El Genocidio Armenio fue planeado y llevado a cabo por el Estado de Turquía contra la población armenia del Imperio Otomano entre 1915 y 1923, resultando en la muerte de aproximadamente 1.5 millones de armenios a través de deportaciones forzosas, masacres, tortura, hambre y abusos. Los principales criminales escaparon de la justicia al huir de Turquía, pero fueron juzgados en ausencia y encontrados culpables de crímenes capitales.