1. Arzobispado de Arequipa
Domingo 23
Noviembre
2014
LA COLUMNA
De Mons. Javier Del Río Alba
JESUCRISTO, REY DEL UNIVERSO
La Iglesia concluye hoy el año litúrgico 2014 y
el próximo domingo comenzará el año
litúrgico 2015. A lo largo de cada año litúrgico
la Iglesia hace memoria y celebra los
momentos más importantes de la vida,
pasión, muerte y resurrección de nuestro
Señor Jesucristo, el Hijo de Dios que vino al
mundo para salvarnos. El año litúrgico
comienza con el tiempo de Adviento, que nos
prepara para la Navidad, tiene su momento
central en la Semana Santa y culmina con la
solemnidad de Jesucristo Rey del Universo,
que celebramos hoy.
En esta fiesta, la Iglesia contempla y celebra
a Jesús exaltado a la diestra del Padre, es
decir Jesús glorioso en su Reino. Es el Hijo
de Dios que, como dice san Pablo en su
Carta a los Filipenses, no retuvo ávidamente
su dignidad sino que se hizo hombre y, en
obediencia a su Padre, por amor a Él y a
nosotros, obedeció hasta morir en la Cruz
para el perdón de nuestros pecados. Jesús,
pues, siendo Dios desciende hasta lo más
profundo de la naturaleza humana, toca con
sus propias manos nuestras debilidades y
carga en su carne con nuestros pecados y
oprobios; pero no se queda ahí sino que,
como decimos cada vez que profesamos el
Símbolo de la Fe, desciende aún más, hasta
el infierno, el sheöl, el lugar de los muertos.
Es a este Jesús a quien contemplamos y
celebramos hoy, pero ya no en esa situación
de abajamiento sino en su estado de gloria,
porque Dios, su Padre, no lo abandonó en la
muerte sino que lo resucitó, lo exaltó y lo
constituyó Kirios, es decir Señor de todo
cuanto existe. Como el mismo Jesús lo dijo a
sus apóstoles después de la resurrección, su
Padre le ha dado “todo poder en el Cielo y en
la tierra”; Dios ha puesto todo bajo sus pies.
Los cristianos sabemos que Jesús es el
verdadero y único Rey que gobierna sobre
todo lo creado; y sabemos también que no
reina como otros que tienen poder y lo
aprovechan en función de sí mismos, sino
que Jesús reina a nuestro favor, reina
poniéndose a nuestro servicio y enviándonos
desde el Cielo al Espíritu Santo para que,
acogido por nosotros, nos transforme desde
dentro y nos introduzca en ese Reino de Dios
donde se vive de amor, por amor y para el
amor. Como verdadero Rey, Jesús no
explota a los miembros de su Reino ni vive a
costa de ellos; por el contrario, nos concede
vivir a costa de Él, es decir, nos transmite su
propia vida divina, su victoria sobre el pecado
y la muerte. Es el Rey Pastor que nos cuida,
nos protege y nos guía hacia la vida eterna
para la cual fuimos creados.
Desde esa perspectiva, que es la verdadera,
en este domingo de Jesucristo Rey del
Universo los invito a pedirle que nos dé a
todos un corazón dócil, para que nos
dejemos conducir, gobernar y ayudar por Él.
Todos tenemos muchas limitaciones y
pecados que nos impiden ser felices.
Pidámosle a Jesús que nos ayude a
vencerlos para ser verdaderamente libres y
disfrutar de su Reino que ya está presente en
este mundo y que avanza hacia su plenitud,
el único Reino que no tendrá fin y que Él
quiere compartir con nosotros. Seamos
humildes y no dejemos pasar esta
oportunidad.
+ Javier Del Río Alba
Arzobispo de Arequipa