Solo hay una vida que triunfa y esa es la vida de Yahshua, el Cristo.
Todo hombre puede tener esa vida, todo hombre puede vivir esa vida.
No nos referimos a que el hombre pueda asemejarse a Cristo; hablamos de algo mucho mejor ,
no nos referimos a que el hombre pueda tener siempre la ayuda de Cristo, hablamos de algo mejor .
No nos referimos a que todo hombre pueda tener el poder de Cristo, hablamos de algo mucho mejor.
El Estado de los Muertos y el Fuego Eterno (1ra Parte)
LA VIDA TRIUNFANTE 2012
1. LA VIDA TRIUNFANTE
Solo hay una vida que triunfa y esa es la vida de Yahshua, el Cristo.
Todo hombre puede tener esa vida, todo hombre puede vivir esa vida.
No nos referimos a que el hombre pueda asemejarse a Cristo; hablamos de algo mucho mejor ,
no nos referimos a que el hombre pueda tener siempre la ayuda de Cristo, hablamos de algo mejor .
No nos referimos a que todo hombre pueda tener el poder de Cristo, hablamos de algo mucho mejor.
Tampoco nos referimos solamente a que el hombre sea salvado y sea guardado del pecado; nos referi-
mos a algo mejor.
Lo que queremos decir es esto: Siempre supimos que Cristo era nuestro Salvador pero anteriormente
lo veíamos como un Salvador externo, como alguien que había logrado una obra salvadora desde afue-
ra para nosotros; alguien que estaba dispuesto a quedarse junto a nosotros, para ayudarnos en todo lo
que necesitáramos, dándonos poder, fortaleza y salvación. Pero nos hemos dado cuenta de algo mucho
mejor que esto. Por fin nos hemos dado cuenta que Jesús, el Cristo, estaba realmente viviendo en noso-
tros y mucho mas que eso; que El se había constituido nuestra propia vida, tomándonos en unión con El
mismo — nuestros cuerpo, mente y espíritu — mientras seguíamos conservando nuestra propia identi-
dad, nuestro libre albedrío y nuestra responsabilidad moral. ¿No es esto mucho mejor que tener a Cristo
como a un ayudante o un Salvador externo?− es decir, el tener a Jesús, el Cristo, el Hijo de Dios como
nuestra mismísima vida. Esto significo que nunca mas necesitaríamos pedirle ayuda como a un amigo
externo, independiente o separado de nosotros sino que haría Su obra y Su voluntad en nosotros, con
cada uno de nosotros y a través nuestro. Nuestro cuerpo era Suyo, nuestra mente y nuestros sentidos
eran Suyos y nuestro espíritu era Suyo también; no meramente Suyos sino literalmente Suyos; lo que
El nos pidió fue que reconociéramos lo siguiente: “Con Cristo estoy juntamente crucificados y ya no
vivo yo, mas vive Cristo en mí.” Jesús, el Cristo, se había constituido en nuestra mismísima vida — no
como una figura literaria sino tan real como se convierte un árbol en un escritorio.
Porque “vuestros cuerpos son miembros de Cristo” y “vosotros sois el cuerpo de Cristo.”
¿Ha notado usted que Pablo declaraba con gozo y alegría, “para mi el vivir es Cristo?” El no dijo,
como muchos piensan erróneamente y actualmente, “para mi el vivir es ser semejante a Cristo,” ¡no!,
“para mi el vivir es tener la ayuda de Cristo,” ¡no!, “para mi el vivir es servir a Cristo,” ¡no!.
Pablo profundizo mas allá de estos conceptos, cuando enfáticamente, gloriosamente y misteriosamente
declara, “Para mi el vivir ES Cristo.” Nunca habíamos entendido este pasaje anteriormente.
Ahora bien, gracias a Su don, de si mismo, comencé a vislumbrar su maravilloso significado y poder.
2. Y así es como supimos por nosotros mismo que existía una vida triunfante: la vida de Cristo Jesús, y
que esa vida puede ser nuestra si le pedimos y si nos rendimos completamente e incondicionalmente a El,
sometiendo nuestra voluntad a la Suya, y haciéndolo nuestro Maestro y Salvador en nuestras vidas —
morando y abrumándonos con Su presencia y llenándonos de El “hasta toda la plenitud de Dios.”
¿Cual ha sido el resultado? ¿Nos dio esta experiencia solamente un nuevo concepto intelectual mas
interesante sobre Cristo? Si solamente nos hubiera dado eso tendríamos poco que decirte hoy. ¡No!, esto
significo un cambio revolucionario y completo en nuestras vidas, tanto por dentro como por afuera.
Si algún hombre esta en Cristo entonces es una nueva creación.
Jesús, el Cristo no quiere ser nuestro ayudador, El quiere ser nuestra vida. El no quiere que trabajemos
para El. El quiere que le permitamos cumplir Su obra en nosotros, usándonos como usamos un lápiz para
escribir — y aun mucho mejor: usándonos como los dedos de Su mano. Cuando nuestra vida no solo es la
vida de Cristo sino la vida de Cristo mismo, nuestra vida se convierte en una vida triunfante y victoriosa
porque El nunca ha sido vencido. Y una vida victoriosa es una vida que da frutos para vida, una vida de
servicio.
Debemos dar fruto en nuestro carácter y en nuestro servicio si Cristo es nuestra vida. Y daremos fruto
porque Cristo es nuestra vida. “El no puede negarse a Si Mismo,” “El [Cristo] no vino a ser servido sino a
servir.” Un nuevo y completo tipo de servicio será nuestro ahora mientras permitamos que Cristo sirva a
otros por medio nuestro, usándonos. Esta fructificación y servicio continuo y constante debe efectuarse
todo por fe en El (al vivir Su fe); nuestras obras y acciones son el resultado de Su vida en nosotros.
Las condiciones para recibir a Cristo como nuestra plenitud de vida son simplemente dos — después,
por supuesto, de nuestra aceptación personal de Cristo como nuestro Salvador — por el derramamiento de
Su sangre y muerte como nuestro substituto y portador de nuestros pecado — de la culpa y las consecuen-
cias mas graves de nuestros pecados.
1) Rendir absolutamente e incondicionalmente a Cristo, como Maestro, todo lo que somos y todo lo que
tenemos, diciéndole a Dios que ahora estamos listos para que toda Su voluntad sea cumplida en noso-
tros por el resto de nuestras vidas, en cada momento sin importar el costo.
2) Creer que Dios nos ha creado nuevamente como seres enteros y libres de la ley del pecado (Rom 8:2)
— no lo hará sino que ya lo hizo. Después de este segundo paso, todo depende del acto silencioso de la
fe.
La fe cree en Dios y en Su Palabra a pesar de la ausencia de sentimientos y/o falta de evidencias.
Porque la palabra de Dios es mucho mas segura, mejor y verdadera que cualquier evidencia de Su obra.
Debemos decir, en una fe fría, si es necesario, “Yo se que mi Señor Jesús esta supliendo todas mis necesi-
dades ahora (aun mi necesidad de fe) porque Su gracia es suficiente para mi.” Y recuerde que el don de
Cristo mismo es mejor que toda bendición suya; mejor que el poder o la victoria o el servicio que El ofrece.
Cristo creo el poder espiritual; pero Cristo mismo es mejor que ese poder; El es lo mejor de Dios, El es
Dios y podemos tener lo mejor; podemos tener a Cristo, aferrándonos a El de una manera tan desapegada al
“yo” que ya no somos nosotros los que vivimos, sino Cristo viviendo en nosotros. ¿Tienes este Don?
¿Deseas reclamarlo y tenerlo?
La Iglesia Adventista del 7mo día de la Creación se complace en invitarle a una conferencia internacional que se llevara a
cabo del 5 de Abril al 11 de Abril 2012. Si su corazón anhela conocer mas del amor del Creador, y desea ser un nuevo hom-
bre (o mujer) ,Yahshua te dice: ¡Ven y sígueme!
The Creation 7th day Adventist Church
1162 Old Highway 45 South
Guys, Tennessee 38339
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“Para vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el Sol de justicia, y en sus alas traerá salvación; y saldréis, y saltaréis como
becerros de la manada. He aquí, yo os envío a Elías el profeta, antes que venga el día de Yahweh grande y terrible. No sea que
yo venga y hiera la tierra con maldición.” (Lee Malaquías 4)