Debido a cinco años de sequía, el gobierno de Israel adoptó un plan para verter 100 millones de metros cúbicos de agua desalinizada cada año en el lago de Tiberíades hasta 2022 para garantizar el abastecimiento de agua a la población. Se construirán dos plantas desalinizadoras para producir un total de 300 millones de metros cúbicos de agua desalinizada anualmente. El agua será llevada al lago por uno de sus afluentes para alimentarlo.