2. El silencio
La Revelación se da
dentro de la experiencia
humana tejida de silencios y palabras.
El Dios bíblico no es sólo palabra,
lenguaje, evidencia.
Es también misterio y ausencia.
Dios habla: hay oídos dispuestos a oír?
El acto de oír representa la realización de la palabra.
3.
4. El profeta Elías (1Rs 19,11-12) , habituado a encontrar a Dios en la Palabra, le
reconoce también en el silencio.
6. El Dios de la Palabra se muestra en la no palabra.
7. El “callarse” de Dios es “su decir”. Conciencia de encontrarse delante del
“misterio”.
8. Is 50,4-5: El Señor Yavé me ha dado lengua de discípulo, para que haga saber a los
cansados una Palabra alentadora. Mañana tras mañana despierta mi oído, para escuchar
como los discípulos. El Señor me ha abierto los oídos.
9. El silencio es oración
Pensamientos agustinianos
Orar sin cesar
“Perseverar en la oración”(Col 4,2):
“persistir”, “permanecer”,
“ocuparse asiduamente”.
Orígenes: la vida de santidad
es una sola oración continuada.
El sujeto de la oración
es la interioridad humana.
10. La interioridad es el elemento esencial de la espiritualidad.
La interioridad
de la oración
es la inhabitación divina
en el alma en gracia.
Dios reside
en el interior
del orante
como en un templo.
Es ahí donde Dios
escucha el silencio.
11. Oración y deseo de Dios
Cuando la oración es vocal:
no porque Dios desconoce nuestra voluntad.
Es que las palabras ejercitan el deseo.
No todo deseo es oración.
La fe es fuente de oración.
Sin la fe no hay oración.
También la esperanza ora.
El amor es una voz que sube a Dios.
Quien deja de amar deja de rezar.
12. El silencio: una tarea fecunda
Sacrificar la propia palabra
Para que la otra voz sea escuchada.
Preparar el terreno para que la Palabra germine.
Gestar el diálogo entre silencio y palabra.
Renuncia a escuchar voces sin olores a Dios.
Superar la prisa, vinculada al desinterés con la Palabra.
Darle dignidad a la palabra.
Escuchar el silencio contemplando a Dios en el interior.
13.
14.
15. Sal 104: Busca siempre su Rostro.
Que Nuestra Señora
Desatadora de Nudos,
desamarre las ataduras
que nos impiden
ver el rostro del Señor.