GUÍA PARA EL REZO DEL SANTO ROSARIO, tamaño cuartilla A5 .pdf
Lectio Divina
1. Lectio Divina ¿Qué es la Lectio Divina? LECTIO DIVINA ES UNA LECTURA ORANTE DE LA PALABRA Paso previo a laLectio divina es La statio(estación, pararse, estarse)
2. El FIN de la Lectio Divina es LA UNIÓN CON DIOS
8. Esto requiere acercarse a la Palabra con fe, es un encuentro de personas. Sólo el hombre que cree que la Palabra puede salvarlo se acerca a ella esperanzado. El Amor y la esperanza son los otros dos requisitos. La Lectio Divina es el encuentro entre seres que se quieren y en ambas actúa el ESPÍRITU
9. PARTIR DE LA INVOCACIÓN DEL ESPÍRITU Leer orando, atentamente, en silencio, de comienzo al final. buscando,varias veces, y aún leyendo en voz alta, escribir, ejercitando la atención. escuchando, la lectura se convierte en medio para ponerse en estado de escucha, acogiendo, sin apurarse en buscar aplicaciones prácticas. Como pronunciando por primera vez y para mí. Llegando a saborearla, leerla y volverla a leer. “Mendigo la inteligencia de muy profundo misterio escondido en este libro” (San Bernardo) lectura repetida y minuciosa. Para hacernos permanecer en la Palabra y hacer permanecer la Palabra en nosotros
17. Con asiduidad (San Ambrosio)Se necesita un esfuerzo de atención y de asiduidad. Semejante lectura arranca al hombre espiritual de las concupiscencias carnales, de las preocupaciones (no de las ocupaciones) del mundo, para llevarlo poco a poco a la divinización.
18. 2º Paso - MEDITATIO Los Padres de la Iglesia hacen referencia al trabajo de la abeja. Después de haber chupado las flores (lectio), se encierra en su celda y elabora la miel (meditatio, oratio...) “Ustedes que recorren los jardines de las Escrituras no tienen que recorrerlos de prisa o con negligencia. Caven cada palabra para extraer de ella el Espíritu. Imiten la abeja hacendosa que recoge de cada flor su miel”. meditatio es leer incansablemente, mil veces un texto para admirarlo más y mejor, confiarlo a la memoria para no poderse separar de él. Es decir, la Palabra de Dios, deseada porque amada, y balbucear, gemir el texto día y noche. Es la prolongación necesaria de la lectio. En la lectio domina la atención, en la meditatio la memoria. La lectio da el alimento, la meditatio lo asimila, por la masticación, por la rumiación de la Palabra-alimento, y todo esto por contacto prolongado.
19. 3º Paso - ORATIO La oración constituye mi respuesta a Dios. En la lectura de la Palabra Dios se ha entregado a mí, en la oración me entrego yo a Él. “Si el texto es oración, ora; si es gemido, gime; si es gratitud, alégrate; si es un texto de esperanza, espera; si expresa el temor, teme” (San Agustín) “En tu oración hablas a Dios. Cuando lees la Sagrada Escritura, Dios te habla; cuando oras , tú hablas a Dios” (San Agustín) Se trata de permanecer con Él, junto a Él, con tranquilidad sin otro deseo que el de escucharlo si quiere hablar o estar en silencio. Es importante en el diálogo con Dios las palabras y sentimientos del texto En la oratioel orante se apropia de la palabra leída. La Palabra de Dios se hace mía, que vuelve a Dios en forma de oración y se hace vida, y vida cristiana de obediencia fiel al modo del Hijo, es un Amor que tiene su medida, su fuente y su fuerza en el Sacrificio Pascual actualizado en la Eucaristía. Poco a poco la Palabra traza su camino en el corazón. Esta orationo siempre resulta fácil porque no es efecto de la naturaleza, antes obra del Espíritu que ora en nosotros. Hay que saber insistir en esperar que Cristo toque la puerta en el texto hasta que, vencido por su voz, le abramos.
20. 4º Paso - CONTEMPLATIO Siendo don de Dios, la contemplatio no se alcanza por los esfuerzos personales. Ubicada en lo más íntimo del corazón, allí donde Dios mora, no viene del exterior. Aparece como el fruto natural de una lectura orante intensa cuando el Espíritu la concede. Es una presencia invasiva, es mirarle a Él en el silencio de todo el ser. Es una experiencia de fe que ilumina los ojos de nuestro corazón (Ef 1,18) que, aún sin ver, lleva a la adhesión de la voluntad en una certeza misteriosa. Aquí podemos aplicar las palabras de Jesús: “Pidan y se les dará; busquen y encontrarán; llamen y se les abrirá...”(Mt 7,7) Ante esta experiencia de que Dios me habla, me quedo como ciego. Caigo de rodillas (Ef 3,14-18). Llegados a este “momento”, o más bien, traídos a este “lugar” por el Espíritu que encontró nuestra disponibilidad en la búsqueda perseverante a través de la Palabra, tomemos el consejo de Santa Teresa de Jesús: “No les pido que piensen en Él, ni que saquen muchos conceptos, ni que hagan grandes y delicadas consideraciones con su entendimiento, no les pido sino que le miren.” Nuestra mirada y nuestra atención pasan de la palabra hablada y escuchada a Aquel que habla.
21. El Catecismo de la Iglesia Católica nos regala unos preciosos párrafos sobre la contemplación, son los nº 2709 al 2719. “La oración contemplativa es una mirada sencilla a Dios en el silencio y el amor. Es un don de Dios, un momento de fe pura, durante el cual el que ora busca a Cristo, se entrega a la voluntad amorosa del Padre y recoge su ser bajo la acción del Espíritu. Santa Teresa de Jesús la define como una íntima relación de amistad: «estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos que nos ama».”
22. EL ÍCONO En la tradición de la Iglesia de oriente, un ícono no es sólo una imagen visible de una realidad sagrada, sino que contiene sacramentalmente una presencia de esa misma realidad. El ícono es una presencia de lo invisible, que brota de la misma materialidad de la imagen. El ícono está cargado de presencia. Lo que el Evangelio ha dicho a través de la palabra, el ícononos lo hace presente. En la Lectio Divina es el íconoel que nos mira. La lectio divina es levantar la vista y encontrar a Alguien que nos mira… que nos habla… que nos ama… que nos busca.
23. Aprenderemos a no ser indiferentes a sus muchas presencias entre nosotros, especialmente en cada hombre donde mora como en ciudad propia. Clamaremos con el Espíritu y la Iglesia “Ven, Señor Jesús”, grito que recoge el deseo que descansa en el corazón de todo hombre por verse libre de la atadura del sufrimiento y de la muerte a la que lo sometió el pecado.
24.
25. Señora de la escucha atenta. Madre del buen oído. Mujer del corazón abierto. Virgen de los ojos profundos. María de la total disponibilidad. Arca de guardar palabras y secretos. Patrona de la sorpresa y el desconcierto. Camino recto de encuentro con El. Lámpara encendida siempre. Diccionario del silencio, sin palabras. Enciclopedia de recuerdos y memoria. Teóloga del Sí. Estate a mi lado en la espera, leyendo conmigo. Acompáñame en la senda, escuchando la Palabra. Préstame tus palabras y tu fe, modelando mi respuesta. Entréname en la total disponibilidad, para que la Palabra se cumpla en mí. Enséñame a decir Amén. PLEGARIA CON MARÍA AL INICIO DE LA LECTIO DIVINA