2. El diálogo con la juventud se ha tornado dificultoso, sobre todo para los que ya hemos pasado los treinta... bueno, los cuarenta, digamos los que en este momento tenemos cuarenta y tantos... cuarenta y quince. Aceptamos que a nosotros el paso del tiempo nos ha modificado. En materia de sexo, por ejemplo, lo que antes nos parecía moralmente inaceptable ahora nos resulta tristemente inalcanzable. Como dicen los libros de sexología, "cuantos más años acuestas, más te cuesta y menos te acuestas". Pero las chicas, las chicas también han cambiado; cuando éramos jóvenes, cientos nos concedían sus gracias por pasión; ahora, gracias si por compasión nos ceden el asiento. Para colmo, cuando nos sentimos atraídos por una mujer, si esta es muy joven, una voz interior nos dice: "¿cómo puedes pensar en eso? podría ser tu hija", y si es muy mayor: "¿cómo puedes pensar en eso? podría ser tu esposa". Nosotros ya no somos los mismos, eso es verdad, pero los jóvenes están muy desorientados. Por eso y finalizando ya el presente recital les cantamos la siguiente canción, para prevenirlos contra el desenfreno y ayudarlos a corregir el rumbo. Se titula “Los jóvenes de hoy en día”. EL DIALOGO DE LA ………..JUVENTUD……….
3. La adolescencia es una etapa de cambios personales y familiares. Nuevas formas de pensar y sentir requieren ajustes en las reglas familiares, que acepten las nuevas formas de expresión de los jóvenes. Frecuentemente, en los hogares donde habita un adolescente, se oyen estrepitosos alaridos por parte de uno o ambos padres: “¡Qué vergüenza das con esos pelos!”, “¿piensas salir en esas fachas?”, “ese pantalón está deshilachado... no, así no sales”, “¡qué horror!, si estás más desvestida que vestida”, etcétera. Incluso en algunos consultorios de psicología no es extraño escuchar a una madre que se queja: “mi hija cada vez se viste peor. No lo entiendo: si yo le enseñé a combinar los colores y el uso de los zapatos según la ocasión y el clima”. “¿Por qué le gustan las cosas rotas?” “Qué debo hacer: ¿aceptar las fachas o exigir qué se vista normal?” SINOPSIS
4. con ella se dicen muchas cosas y los adolescentes se han dado cuenta que una imagen vale por 3 mil palabras y quieren utilizarla para expresarse. e pequeños solían aceptar la ropa que su mamá decidía y, conforme crecen, sus opiniones se hacen mas patentes y ambos padres tienen que llegar a acuerdos con ellos. En la adolescencia saben lo que quieren, y no se trata sólo de escoger la ropa, sino de definir que son diferentes, autónomos y que toman sus decisiones. Con la ropa, los peinados y los adornos buscan reafirmar su propia identidad, reflejar una personalidad única y original; aunque en realidad todos los adolescentes se visten de forma parecida, y lo que logran es mostrar y comunicar lo que caracteriza a su generación. Están orgullosos de su vestimenta, porque instintivamente buscan que sus compañeros los miren y reaccionen. Así se sienten apreciados por parecerse a su grupo, y porque cada elemento del vestuario es un signo de pertenencia . LA ROPA ES UN MEDIO DE COMUNICACIÓN :
5. Los medios y las modas n la adolescencia los cambios corporales, cognoscitivos y sociales aumentan, y cada joven tiene que hacer su propia adaptación. En esa época de búsqueda de sí mismos, los chicos eligen personajes y se orienten a copiar a los artistas de las películas, de un conjunto musical, de un deportista o un cantante de moda, etcétera, que son tomados como modelos. En esa imitación los elementos más visibles son la ropa, los peinados y las formas de comportamiento aprendidas en casa, lo cual suele olvidarse cuando el chico encuentra nuevos modelos . LOS MEDIOS DE LA MODA
6. Los cambios suelen ser paulatinos, el equilibrio entre responsabilidad y libertad debe ser fruto de innumerables negociaciones entre padres y adolescentes, y la vestimenta es sólo una pequeña parte de ese proceso. os padres deben tener mucho cuidado con cierta manipulación, e identificar ciertas frases: “Todos van así”. “Cómpramela: si sólo te pido una blusa (una cada vez, pues la semana entrante es otra y así sucesivamente). “ Me duelen los pies con estos zapatos, necesito unos nuevos”, etcétera, porque no se trata de dar todo sin reserva, sino de encontrar el punto medio. Muchos padres negocian con ellos acerca del costo de las prendas de marca, y ofrecen el costo básico de la prenda y el adolescente busca completar el costo con sus ahorros, como una forma de esfuerzo por conseguir lo que quiere. Quizás los padres tienen que reflexionar y recordar sobre sus propias vidas, calibrar qué aspectos de la vestimenta de sus hijos adolescentes son convenientes y cómo pueden negociar algunos aspectos siendo flexibles. La comunicación es indispensable en esto como en todas las áreas de la vida familiar. Platicar y conocer las motivaciones de la gente joven ayuda a los padres a entender por qué los chicos se visten así, y en estas conversaciones los adolescentes también pueden comprender algunas de las exigencias de sus progenitores. LOS CAMBIOS DE LOS ADOLECENTES