3. Obtuvo el premio Nobel de Literatura en 1990. Fue el
primero concedido a un autor mexicano e implicó el
reconocimiento de su labor intelectual, que quedó
reflejada en su producción ensayística.
Estudió en las facultades de Leyes y de Filosofía y Letras
de la Universidad Nacional. Sus preocupaciones sociales
también se dejaron sentir prontamente, y en 1937 realizó
un viaje a Yucatán con la intención de crear una escuela
para hijos de trabajadores. En junio de ese mismo año
contrajo matrimonio con la escritora Elena Garro.
7. 1938 Regresa a México
Colabora con los refugiados republicanos
españoles
Especialmente con el grupo
Hora de España
Trabaja en un banco y
escribe una columna de
política internacional en
El Popular.
En 1942 fundó las revistas Tierra
Nueva y El Hijo Pródigo.
8. De 1943 a 1953,
Octavio Paz salió
de México
Vivió en
ciudades
norteamericanas.
Y concluida la
Segunda Guerra
Mundial vivió en
París.
Allí se alejó del
marxismo y el
existencialismo.
En su lugar, se
acercó al
surrealismo
9. 1995
México
Inicia
colaboraciones en
la Revista Mexicana
de Literatura y
en El Corno
Emplumado
En las
publicaciones de
esta época
defendió las
posiciones
experimentales
del arte
contemporáneo.
Funda Poesía en
voz alta.
10. En la década de los
60 volvió al
Servicio Exterior
fue destinado como
funcionario de la
embajada mexicana
en París
(1960-1961)
y más tarde en la de
la India (1962-1968)
en este último país
conoció a
Marie-José Tramini,
con la que se casó
en 1964.
En 1966 editó
con José Emilio
Pacheco y Homero
Aridjis la
antología Poesía en
movimiento.
12. Octavio Paz fue un escritor con una abundante producción literaria. Destacó,
además, en casi todos los géneros que podemos conocer. De esa forma tendrá
poemarios (La estación violenta, por ejemplo), libros de ensayo (La llama doble, El
laberinto de la soledad, solo por citar un par), antología, entre otros.
14. Poesía
1933 - Luna silvestre
1936 - ¡No pasarán!
1937 - Raíz del hombre
1937 - Bajo tu clara sombra y otros poemas sobre España
1941 - Entre la piedra y la flor
1942 - A la orilla del mundo y Primer día, Bajo tu clara sombra,
Raíz del hombre, Noche de resurrecciones
1949 - Libertad bajo palabra
1951 - ¿Águila o sol? (en prosa)
1954 - Semillas para un himno
1956 - La hija de Rappaccini (poema dramático)
1957 - Piedra de sol
1958 - La estación violenta
1960 - Libertad bajo palabra. Obra poética (1935-1957)
1962 - Salamandra (1958-1961)
1965 - Viento entero
1967 - Blanco, escrito en tres columnas; permite
diferentes lecturas
1968 - Discos visuales, con Vicente Rojo
1969 - Ladera este (1962-1968)
1971 - Topoemas
1972 - Renga, con Jacques Roubaud, Edoardo
Sanguineti y Charles Tomlinson
1974 - El mono gramático (en prosa)
1975 - Pasado en claro
1976 - Vuelta (hay una primera edición
artesanal de 1971)
1979 - Air Born/Hijos del aire, con Charles
Tomlinson
1979 - Poemas (1935-1975)
1987 - Árbol adentro
1990 - Obra poética (1935-1988)
1990 - Figuras y figuraciones, con Marie José
Paz
16. Llamado también período de
los inicios.
Se caracteriza, sobre todo, por
el tema de la Guerra Civil
Española y por la asunción de
una poesía de compromiso
político y de tono coyuntural
Poetas como Vallejo y Neruda
también expresarán su
solidaridad por la lucha de los
republicanos durante la
Guerra Civil Española.
Se sitúan Luna silvestre
(1933), ¡No pasarán! (1936) y
Raíz del hombre (1937).
Primera etapa
17. Es la de Libertad bajo palabra, donde se
observa una lírica surrealizante que se
halla interesada en el mundo
amerindio y en el diálogo intercultural
con las civilizaciones vernáculas (la
maya, la andina, la azteca, entre otras).
Asimismo, se observa una reflexión
honda sobre la violencia en el mundo
contemporáneo.
En este segundo período se ubican
libros como Bajo tu clara sombra
(1935-1944), Calamidades y milagros
(1937-1947),
Semillas para un himno (1943-1955),
¿Águila o sol? (1949- 1950) y La
estación violenta (1948-1957).
Segunda etapa
18. El tercer período está marcado por su
segundo viaje a la India, pues fue
nombrado Embajador de México en ese
país en 1962.
. Paz ya había conocido la India en 1951,
pero en el segundo periplo por dicha
nación donde se identifica plenamente
con el mundo hindú.
Esta etapa abarca poemarios como La
hija de Rapaccini (1956), Días hábiles
(1958-1961), Homenajes y
profanaciones (1960), Salamandra
(1958-1961), Solo a dos voces (1961),
Ladera este (1962-1968) y Hacia el
comienzo (1964-1968).
Además, se percibe no solo un diálogo
intercultural con la civilización hindú,
sino también el auge de los signos en
rotación como estética de Paz basada en
el aprovechamiento de la dimensión
espacial del poema, herencia de las
propuestas de Stéphane Mallarmé.
Tercer período
19. La cuarta y última etapa comprende desde Blanco (1966),
Topoemas (1968), El mono gramático (1970), Vuelta (1969-1975)
hasta los últimos poemarios. La búsqueda del poema colectivo (en
Renga), la mayor exploración de la página en blanco mallarmeana
(Topoemas), la vuelta a estructuras míticas fundamentales (Árbol
adentro) constituyen algunos rasgos esenciales de la poética de Paz
en este período.
20. Asueto
[1939-1944]
DÍA
¿DE QUÉ cielo caído,
oh insólito,
inmóvil solitario en la ola del tiempo?
Eres la duración,
el tiempo que madura
en un instante enorme, diáfano:
flecha en el aire,
blanco embelesado
y espacio sin memoria ya de flecha.
Día hecho de tiempo y de vacío:
me deshabitas, borras
mi nombre y lo que soy,
llenándome de ti: luz, nada.
Y floto, ya sin mí, pura existencia.
De Primer día
21. “Libertad bajo palabra”
Viento
Cantan las hojas,
bailan las peras en el peral;
gira la rosa,
rosa del viento, no del rosal.
Nubes y nubes
flotan dormidas, algas del aire;
todo el espacio
gira con ellas, fuerza de nadie.
Todo es espacio;
vibra la vara de la amapola
y una desnuda
vuela en el viento lomo de ola.
Nada soy yo,
cuerpo que flota, luz, oleaje;
todo es del viento
y el viento es aire
siempre de viaje…
22.
23. Saúl Yurkievich (Santi, 2009) señala que Paz se mueve entre la aventura (la
experimentación verbal) y el orden (la tradición), pues se adhiere al
surrealismo para plantear la liberación del hombre y trata de unir, la política,
la ética y el erotismo. Distinto es el enfoque de Guillermo Sucre (Santi, 2009),
quien plantea que el movimiento de la forma literaria es uno de los ejes de la
escritura del poeta mexicano; además, subraya que la tensión entre opuestos
es uno de los temas recurrentes en esta última. José Emilio Pacheco (Santi
2009) realiza una descripción de ““Piedra de sol”; afirma que los cinco
primeros versos del poema son los últimos del mismo y, por consiguiente,
introducen la noción de movilidad para poner de relieve una estructura
circular y el hecho de que la mujer y el mundo se unimismen en la figura del
cuerpo que recorre el yo poético.
25. La estación violenta tiene una estructura circular. Empieza con “Himno entre
ruinas”, donde se evoca la imagen de Teotihuacán en contraposición con la
urbe moderna, representada por Nueva York, Londres y Moscú. El poemario
termina con ““Piedra de sol”” cuyos primeros seis versos son idénticos a los
seis últimos. En este último poema, Paz retorna al calendario azteca y, a
partir de allí, hace un análisis de la violencia en la sociedad contemporánea.
Metafóricamente, La estación violenta nace en Teotihuacán y retorna a las
culturas amerindias a través de la evocación poética del simbolismo azteca.
26. El hablante anhela la unidad --“flor doble que brota de un tallo único” (Paz, 2013, p.
203), “todos los nombres son un solo nombre” (Paz, 2013, p. 221)-- que permita
superar la fragmentación que predomina en el mundo moderno. Por eso, La estación
violenta empieza con las ruinas de Teotihuacán, luego habla de la fuente como
metáfora del origen; posteriormente, desarrolla el tema del cántaro roto como
manifestación de un pasado que se quiebra en un presente deshumanizado.
Finalmente, reconstruye el calendario azteca en “Piedra de sol” para abordar la crisis
de la racionalidad instrumental en el mundo moderno, donde reinan el asesino y el
tirano como figuras emblemáticas frente a la carencia y el desamparo.
28. 1950 - El laberinto de la soledad (la edición
revisada y aumentada es de 1959)
1956 - El arco y la lira (una edición revisada y
aumentada apareció en 1967)
1957 - Las peras del olmo
1965 - Cuadrivio
1965 - Los signos en rotación
1966 - Puertas al campo
1967 - Corriente alterna
1967 - Claude Levi-Strauss o El nuevo festín de
Esopo
1968 - Marcel Duchamp o El castillo de la
pureza (la reedición ampliada, Apariencia
desnuda, es de 1973)
1969 - Conjunciones y disyunciones
1970 - Postdata, continuación de El laberinto
de la soledad.
1973 - El signo y el garabato26
1974 - Los hijos del limo. Del romanticismo a la
vanguardia
1974 - La búsqueda del comienzo. Escritos sobre el
surrealismo
1978 - Xavier Villaurrutia en persona y obra
1979 - El ogro filantrópico
1979 - In/Mediaciones
1982 - Sor Juana Inés de la Cruz o las trampas de la fe
1983 - Tiempo nublado
1983 - Sombras de obras
1984 - Hombres en su siglo y otros ensayos
1988 - Primeras letras (1931-1943), colección de sus
prosas de juventud
1990 - Pequeña crónica de grandes días
1990 - La otra voz. Poesía y fin de siglo
1991 - Convergencias
1992 - Al paso
1993 - La llama doble
1993 - Itinerario
1994 - Un más allá erótico: Sade
1995 - Vislumbres de la India
33. Contiene 8 capítulos y un apéndice.
1. “El pachuco y otros extremos”.
2. “Máscaras mexicanas”.
3. “Todos Santos, Día de Muertos”.
4. “Los hijos de la Malinche”.
5. “Conquista y Colonia”.
6. “De la Independencia a la Revolución”.
7. “La ‘inteligencia’ mexicana”.
8. “Nuestros días”
“Apéndice. La dialéctica de la soledad”.
35. Niño
Se siente solo, pero
trasciende su
soledad mediante el
juego.
Adolescente
Queda suspenso un
instante ante la
infinita riqueza del
mundo.
Adulto
Se siente solo, pero
trasciende su
soledad y se olvida
de sí mismo
mediante el trabajo
El descubrimiento de nosotros mismos se manifiesta como un sabernos solos.
La singularidad de ser se transforma en problema y pregunta, en conciencia interrogante.
36. • Metáfora del
pueblo.
Adolescentes
• Su ser se
manifiesta como
interrogación
• ¿Qué somos?
Pueblo
Muchas veces las respuestas que
damos a estas preguntas son
desmentidas por la historia, acaso
por eso que llaman “genio de los
pueblos solo es un complejo de
reacciones ante un estímulo dado,
frente a circunstancias diversas, las
respuestas pueden variar y con ellas
el carácter nacional, que se pretendía
inmutable.
38. ¿Qué nos distingue del resto de pueblos?
La originalidad
Pero no de
carácter.
Sí de nuestras
CREACIONES.
39. El mexicano
Como el
adolescente
tiene que
contemplarse.
No
necesariamente
es, pero sí
atraviesa una
ETAPA
CRÍTICA.
¿Debido a qué?
A la etapa
explosiva de la
Revolución.
41. La mexicanidad en Estados Unidos
• En ese tiempo, Estados Unidos estaba habitado por un millón de
personas de origen mexicano.
• El país tenía atmósfera vagamente mexicana es imposible de apresar con
palabras o conceptos.
• Esa mexicanidad flota en el aire. No se mezcla ni se funde con el otro
mundo, es decir, con el mundo norteamericano.
• Flota pero no se opone, se balancea, impulsada por el viento.
42. Viven muchos años allí.
Usan la misma ropa
Hablan el mismo idioma y
sienten vergüenza de su
origen. Pero nadie los
confunde con
norteamericanos.
Y no son precisamente los
rasgos físicos lo que los
distinguen.
Lo que los distingue es el
aire furtivo e inquieto de
seres que se disfrazan, de
seres que temen la mirada
ajena.
Los mexicanos
en E.E. U. U
43. • Banda de jóvenes, por
lo general, mexicanos.
• Viven en las ciudades
del sur.
• Se singularizan por su
vestimenta, lenguaje y
conducta.
Pachuco
44. No revindican su raza ni
nacionalidad de sus
antepasados.
Su actitud obstinada
revela la decisión de no
ser como los otros que
lo rodean.
No quiere volver a la
vida mexicana, pero
tampoco integrarse a la
vida norteamericana.
Todo en él es
contradicción. Negación
de sí mismo.
Pachuco
45. El pachuco ha perdido toda su herencia: lengua, religión, costumbres, creencias. Sólo le
queda un cuerpo y un alma a la intemperie, inerme ante todas las miradas. Su disfraz lo
protege y, al mismo tiempo, lo destaca y aísla: lo oculta y lo exhibe.
Con su traje —deliberadamente estético y sobre cuyas obvias significaciones no es necesario
detenerse—, no pretende manifestar su adhesión a secta o agrupación alguna.
El pachuquismo es una sociedad abierta —en ese país en donde abundan religiones y atavíos
tribales, destinados a satisfacer el deseo del norteamericano medio de sentirse parte de algo
más vivo y concreto que la abstracta moralidad de la "American way of life"—. El traje del
pachuco no es un uniforme ni un ropaje ritual. Es, simplemente, una moda. Como todas las
modas está hecha de novedad —madre de la muerte, decía Leopardi— e imitación.
46. Esta rebeldía no pasa de ser un gesto vano, pues es una exageración de los modelos contra los
que pretende rebelarse y no una vuelta a los atavíos de sus antepasados —o una invención de
nuevos ropajes—. Generalmente los excéntricos subrayan con sus vestiduras la decisión de
separarse de la sociedad, ya para constituir nuevos y más cerrados grupos, ya para afirmar su
singularidad. En el caso de los pachucos se advierte una ambigüedad: por una parte, su ropa los
aísla y distingue; por la otra, esa misma ropa constituye un homenaje a la sociedad que pretenden
negar.
La dualidad anterior se expresa también de otra manera, acaso más honda: el pachuco es un
clown impasible y siniestro, que no intenta hacer reír y que procura aterrorizar. Esta actitud sádica
se alía a un deseo de autohumillación, que me parece constituir el fondo mismo de su carácter:
sabe que sobresalir es peligroso y que su conducta irrita a la sociedad; no importa, busca, atrae,
la persecución y el escándalo. Sólo así podrá establecer una relación más viva con la sociedad
que provoca: víctima, podrá ocupar un puesto en ese mundo que hasta hace poco lo ignoraba;
delincuente, será uno de sus héroes malditos.
47. Sí, nos encerramos en nosotros mismos, hacemos más profunda y exacerbada la conciencia de todo lo
que nos separa, nos aísla o nos distingue. Y nuestra soledad aumenta porque no buscamos a nuestros
compatriotas, sea por temor a contemplarnos en ellos, sea por un penoso sentimiento defensivo de
nuestra intimidad. El mexicano, fácil a la efusión sentimental, la rehúye. Vivimos ensimismados, como
esos adolescentes taciturnos —y, de paso, diré que apenas si he encontrado esa especie entre los jóvenes
norteamericanos— dueños de no se sabe qué secreto, guardado por una apariencia hosca, pero que
espera sólo el momento propicio para revelarse.
48. •No es una ilusión.
Es real.
•Somos distintos y
estamos solos.
Sentimiento
de soledad
•A veces, es una
ilusión.
Sentimiento
de
inferioridad
49. •El mundo existe.
•Tiene vida propia.
•No ha sido inventada.
Mundo
mexicano
• Ha sido inventado por el
hombre.
Mundo
norteamericano
50. Algunos pretenden que todas las diferencias entre los norteamericanos y nosotros son
económicas, esto es, que ellos son ricos y nosotros pobres, que ellos nacieron en la Democracia,
el Capitalismo y la Revolución Industrial y nosotros en la Contrarreforma, el Monopolio y el
Feudalismo. Por más profunda y determinante que sea la influencia del sistema de producción en
la creación de la cultura, me rehúso a creer que bastará con que poseamos una industria pesada
y vivamos libres de todo imperialismo económico para que desaparezcan nuestras diferencias
(más bien espero lo contrario y en esa posibilidad veo una de las grandezas de la Revolución).
Mas ¿para qué buscar en la historia una respuesta que sólo nosotros podemos dar? Si somos
nosotros los que nos sentimos distintos, ¿qué nos hace diferentes, y en qué consisten esas
diferencias?
51. Seguridad, confianza y conformidad de la
gente norteamericana.
Ortega y Gasset “espíritu revolucionario”.
El revolucionario es siempre radical. No
anhela corregir los abusos, sino los usos
mismos.
E.E U.U. son una sociedad que quiere
realizar sus ideales y no cambiarlos por
otros. Tiene confianza en su supervivencia.
53. Creyentes
Aman las historias
policiacas.
Mienten por fantasía
Nihilistas.
Desconfiados
Crédulos.
Aman los cuentos de
hadas
Sustituyen la verdad por
una verdad social.
Optimistas
Abiertos
MEXICANOS
NORTEAMERICANOS
54. Para los norteamericanos, el mundo es algo que se puede perfeccionar. Para los mexicanos algo que se
puede redimir.
La historia contemporánea invalida la creencia en el hombre como una criatura capaz de ser modificada
esencialmente por estos o aquellos instrumentos pedagógicos o sociales. El hombre no es solamente fruto
de la historia y de las fuerzas que la mueven, como se pretende ahora; tampoco la historia es el resultado
de la sola voluntad humana —presunción en que se funda, implícitamente, el sistema de vida
norteamericano—. El hombre, me parece, no está en la historia: es historia.
Hay que ser fieles, porque hay mucho que defender. El hombre colabora activamente a la defensa del
orden universal, sin cesar amenazado por lo informe. Y cuando éste se derrumba debe crear uno nuevo,
esta vez suyo. Pero el exilio, la expiación y la penitencia deben preceder a la reconciliación del hombre con
el universo. Ni mexicanos ni norteamericanos hemos logrado esta reconciliación. Y lo que es más grave,
temo que hayamos perdido el sentido mismo de toda actividad humana: asegurar la vigencia de un orden
en que coincidan la conciencia y la inocencia, el hombre y la naturaleza. Si la soledad del mexicano es la de
las aguas estancadas, la del norteamericano es la del espejo. Hemos dejado de ser fuentes.
55. Actividad de aplicación
1. A partir de lo leído en el capítulo “Máscaras
mexicanas” elabore un resumen de las ideas más
importantes que establece Octavio Paz.