1. “The Elusive Quest for Growth” -
William Easterly
(Angel David Osorio Muñiz)
Introducción
La introducción del libro “Apuntes de crecimiento económico” de Sala - i – Martin comienza
con una afirmación categórica que podría sorprender para todo aquel que se acerca al
conocimiento y estudio de la Economía, así como a mí me ha sucedido.
“Sin ningún género de dudas, la teoría del crecimiento económico es la rama de la
economía de mayor importancia y la que debería ser objeto de mayor atención entre los
investigadores económicos”.
La sorpresa alegre que me produjo la lectura de dicha afirmación debe ser explicada.
Hace doce años y en mi último curso de carrera universitaria como Ingeniero Agrónomo,
tuve la oportunidad de estudiar el programa de Développement Agricole del Institut. National
Agronomique Paris-Grignon (INA-PG). Dentro del programa de dicho curso de
especialización, viajé a Madagascar por un periodo de seis meses con el objetivo de realizar
un estudio de investigación en desarrollo agrícola. Fue entonces mi primer contacto con
conceptos como desarrollo, crecimiento económico, mejoras agrícolas y también, con la
pobreza de las poblaciones del altiplano malgache.
Desde entonces y movido por el interés por conocer sobre los factores que determinan la
pobreza de tantos en el mundo, comencé a trabajar haciendo un poco de todo en países
como Venezuela, Nicaragua, Indonesia o Costa de Marfil. Y todo esto para confirmar que
algo tan simple como un grifo en la cocina o en el baño, es un autentico lujo para la gran
mayoría de la población mundial, o que las enfermedades hídricas causadas por la
ausencia de higiene y saneamiento publico es la principal causa de mortalidad infantil en
países pobres.
Y es éste interés el que me ha llevado hace ya unos años a estudiar la carrera de
Economía. Tratar de entender si el suministro de agua potable y saneamiento es un factor
fundamental de lucha contra la pobreza, o si el desarrollo agrícola e industrial es una
solución a la falta de oportunidades de tantos, y que tiene todo esto que ver con conceptos
tan complicados como inversión, ahorro, flujos financieros internacionales, etc. Por ello mi
alegría por comprobar que la economía no es solamente banking, multinacionales, mercado
de capitales y demás.
Todavía en mi empresa mis compañeros británicos creen que estudio economía para tratar
de encontrar un trabajo en Canary Wharf.
Como señala William Easterly en el prologo de su libro, si los economistas fueran capaces
de descubrir los medios por los cuales los países pobres pudieran llegar a ser ricos, este
sería uno de los mayores triunfos intelectuales de la historia de la humanidad. Y si esto es
así, y si somos capaces de poner en contacto a millones de personas alrededor del mundo
vía internet, y de mandar al espacio a turistas, y a ingeniar complicadísimos mecanismos
financieros, ¿cómo no somos capaces de asegurar el abastecimiento de agua “segura” de
la población mundial? Quizás y en línea con el planteamiento expuesto por William Easterly,
2. no hay incentivos suficientes para ello. Ni entre los economistas, ni entre el resto de los
humanos.
3. Del porqué del fracaso de la políticainternacional para luchar contra
la pobreza.
Según expone el autor del libro, William Easterly, las políticas económicas llevadas hasta el
presente por los organismos internacionales de desarrollo no han sido capaces en la gran
mayoría de las ocasiones de conseguir el anhelado crecimiento económico de los países
pobres del mundo. Las políticas iniciadas a nivel mundial para reducir la pobreza mundial
tras la Segunda Guerra Mundial y durante la Guerra Fría parecen haber sido en un
porcentaje altísimo, un fracaso.
Paul Collier, economista de la Universidad de Oxford dijo en 1997 que "Nadie que haya
visto la evidencia de la eficacia de la ayuda externa puede decir honestamente que ésta
está cumpliendo su objetivo." En 1998 un reporte del Banco Mundial concluyó que la ayuda
externa había sido a menudo un "completo fracaso".
Esto parece ser confirmado también por los decepcionantes resultados conseguidos hasta
la actualidad en la consecución de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (2005-2015). Al
menos en relación al objetivo de reducir a la mitad la población (1100 millones de personas)
que no tiene acceso a suministro de agua “segura” y a saneamiento básico (2600 millones).
Con motivo de una presentación que realice durante un curso de verano en la Universidad
de La Coruña en 2008, explicando los logros y fracasos de proyectos de ingeniería civil en
situaciones de emergencia y crisis humanitaria, expuse las conclusiones a las que llego
WHO/UNICEF Joint Monitoring Programme for Water Supply and Sanitation (JMP):
En relación con la evolución de la cobertura mundial de Agua Potable (1990-2004), La
población sin acceso a un punto “mejorado” de agua salubre había descendido en 118
millones. Si la tendencia continuara, esta cifra disminuirá desde el 2005 hasta el 2015
en otros 150 millones de personas. Para alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio
esta cifra debería disminuir en otros 900-1100 millones de personas.
En relación con la evolución de la cobertura mundial de acceso a saneamiento
“mejorado” (1990-2004), la población sin acceso a un punto “mejorado” de saneamiento
había descendido en solo 98 millones. Si la tendencia continua, esta cifra disminuirá
desde el 2005 hasta el 2015 en otros 221 millones de personas. Para alcanzar los
Objetivos de Desarrollo del Milenio esta cifra debería disminuir en otros 1600 millones
de personas.
Tomando como referencia estos datos, se determinaba que:
Para alcanzar los ODM en cobertura de agua salubre se debería asegurar acceso a
puntos mejorados a 300.000 personas adicionales cada día a la tendencia actual.
Para alcanzar los ODM en acceso a saneamiento “mejorado” se debería asegurar
acceso a 450.000 personas adicionales cada día a la tendencia actual.
Si estos resultados pueden parecer posibles si las condiciones financieras se dieran, desde
el punto de vista técnico no parece ser algo que se pueda conseguir de la noche a la
mañana.
Como bien apunta el autor, no es solamente que muchas de las formulas llevadas a cabo
por los especialistas de las agencias de desarrollo incumplen el principio económico básico
de que la gente responde a incentivos económicos, sino que además se ha fallado a la hora
de aplicar estos principios básicos en políticas practicas de trabajo en terreno.
El poner mucho dinero sobre la mesa en ciertas oficinas no significa que el crecimiento
económico vaya a surgir sobre el terreno, y si este se produce, no creo personalmente que
4. éste siempre signifique una real mejora de las condiciones de vida de las poblaciones más
vulnerables. Para fundamentar esta afirmación me concentrare más en los temas tratados
por el autor, aportando pequeñas experiencias que he tenido la suerte de vivir en mis
trabajos como ingeniero de salud publica en países pobres.
Ayuda externa para inversión en Capital Fijo,
En este primer capítulo, el autor expone que la primera de las políticas económicas
internacionales para asegurar el crecimiento económico de países “pobres” fue el de dar
mucho dinero para asegurar una inversión mínima en formación de capital fijo que no era
cubierto hasta el momento ni por el estado (inversión en infraestructuras y servicios públicos
básicos) ni por el sector privado (inversión en sectores productivos industriales y agrícolas).
Inversión en “machinery”. Y como esta solución no ha dado los resultados esperados.
Apunta el autor varias razones de ello:
El primer modelo de desarrollo aportado por Harrod daba demasiada importancia a
la influencia del factor capital como motor del crecimiento económico, en tiempos
(tras la Crisis del 29, caracterizada por altísimas tasas de desempleo) en el que el
factor productivo trabajo no se consideraba ser un limitante del crecimiento
económico. Esto hubiese llevado a la creencia errónea de que la capacidad
productiva de un país es directamente proporcional al stock de capital existente en la
economía.
Si esto fuese así, las agencias de desarrollo ya habrían encontrado la solución al
problema. Teniendo en cuenta que los países pobres no son capaces de producir lo
suficiente para ahorrar, y por tanto para invertir en capital necesario para el
crecimiento, entonces este “financing gap” no cubierto por el ahorro interno debería
ser financiado por ahorro externo. Como el sector privado no encontraría los
incentivos necesarios en términos de rentabilidad y seguridad al inicio del proceso, el
sector publico internacional (organismos internacionales) debería cubrir dicha
diferencia.
Sin embargo la realidad demuestra que a pesar de la masiva cantidad de dinero que han
recibido los países pobres para aumentar el stock de capital, estos se encuentran en peores
condiciones en términos de renta per cápita que hace 20 años. Los motivos “teóricos”
principales de este fracaso serian apuntados posteriormente por Solow:
La inversión en capital no es un factor determinante del crecimiento en el largo
plazo. Esto se debe a que el crecimiento económico considerado como mejora del
bienestar o condiciones de vida de las personas, requiere que la renta per cápita
mejore, es decir, que aumente el producto per cápita o lo que es lo mismo, la
productividad de cada trabajador. Y esto no se conseguiría automáticamente
mediante el aumento del capital (machinery) disponible para cada trabajador.
El presupuesto neoclásico de los rendimientos marginales decrecientes del capital
explicaría que el aumento de capital (La función neoclásica considera tres factores
fundamentales explicativos de la producción, el factor capital, el factor trabajo, y el
factor tecnológico) mientras el resto se mantiene fijos daría lugar a un incremento de
la producción positivo pero decreciente a medida que aumenta el factor. Por lo tanto
la productividad no aumentaría y consecuentemente el producto y la renta.
En el largo plazo y según el modelo neoclásico Solow – Swan, los rendimientos
decrecientes del capital y del trabajo llevarían a que la productividad por trabajador
no aumentaría y por tanto la tasa de crecimiento del producto per cápita, tal que la
economía tendería al estado estacionario.
En el caso de los países pobres en los que la capacidad de producir es baja, como apunta
William Easterly, la producción no sería capaz ni siquiera de cubrir las necesidades de
inversión que requiere la reposición y mantenimiento del capital existente, y la inversión
5. adicional que se requiere para mantener el stock de capital por persona constante si la
población aumenta. Entonces se tendría que las tasas de crecimiento podrían ser negativas.
Si estas son las explicaciones teóricas dadas al fracaso de la ayuda a la inversión en capital
para conseguir el crecimiento económico, ¿son estas las únicas razones del fracaso o
existen además otras razones “no económicas” desde el punto de vista de la aplicación
práctica de dichas políticas que explicarían que tanto dinero no haya producido los
resultados esperados?
Si las ayudas para la inversión en capital podrían ser buenas a priori y necesarias aunque
no suficiente para el crecimiento económico, ¿realmente esta ayuda se invirtió en capital? Y
si se hizo, ¿cómo se ha realizado? El autor pone el ejemplo del fracaso del “Milagro del
Volta” en Ghana, donde la construcción de una presa iba a suponer un aumento enorme de
la producción hidroeléctrica, industria del aluminio, producción agrícola gracias a la puesta
de regadíos, mejora del transporte, etc, y todo esto se traduciría en un aumento del
crecimiento económico del país. Al final y tras 50 años el proyecto parece ser un fracaso,
mientras la economía de Ghana lleva todo ese tiempo estancada. Esta experiencia recuerda
mucho al cuento de la lechera.
Mi experiencia personal trabajando para organismos no gubernamentales para el desarrollo,
muestra que muchos expertos formulando proyectos de desarrollo desde oficinas
occidentales, son muy dados a la creencia de que si hay dinero todo es posible. Y entonces
no se hacen análisis realistas de los riesgos que conllevan todo proyecto de inversión (no
solamente riesgos financieros, pero también políticos, legales o técnicos). Esta podría ser
una de las mayores diferencias entre los proyectos formulados por el sector público en
comparación al sector privado.
Mi empresa actual, multinacional de servicios de ingeniería y consultoría, tiene por principio
no invertir en Latino América y en África. No es la falta de dinero o ganas de invertir lo que
falta, pero si los altos riesgos que se corren cuando se invierte dinero privado en estas
áreas. El riesgo de que las cosas no vayan como se planeo son muy altas, y por tanto el
incentivo económico se debilita grandemente.
Aunque yo no tengo datos de fracasos de la magnitud del “Milagro del Volta”, mi experiencia
personal como ingeniero trabajando en emergencias me ha mostrado que:
La ayuda para invertir en capital no siempre se invierte adecuadamente, tal que
pueda inducir a algún cambio en las condiciones económicas de los supuestos
beneficiarios. Un ejemplo sencillo aunque pienso da una imagen clara de la situación
que pudiera suceder a mayor escala, es la donación de dinero para la inversión en
ordenadores e internet para pueblecitos de la puna boliviana donde apenas había
tendido telefónico y eléctrico. Los ordenadores quedaron almacenados en una
habitación sin ser usados. Otra podía ser la construcción de canales de riego en la
misma zona por donde nunca corrió ni una gota de agua. Los canales de riego en
cemento construidos en laderas de gran pendiente estaban siendo cubiertos por
deslizamientos de tierras. Sin embargo los indígenas del lugar me mostraron un
canal construido a la vieja usanza por el que corría el agua en abundancia por los
últimos cien años. Un caso paradójico podría ser el de la puesta de riegos del Valle
Alto de Punata, donde infraestructuras importantes de regadío financiadas desde
Europa no estaban siendo utilizadas porque el diseño no respondía técnicamente a
los derechos tradicionales sobre el uso del agua de la comunidad indígena del lugar.
Aunque la inversión se haya realizado en capital, en muchas ocasiones no existen
incentivos para el mantenimiento y reposición de dichas infraestructuras. En
Venezuela (tras las inundaciones del 99) y en Indonesia (tras el maremoto de 2004)
tuve la oportunidad de trabajar con las empresas locales de suministro de agua
potable y saneamiento. Mi sorpresa fue grande cuando comprobé que en dichos
países las infraestructuras hidráulicas no son diferentes a las de los países
6. europeos, sin embargo, el estado de deterioro y abandono de muchas de ellas era
alarmante. Si nos fijamos en la ecuación fundamental del modelo de Solow, y la
relación entre inversión bruta e inversión de reposición, nos daremos cuenta que
alguno de los problemas del crecimiento en ciertos países no es únicamente la falta
de crecimiento de la tasa de inversión bruta, pero en ocasiones la ausencia total de
inversión de reposición y de responsabilidad por lo “perdido”. Si no se mantiene, en
el caso de que una nueva inversión esté disponible, es posible que la única solución
sea el reemplazar completamente toda la estructura. ¿Cuál es el coste de
reemplazar en comparación al coste de mantenimiento regular? ¿Qué implicaciones
tiene en el crecimiento a largo plazo una tasa no constante de la inversión de
reposición?
Fotos 1 y 2: (Indonesia) Presa para captación de agua vía pozos colectores. La falta de
mantenimiento causo su colapso y la inutilización de los pozos. Las bombas tienen que
bombear directamente desde el rio produciendo grandes pérdidas en términos de eficiencia
económica y calidad del agua suministrada.
Ayuda externa para inversiónen Capital Humano – Educación
Otro de los factores considerado como determinante por las agencias de desarrollo para
impulsar el crecimiento económico y que no ha dado los resultados esperados es la
inversión en educación. El autor demuestra mediante análisis empírico, que tampoco este
es un factor determinante del crecimiento, al menos por sí mismo. Y centra su análisis en la
explosión educativa acaecida durante los años 1960 y 1990 en muchos países pobres
mientras sus tasas de crecimiento se estancaban o incluso disminuían.
Interesantes son los resultados obtenidos por Mankiw en los que defiende que la inversión
en capital físico acompañado de inversión en capital humano puede hacer que los
rendimientos decrecientes de ambos factores sean menores. Y por tanto, que países con
mismo acceso a la tecnología pero con diferentes tasas de ahorro e inversión tengan
diferentes niveles de renta per cápita en el largo plazo. Esto demostraría que el problema
del crecimiento económico no es cuestión de un único factor económico, sino más bien de
la combinación de diferentes factores, incluso de la combinación de factores no puramente
económicos pero también quizás políticos (relaciones de poder), social y cultural.
Aunque la inversión en educación se demuestre como un factor no determinante por si solo
del crecimiento económico, las ayudas y esfuerzos en este sentido se justifican por sí
mismos. A este respecto quisiera apuntar la importancia que tiene para muchos niños y
jóvenes pobres el poder estudiar. Muchos de ellos son conscientes de la falta de
oportunidades futuras, pero no por ello dejan de prepararse. El poder estudiar para muchos
significa que quizás algún día no se verán sometidos a otros, da sentido a sus días cuando
7. no se tiene nada, les permite tener ilusiones o simplemente escapar de tener que ir a
recoger madera o agua a largas distancias. A este respecto es importante señalar aunque
no sea el objetivo del libro, el crecimiento económico no significa siempre desarrollo
económico.
Fotos 3 y 4: Niños en Venezuela y en Costa de Marfil buscando agua y cuidando de los
hermanitos.
Volviendo al libro, el autor señala como Solow llega a la conclusión que siendo los
rendimientos del capital y del trabajo decrecientes, el único factor que determina tasas de
crecimiento positivas de la productividad es el progreso tecnológico. Es decir, cantidades
fijas de los factores capital y trabajo pueden presentar rendimientos crecientes si existen
tasas de crecimiento positivo del factor tecnológico. La tecnología permitiría incrementar la
productividad de los otros dos factores y por tanto sería el motor ultimo del crecimiento a
largo plazo.
A este respecto y en base a mi experiencia personal me gustaría señalar:
En el trabajo práctico sobre terreno, como bien predice la teoría económica, el
progreso tecnológico es básico para asegurar el aumento de la producción.
Un factor importante sería el organizativo, ¿Qué estructuras organizativas y de
dirección requieren las empresas públicas para asegurar eficiencia y rentabilidad?,
¿Qué estructura financiera? ¿Qué opciones de sociedad (partnership) y
colaboración existen entre el sector público y privado para asegurar rentabilidad y
eficiencia en el largo plazo?
Otro factor seria el puramente técnico, ¿Qué tecnologías requieren los países poco
industrializados? ¿Son las mismas tecnologías que las que proceden de países
altamente industrializados? ¿Se requiere tecnología específica a las condiciones
reinantes en el ámbito rural o urbano de África o de Asia? En Indonesia pude ver
pozos y filtros técnicamente perfectos que no funcionaban porque los locales no
sabían cómo utilizarlos, o porque no existían repuestos en el mercado a precios
asequibles. Sin embargo, en Costa de Marfil, en vez de invertir en bombas eléctricas
o de combustión, se repararon las bombas indias manuales que eran capaces de
bombear a más de cien metros de profundidad y que fueron dañadas durante la
guerra. El sencillo mecanismo de estas bombas manuales estaba al alcance del
conocimiento técnico de los locales, y el coste de reparación y mantenimiento era
sorprendentemente barato.
8. Fotos 5, 6 y 7: Trabi-Bu reparando bombas manuales en la zona conflictiva entre Costa de
Marfil y Liberia (verano 2003).
Por último otro factor importantísimo desde el punto de vista tecnológico seria la
inversión en capacidades técnicas y de gestión de los profesionales de los países
pobres (¿inversión en capital humano o en tecnología?). Es impresionante la
demanda de información que los profesionales locales (ingenieros, técnicos, etc.)
nos piden. Por otra parte estoy convencido que la mayoría de las soluciones a los
problemas específicos de los países pobres no está en los economistas e ingenieros
occidentales, sino en los profesionales africanos, latinoamericanos y asiáticos.
¿Entonces porque tanta ayuda directa a los Gobiernos (ahorro para consumo) y tan
poca a los profesionales (ahorro para formación capital humano)? ¿Es la tecnología
verdaderamente un factor exógeno, o existe posibilidad de inducir el progreso
tecnológico vía políticas económicas? ¿Están en lo cierto Romer y Lucas que la
tecnología crece de forma endógena?
Ayuda externa para el control del crecimiento demográfico.
El tercer factor determinante que las agencias de desarrollo han probado como acicate del
crecimiento económico es el control de la tasa de crecimiento demográfico. A este respecto
no cabe señalar más de lo ya expresado por el autor. Quizás que dicha medida pone de
evidencia el fracaso intelectual de Occidente por encontrar soluciones al problema del
crecimiento económico mundial.
Si no somos capaces de incrementar la productividad per cápita, entonces la solución pasa
por controlar o disminuir el número de personas que deben repartirse el pastel. En términos
económicos, disminuir la tasa de ahorro que se requiere para mantener constante el stock
de capital per cápita. Esto suena al dicho de “colocar la burra detrás del carro”. Quizás el
carro avance algo pero la dirección es más bien imprevisible.
Conclusiones
Como bien expresa William Easterly en su libro, el fracaso de la comunidad internacional
para encontrar y aplicar las políticas económicas adecuadas que aseguren el crecimiento
económico de los países pobres, es un problema fundamental de creación de incentivos
económicos positivos o negativos. Creación y mantenimiento (sustentabilidad) de incentivos
que induzcan a procesos productivos, o por el contrario la creación de incentivos
económicos que inducen procesos no productivos o despilfarradores de activos existentes.
9. Analizar y conocer de forma honesta y racional los incentivos que mueven a los gobiernos
del “Primer Mundo” vía organismos internacionales y organizaciones “no gubernamentales”,
a los gobiernos de los países del “Tercer Mundo”, y a los ciudadanos de ese “Tercer Mundo”
(yo aquí también incluiría a los ciudadanos de los países industrializados, pues aparte de
poner el dinero, sería importante conocer que incentivos nos mueve a hacerlo, si es que
existen), permitiría aprender de errores pasados y quizás formular en el futuro políticas y
formulas económicas más adecuadas, y particularmente, más eficaces y eficientes.
Para ello deberíamos empezar por entender que la pobreza no es un problema de caridad,
ni de ayuda. Tampoco un problema cuya solución provenga fundamentalmente del “Primer
Mundo”.
Otro problema sería entender como la Teoría Económica se relaciona con la realidad
económica. Como ingeniero que trabajo a diario con modelos hidráulicos, se que los
modelos no son más que simplificaciones de la realidad que nos ayudan a analizar sistemas
y procesos complejos reales. Pero no por ello reproducen completamente la realidad y no
por ello sus resultados se deben aceptar como infalibles. Aplicar de forma directa modelos
económicos a realidades concretas que no se conocen en terreno, puede llevar a resultados
nefastos semejantes al diseño de una presa sin haber pisado el terreno y sin tener idea
alguna de las condiciones locales climatológicas o geológicas. Para torear bien hay que
acercarse al toro. Es difícil creer que se hacen cosas por los pobres cuando solamente se
les conoce vía datos estadísticos o vía informes oficiales.
La teoría económica puede ser condición necesaria para descubrir los condicionantes del
crecimiento económico, pero quizás no suficiente para obtener resultados prácticos
satisfactorios. Yo por mi parte afronto el estudio de la Teoría Económica como pilar
fundamental para quizás una posterior acción adecuada.
Como William Easterly expresa al principio de su libro, los expertos en crecimiento
económico a largo plazo no se preocupan del crecimiento del producto interior bruto por el
mero placer del análisis teórico, sino por que cuanto mayor es el PIB per cápita menor es la
proporción de gente que sufre las consecuencias de la pobreza. La pobreza en la realidad
no son números ni estadísticas solamente, también y principalmente, son personas con
nombre propio.
Ángel David Osorio Muñiz
Fotos 8: “Las consecuencias que este tipo de cuestiones entrañan para el bienestar humano
son sencillamente estremecedoras: una vez que uno empieza a pensar en ellas es difícil
pensar en cualquier otra cosa”. Robert Lucas (1988)