2. La agradable camioneta
SUV es una rara opción
en el segmento, diferente
a un automóvil de su
tamaño. En ciudad se
conduce y estaciona con
facilidad, la marcha es
buena sobre destapados
suaves o medio bruscos,
que de paso ayudan a
olvidar las maltrechas
vías que supera sin
inmutarse. Estabilidad y
espacio de compacto, en
formato deportivo
utilitario.
3. La Tracker es como una 'hermana menor' de la
captiva, quedando a medio camino entre los
subcompactos, y los compactos. Más larga que el
Sonic de 5 puertas, más corta que el sedan.
Como buena SUV su altura sobre el piso y total
de 1,657 metros -bastante más de metro y
medio, lo visto en promedio en automóviles
comunes actuales-, es generosa y gracias a lo
ancha que es, da la impresión de ser más grande.
Son pocas las marcas que disponen de una SUV
que por tamaño pueda competir con la Tracker.
4. Así, es ideal para familias jóvenes que no
necesitan la aparatosidad de las más
grandes, puesto que el espacio al interior es
más que suficiente en todos los puestos
(altura, espacio piernas y anchura
holgadas), presenta un baúl equivalente a un
5 puertas compacto (356 litros según la ficha
técnica), y su mayor altura transmite más
confianza en la conducción, al disponer de
mejor visibilidad.
5. La tracker es más capaz de lo esperado en malos
pisos. Los recorridos verticales del conjunto
llanta - suspensión están calibrados en un punto
medio: es cómoda en los baches pequeños, y en
los grandes no deja espacio a brincos y
oscilaciones de gran amplitud o alta frecuencia
que incomoden. Se destaca el buen trabajo del
conjunto muelle - amortiguador. Ayuda también
el perfil alto de las llantas serie 70 cuando se
enfrentan porque toca, los huecos más
inclementes que con seguridad, harían mella en
un automóvil: los supera a respetable distancia
de los cuatro por cuatro más profesionales,
referencias en ese sentido.
6. Y eso que es tracción delantera y no llega a las cotas de
altura y fortaleza de los más camperos pues en ese caso
pasaría por donde los más expertos lo hacen a campo
traviesa.
El motor 1,8 litros de gasolina entrega 138 caballos de
potencia a 6200 revoluciones y un par motor de 17,7
kilogramos/metro a 3800 rpm. Es el mismo del Cruze, con
las mismas cifras de caballos y torque. Si tienen alguna
diferencia en la programación del encendido o inyección la
desconozco. Lo que sí aseguro es que mueve muy bien a
la camioneta en regímenes normales por debajo de 4000,
donde con hasta 1/3 de acelerador, tiende a poner el
cambio más largo, algo habitual en todos los modelos de
última generación, considerando los temas de emisiones y
consumo.
7. Acelera y recupera como un Cruze a pesar de
llevar en promedio 50 kilos más de peso según el
catálogo. Las relaciones de la caja automática de
6 marchas (está disponible una mecánica de 5 en
la versión menos equipada) permiten celeridad
en el movimiento y, salvo la relación final de
transmisión que es más corta, calca las
relaciones de caja del Cruze. En la práctica las
relaciones son casi las mismas porque la Tracker
con llantas serie 70 en ancho de 205 montadas
en rines de 16 pulgadas, alarga los cambios por
mayor altura total final de las ruedas.
8. Como siempre en los automáticos, y como es
habitual desde hace un par de décadas por la
electrónica y el diseño de los controles, la caja
automática se puede llevar en modo totalmente
manual -donde acelera hasta 6500
revoluciones en vez de las 6000 del Drive
normal-, sin la intervención para nada de la
electrónica, algo que me gusta mucho, tal como
sucede en BMW y Mazda. Así, si voy en
primera, tercera, o el cambio que sea y me voy a
fondo hasta el límite de rpm, no pasa al siguiente
cambio dejándolo a discreción del
automovilista, lo que a su vez ayuda a mantener
la concentración en las maniobras.
9. ¿Consumo de combustible?
Según la computadora del
vehículo con un 60% del
recorrido en carretera y 40%
en ciudad de tráfico medio
en más de 300 kilómetros,
entregó un promedio de
33,4 kilómetros por galón,
que pueden mejorar algo
cuando se exija menos a
fondo de lo que lo hice -y
se puede hacer-, en la
montaña. Además, estamos
al mando de un vehículo de
prácticamente 1400 kilos
de peso.
10. Los frenos son suficientes y aunque no
trabajaron a fondo muchos kilómetros,
manejaron bien la temperatura en ciertos
momentos de exigencia sin dejar en
evidencia que atrás lleva tambores y no
discos. Por fortuna, la potencia de frenado se
entrega mínimo en un 75% a los frenos
delanteros, de ahí que eso no sea un
problema. Simplemente en cualquier auto con
tambores traseros, la dosificación de las
frenadas exigentes es algo menos precisa.
11. El interior, en general, es cercano a una
'fotocopia' de sus hermanos Sonic y Spark GT,
con líneas que forman ángulos obtusos tanto en
los radios del timón, como en las líneas que
delimitan por encima y por debajo los controles
del aire y calefacción, y por debajo los de la
radio. Muy originales y de fino aspecto , las
rejillas de ventilación en el tablero. Las sillas de
color claro que combinan con los tonos grises
oscuros de muy buen aspecto en la mayoría del
habitáculo, tienen la desventaja de verse sucias
antes de lo esperado. Gracias a la silla graduable
en altura, y al timón en los 2 sentidos, se
encuentra rápido una buena postura al volante.
12. Chevrolet recuerda una vez más que no quiere
dejar a un lado la oferta en ningún sector del
mercado. A los Sonic, Cobalt, Trail Blazer, y
Orlando, los acompaña la Tracker como una
acertada elección para los que quieren y
necesitan algo diferente al automóvil tradicional
mediano, porque la van a disfrutar en los viajes
por carreteras despavimentadas o con grandes
imperfecciones, pudiendo disfrutar de la
comodidad y altura de conducción, espacio,
seguridad y casi la misma estabilidad, de un
automóvil de su longitud.