Ángel Salvador nacido en hospital del Callao pese a estado vegetativo de su madre
1. Arzobispado de Arequipa
Domingo
11 Enero
2015
LA ColumnA
De Mons. Javier Del Río Alba
ÁNGEL SALVADOR
Una historia ocurrida en el Perú
El 29 de diciembre, en el hospital Alberto
Sabogal, del Callao, nació un niño de 3.66
kilos de peso. Su nacimiento podría haber
pasado desapercibido sino fuera por las
circunstancias en las que se dio. Pocos meses
antes, su madre Luz Cullanco, una joven de 26
años de edad, fue acompañada por su esposo
a un policlínico privado en el Callao para
hacerse un chequeo de rutina. Al parecer
debido a una negligencia de los médicos, la
señora Luz quedó en estado vegetativo e
inconsciente, estando ya embarazada. Pasó
así cuatro meses en el hospital Luis Negreiros,
de la red de Essalud, después de los cuales
fue trasladada al hospital Alberto Sabogal que
tiene mejores equipos. Durante todo ese
tiempo los médicos atendieron sus daños
cerebrales y monitorearon su embarazo.
Diversos especialistas velaron por ella y por el
niño que llevaba en su seno. Realizaron cien
visitas de control obstétrico, diez pruebas de
bienestar fetal, siete ecografías, veinte visitas
de otros especialistas y cinco juntas médicas.
Inicialmente la señora Luz ni siquiera podía
respirar por sí sola, pero fue reaccionando
positivamente y, poco a poco, comenzó a
respirar sin necesidad de ventilación
mecánica. Del mismo modo, el niño fue
creciendo en el seno de su madre y siendo
alimentado por ella, pese a que seguía en
estado de inconsciencia. De esa manera se
llegó al final del embarazo y, a través de una
cesárea, el niño nació con buena salud y,
mientras su madre sigue siendo tratada en el
hospital, él está en casa con su padre, Ernesto
Huamán, de 25 años de edad, y su hermanito
Brandon, de cuatro años. Fue justamente su
padre quien decidió ponerle el nombre de
Ángel Salvador porque, como él mismo ha
explicado, el niño lo ha salvado del desánimo
en que se vio inmerso ante la injusta situación
por la que viene atravesando su esposa y, con
ella, toda la familia. Ernesto ve en su hijo a un
angelito que Dios le ha mandado para
consolarlo en medio de su sufrimiento y para
sostenerlo en el acompañamiento a su
esposa, a quien visita todos los días, y en la
necesidad de educar, él solo, a sus dos hijos.
Esta historia de la vida real pone de manifiesto
varias cosas. En primer lugar, la alta calidad
profesional y ética de los médicos de Essalud,
quienes están atendiendo muy bien a la
señora Luz y no sólo no optaron por la vía fácil
de hacerla abortar sino que supieron proteger
la vida del niño hasta su nacimiento. En pocas
palabras, hicieron honor de su juramento
hipocrático y optaron por salvar las dos vidas.
El éxito así alcanzado pone también de
manifiesto que el llamado Protocolo de Aborto
Terapéutico, emitido por la exministra de Salud
señora Midori de Habich, de haberse aplicado
el cual se habría asesinado al niño, carece de
fundamento técnico ya que los adelantos de la
ciencia permiten salvar las dos vidas aun en
situaciones tan difíciles como la de la señora
Luz y su pequeño hijo. Finalmente, las
mismas declaraciones del padre de Ángel
Salvador ponen de manifiesto que el amor de
los esposos hace que el fruto de su amor
conyugal, es decir el hijo nacido de ese amor,
sea siempre deseado y acogido, encontrando
en él una fuente de alegría y hasta de consuelo
en los momentos difíciles. Ojalá que la historia
de Ángel Salvador y su familia sirva de ejemplo
para que todos nos demos cuenta del valor de
la vida, del matrimonio y la familia.
+ Javier Del Río Alba
Arzobispo de Arequipa