2. -Sí, campanilla, la de Petter Pan. La olvidada campanilla. A
muy pocos le importaban sus sentimientos, todos los niños
querían que Peter se fuera con Wendy, la chica encantadora
que le cosió su sombra a los pies, que le dejó la medicina
cuando ella decidió hacerse mayor y dejarle.. Oh, qué gran
persona. Y una mierda! ¿Crecer? No te importa crecer si
tienes al amor de tu vida para siempre a tu lado... El
verdadero amor era el de Campanilla, que arriesgó su vida
bebiéndose la medicina envenenada para que no muriera
Petter, y todo.. ¿Para qué? Para que el la empujara, para que el
sólo se fijara en la bonita niña derizos indefinidos y un
beso en la apertura derecha. Sin duda alguna, Petter Pan es
uno de los cuentos más sinceros que nos contaban de pequeñas
respecto al amor. de zapatos de cristal que no se rompen,
nada de besos que
rompen maldiciones ni castillos protegidos por dragones …
Sino una chica enamorada de un chico que solo quiere a otra…
3. “-¿Me he vuelto
loco?
-Me temo que
si. Estas
completamente
loco. Pero te diré
un secreto, las
mejores personas
lo están…”
4. Borrare todas las canciones que me hagan recordar,
romperé aquellas fotos que me hagan llorar y olvidaré
todas las promesas que un día hice sin pensar, porque
me he dado cuenta de que manteniendo vivo el
recuerdo, solo queda el dolor de la perdida.
Y lo siento, pero aún me aprecio demasiado.
6. Tengo el vicio de reírme sola como una loca mientras
recuerdo tonterías. El de caminar sonriendo, sobre
todo después de ver a alguien especial. De escuchar la
misma canción muchas veces, de tranquilizarme
bailando. De escribir frases sueltas y pensar que algún
día alguien me las dirá. El vicio de hacer lo posible
para sentirme mejor. El de no sentirme mal cuando
estoy triste, sino el de disfrutar un poco de la tristeza.
El vicio de soplar al aire cuando hace frío. El de dormir
y soñar rarezas, soy capaz de inventar otro mundo. El
vicio de fallar en cosas fáciles y acertar las difíciles,
una y otra vez. De sentarme atrás en el coche y pensar
en nada. Tengo el vicio de siempre creer que no me
van a fallar. Y el de empezar las cosas por su final.
7. Nadie hace caso del agua que va después de la lluvia,
cuando vuelve el sol.
Poco importa si sobre esa agua hay lágrimas después de
haber llorado, por amor, por dolor.
El agua se evapora, vuelve al aire, a nuestros pulmones,
respirando el viento que sentimos en la cara.
Y las lagrimas vuelen a entrar en nosotros, como las cosas
que hemos perdido, pero nada se pierde en realidad.
Cada segundo que pasa, cada luna que surge no hace mas
que decirnos ¡VIVE! Vive y ama lo que tu eres, como tu
seas, por lo que seas.
Mira en lo alto hacia el cielo, cierra los ojos. Y no te canses
nunca de soñar. La vida es muy corta para no ser felices
juntos
Tengo ganas de ti.
8. Olvida tus
errores pero
nunca las
lecciones que
aprendiste de
ellos.
Lloramos porque
nuestros ojos
necesitan limpiar lo
que vimos.
9. Odio tu sonrisa. Odio tu increíble sonrisa; la
odio, porque cuando sonríes, me vuelvo
totalmente impotente; impotente por no ser
capaz de apartar mi mirada de ella, de ti. No
se como lo haces, pero eres capaz de
volverme loca con tan solo un movimiento .
Lo cambias todo y me cambias, me vuelves
mejor de lo que soy. Haces que las
imperfecciones solo parezcan pequeños
añadidos.