteriores, especialmente en el siglo XIX, en lo que podría llamarse
más propiamente anglicanismo como denominación, pero que era, como
dijo Samuel Wilberforce en un contexto diferente, como 'aferrarse a un
nebulosidad o apoderarse de una sepia'.18 El arte de
También es importante recordar que en sus debates entre ellos, los
teólogos de diferentes períodos del anglicanismo a menudo eran
abusivos y por lo general tenían poco tiempo para las personas con las
que no estaban de acuerdo. La amplitud benigna, eirénica e inclusiva
que se desarrolló después de que la Iglesia de Inglaterra perdiera su
monopolio religioso que dio forma a parte del debate sobre la naturaleza
del anglicanismo a partir del siglo XVII está lejos de ser la norma. En
cambio, el conflicto es el estado normal de la teología 'anglicana' a lo
largo de la historia. Si bien esta forma de hacer las cosas a menudo
hace que los anglicanos posteriores se estremezcan, especialmente
cuando fue realizada con frecuencia por fanáticos bastante poco
atractivos, es importante no desdeñar demasiado el estilo apologético y polémico del p
Si bien presta atención a este trasfondo político e histórico, este libro
trata en su mayor parte sobre los grupos de ideas que a menudo
compiten y que la gente ha etiquetado como teología anglicana. Mucho
apunta a un relato histórico de los principales pensadores y sus métodos
y motivaciones, particularmente antes del Acta de Uniformidad de 1662.
7
en las Escrituras fue muy discutido, como lo dejan claro los debates
sobre las vestiduras y el orden de la iglesia. Quién decide sobre estos
asuntos, y cómo se legisla sobre aquellas cosas sobre las que la
Escritura guarda silencio, ha sido un tema perenne, quizás incluso
perenne, en la teología anglicana. Es por esta razón que el tema clave
para el anglicanismo es tan a menudo la doctrina de la autoridad y el
orden en la iglesia. Al menos en sus primeros años, cuando forjó su
identidad como una iglesia reformada separada de Roma, a menudo fue
su enfoque de la eclesiología lo que le dio al anglicanismo, o al menos
a la Iglesia de Inglaterra, su distinción. De hecho, algunas formas de
anglicanismo que se desarrollaron fuera de Inglaterra se describieron a
sí mismas como "episcopales", enfatizando un aspecto particular de su orden eclesiást

hacer teología anglicana se trata de mantener juntos dos períodos de la
historia, pero siempre en relación con el presente.
Algunas formas de comportamiento desarrolladas por la Comunión
Anglicana podrían describirse razonablemente como 'hacer teología
anglicana', pero pueden tener poco que ver con el tipo de teología
desarrollada en las polémicas de la Reforma.
Finalmente, es importante señalar que aquellos que estén leyendo
este libro para averiguar en qué creen los anglicanos obtendrán una
buena idea de qué tipo de cosas han contado como teología anglicana
en el pasado, particularmente en la Iglesia de Inglaterra. , y deberían
tener una buena idea sobre lo que algunos anglicanos contemporáneos
piensan que otros anglicanos deberían creer. Pero se sentirán
decepcionados si buscan una teología sistemática anglicana. Si bien
algunos anglicanos han escrito teologías sistemáticas19 (y son muchos
menos que en muchas otras denominaciones), tienden a escribir como
teólogos que resultan ser miembros de iglesias anglicanas, en lugar de
teólogos anglicanos . Por lo tanto, es poco probable que la teología
anglicana se parezca a una dogmática luterana o reformada. El pasado
funciona de manera muy diferente para la mayoría de los anglicanos:
no hay un año clave ni un texto clave. En cambio, todo está en disputa.
En lugar de ser historizada en textos canónicos o cuasi-canónicos, la
teología anglicana emerge de una combinación de texto, institución,
contexto y práctica, tanto eclesiástica como secular y extraída
El anglicanismo, sin embargo, claramente ya no es idéntico a la
Iglesia de Inglaterra. Otras iglesias etiquetadas como anglicanas se han
desarrollado en todo el mundo, que comparten algo de la herencia de la
teología de la Iglesia de Inglaterra, pero que también han crecido de
manera bastante independiente y en parte debido a los caprichos de las
historias misioneras y nacionales que han enfatizado diferentes modelos
históricos de lo que constituye anglicanismo auténtico. Al mismo tiempo,
las diferentes iglesias anglicanas independientes también han
desarrollado formas de trabajar entre sí respaldadas por una eclesiología
altamente descentralizada basada en un ideal de una iglesia nacional
de finales del siglo XIX. En el capítulo final, discuto este desarrollo como
algo bastante distinto del tipo de teología anglicana discutida en los
capítulos anteriores. Concluiré con algunas reflexiones sobre si es
posible crear una teología coherente para un fenómeno tan vago y
cuestionado.
teología anglicana
8

de una serie de períodos clave. En consecuencia, aunque la Iglesia
de Inglaterra adoptó mucho de la Confesión de Augsburgo, junto
con una serie de declaraciones más reformadas, como parte de su
autodefinición teológica en los Treinta y Nueve Artículos de Religión
(ver Capítulo 3), la autoridad concedida a la El texto, incluso uno
finalmente ratificado por un parlamento isabelino, era bastante
diferente al que los luteranos dieron a la Confesión de Augsburgo.
Lo que debería quedar claro a lo largo del libro es que el
'anglicanismo' y la 'teología anglicana' son muy discutidos: a veces
los límites entre el mito histórico, la ideología eclesiástica y la
teología son notablemente delgados. Es por eso que hacer teología
anglicana es una tarea tan complicada, a veces exasperante, pero
generalmente emocionante.
La teología anglicana generalmente no se realiza principalmente a
través de la exposición de sus formularios históricos. Aunque
algunos preferirían que así fuera, ser anglicano no suele implicar la
suscripción a un texto y su posterior interpretación (como podría
ser el caso, por ejemplo, en la Iglesia Presbiteriana de Escocia
donde la Confesión de Westminster sigue funcionando como norma doctrinal) .
9

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