Estos documentos presentan resúmenes biográficos y descriptivos de importantes filósofos de la antigua Grecia, incluyendo a Tales de Mileto, considerado el primer filósofo, Anaximandro, Anaxímenes y otros de la escuela de Mileto. También se describen las ideas y contribuciones de Pitágoras, Jenófanes, Parménides, Zenón de Elea, Heráclito y otros filósofos presocráticos que sentaron las bases del pensamiento filosófico occidental. Finalmente, se mencionan a Empé
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1. Tales de Mileto (624 a. C - 546 a. C)
Filósofo y matemático
griego. Iniciador de la
escuela de Mileto, la
primera de las escuelas
filosóficas de la antigua
Grecia.
Tales fue el primero que
sostuvo la existencia de un
arjé, es decir, de un
principio constitutivo y
originario común a todas las
cosas, que identificó con el
agua.
Inauguró con ello un tema
recurrente en la filosofía
presocrática y de vastas
implicaciones en la tradición
filosófica occidental.
Es considerado el primer
filósofo por su aspiración a
establecer una explicación
racional de los fenómenos
de la naturaleza,
trascendiendo el tradicional
enfoque mitológico que
había caracterizado la
cultura griega arcaica.
2. Anaximandro de Mileto (610 a. C - 545 a. C)
Filósofo, geómetra y
astrónomo griego. Como los
restantes filósofos de Mileto,
ciudad griega en que surgió la
primera escuela filosófica de la
historia del pensamiento
occidental
Anaximandro de Mileto
supuso la existencia de un
arjé o principio constitutivo y
originario común a todos los
seres de la naturaleza. Pero
a diferencia de sus
compañeros de escuela,
que identificaron el arjé con
una sustancia física
La novedad de Anaximandro, en
cuya doctrina quedan, sin embargo,
muchos detalles oscuros, consiste
en haber buscado el principio
infinito de las cosas finitas fuera de
las materias que son objeto de
nuestra experiencia.
Anaximandro estableció
como primer principio el
ápeiron, término que puede
traducirse como «lo
indeterminado» o «lo
indefinido».
3. Anaxímenes de Jonia (585 a. C - 524 a. C)
Filósofo griego, último
representante, después
de Tales y Anaximandro,
de la escuela Milesia.
Discípulo de Anaximandro, se
desconocen la mayor parte de los
detalles de la biografía de
Anaxímenes de Mileto y de sus
actividades. El historiador
Apolodoro de Atenas afirma que
vivió hacia la época de la toma de
Sardes y murió antes de que la
ciudad de Mileto fuera destruida.
Anaxímenes explicó el origen de
todas las cosas a partir de un doble
proceso por el que el aire se
modifica: rarefacción, que da origen
al fuego, y condensación, del que se
derivan las nubes, el agua, la tierra y
las rocas.
En Occidente, el surgimiento
de la filosofía tuvo lugar en la
ciudad griega de Mileto,
situada en la costa de la
actual Turquía; de ahí la
denominación de filósofos
milesios o de la escuela de
Mileto que reciben los
pensadores que, a lo largo
del siglo VI a.C.
4. Pitágoras de Samos (569 a. C - 475 a. C)
Filósofo y matemático griego.
Aunque su nombre se halla
vinculado al teorema de Pitágoras
y la escuela por él fundada dio un
importante impulso al desarrollo
de las matemáticas en la antigua
Grecia.
Pitágoras no dejó obra escrita, y
hasta tal punto es imposible
distinguir las ideas del maestro de
las de los discípulos que sólo
puede exponerse el pensamiento
de la escuela de Pitágoras.
La voluntad unitaria de la
doctrina pitagórica quedaba
plasmada en la relación que
establecía entre el orden
cósmico y el moral; para los
pitagóricos, el hombre era
también un verdadero
microcosmos en el que el alma
aparecía como la armonía del
cuerpo.
La relevancia de Pitágoras alcanza
también el ámbito de la historia de
las ideas: su pensamiento, teñido
todavía del misticismo y del
esoterismo de las antiguas
religiones mistéricas y orientales,
inauguró una serie de temas y
motivos que, a través de Platón,
dejarían una profunda impronta en
la tradición occidental.
5. Jenófanes de Colofón (570 a. C - 475 a. C)
Filósofo griego. Fue el
fundador de la escuela
eleática (así llamada por
haber residido sus
miembros en la antigua
ciudad griega de Elea.
Jenófanes suscitó una
importante polémica en torno al
politeísmo y la concepción
antropomórfica que los griegos
tenían de los dioses.
Jenófanes fue en la antigua
Grecia una singular figura de
sabio y de poeta, representante
del racionalismo jónico que
tendía a oponer a las
supersticiones del mito y a las
creencias y tradiciones gratas a
su pueblo una concepción
filosófica del mundo.
Es considerado el primer
filósofo por su aspiración a
establecer una explicación
racional de los fenómenos
de la naturaleza,
trascendiendo el tradicional
enfoque mitológico que
había caracterizado la
cultura griega arcaica.
6. Parménides de Elea (530 a. C - 515 a. C)
Filósofo griego, principal
representante de la escuela
eleática o de Elea, de la que
también formaron parte
Jenófanes de Colofón, Zenón
de Elea y Meliso de Samos.
Fundador de la ontología,
Parménides concibió lo real
como uno e inmutable;
desde la misma Antigüedad,
su doctrina se contrapuso a
la de Éfeso, para quien lo
real es perpetuo devenir.
Parménides de Elea llegó a
conclusiones opuestas a las de
otro insigne filósofo, Heráclito
de Éfeso, para quien lo real se
caracteriza precisamente por
hallarse inmerso en un perpetuo
devenir, en un incesante
proceso de cambios y
transformaciones.
Según una controvertida
tradición, en los últimos años
de su vida se trasladó con su
discípulo Zenón de Elea a
Atenas, donde el joven
Sócrates oyó sus
enseñanzas.
7. Zenón de Elea (495 a. C - 430 a. C)
Filósofo griego. Es el último
representante, tras Jenófanes
de Colofón y Parménides de
Elea, de la Escuela Eleática, así
llamada por haber nacido o
residido sus miembros en Elea,
antigua ciudad griega situada
en la costa sudoccidental de la
península itálica
Fue discípulo de Parménides, con
el que, probablemente, se trasladó
a Atenas a mediados del siglo V
a.C., donde conoció al joven
Sócrates, según testimonio de
Platón. Zenón escribió el libro en
prosa Sobre la naturaleza,
orientado a defender las tesis de
Parménides.
La misma historia se atribuye a
Diógenes el Cínico frente a un
discípulo de Zenón, al que
ridiculizó no sólo andando, sino
marchándose y dejándolo
plantado.
Zenón fue el inventor indiscutible
del razonamiento paradójico. No
demostraba directamente la tesis
del maestro, sino que, de forma
más sutil, confutar las
confutaciones; es decir,
demostraba que la opinión de sus
detractores desembocaba en
conclusiones todavía menos
aceptables que las suyas.
8. Heráclito de Éfeso (535 a. C - 470 a. C)
Filósofo griego. Desde
sus orígenes y a lo largo
del periodo cosmológico,
anterior al periodo
antropológico que
iniciaría Sócrates.
Las enseñanzas de Heráclito,
según Diógenes Laercio,
quedaron recogidas en una obra
titulada De la naturaleza, que
trataba del universo, la política y
la teología, pero lo que ha
llegado hasta nosotros de su
doctrina se encuentra en forma
fragmentaria y sus fuentes son
citas, referencias y comentarios
de otros autores.
Para Parménides de Elea, el
ser o lo existente es uno e
inmutable; para Heráclito de
Éfeso, en cambio, la realidad
es puro cambio e incesante
devenir “No te bañarás dos
veces en el mismo río”.
El logos puede interpretarse
como una lógica o ley armónica
interna que revela la coherencia
subyacente en las cosas y el
equilibrio del cosmos.
9. Empédocles de Agrigento (484 a. C - 424 a. C)
Filósofo y poeta griego, además
fue el primero de los pensadores
del eclecticismo pluralista que
intentó conciliar las visiones
contrapuestas de la realidad a la
que habían llegado Parménides y
Heráclito.
La filosofía de Empédocles
representa la primera tentativa de
armonizar ambas posturas, intento
que secundaron Anaxágoras y los
atomistas (Leucipo y Demócrito);
todos ellos aspiraron a una
síntesis ecléctica proponiendo
como arjé una pluralidad de
elementos o partículas que, dentro
del devenir, mantenía su
inmutabilidad.
Sobre estas bases Empédocles
dedicó gran interés a la
observación de la naturaleza
(botánica, zoología y fisiología)
Empédocles postula como
principios constitutivos de todas las
cosas cuatro «raíces» o elementos
inalterables y eternos (el agua, el
aire, la tierra y el fuego), que, al
combinarse en distintas
proporciones por efecto de dos
fuerzas cósmicas (el Amor y el
Odio), dan lugar a la multiplicidad
de seres del mundo físico.
10. Anaxágoras de Clazómenas (500 a. C - 428 a. C)
Es el principal representante del
eclecticismo pluralista que
intentó conciliar las tesis
contrapuestas de las dos
grandes figuras de la filosofía
presocrática, Parménides y
Heráclito.
Su pensamiento se sitúa en
aquella corriente de
esfuerzos por determinar un
principio constitutivo y
originario.
Anaxágoras explica la
multiplicidad teniendo su
apelación al aspecto cualitativo
(Qualitas). Se pregunta cómo
podría surgir el pelo del no-pelo,
por ejemplo, y llega a la
conclusión de que para que
algo surja ha de estar antes
presente en aquello de lo cual
procede.
Anaxágoras postuló como arjé o
principio constitutivo de las
cosas una pluralidad de
partículas materiales inmutables,
las homeomerías, que, por
acción de un nous o inteligencia
ordenadora, pasaron de un caos
original a constituir la
multiplicidad de seres
observables en el mundo físico.
11. Leucipo de Mileto (499 a. C - 400 a. C)
Durante su juventud,
Leucipo debió de seguir
las tendencias de la
escuela eleática; se dice
que fue discípulo de
Zenón de Elea, quien
ilustró la doctrina de la
inmovilidad del ser de su
maestro Parménides con
unas célebres paradojas
(como la de Aquiles y la
tortuga) destinadas a
probar la imposibilidad
del movimiento.
La filosofía de Leucipo
contendría ya todas las ideas
fundamentales que configuran el
atomismo: la consideración del
ser (es decir, de la totalidad de lo
existente) como múltiple,
material y compuesto de
partículas indivisibles, los
átomos; la afirmación, en
oposición a Parménides, de la
existencia del no-ser o vacío, y
del movimiento de los átomos en
el vacío; la concepción
determinista y mecanicista de la
realidad “Ninguna cosa ocurre
porque sí, sino que todas
suceden según ley y por
necesidad”.
12. Es el principal representante del
atomismo, escuela que, ya a finales
del llamado periodo cosmológico de
la filosofía griega, postuló los
átomos (minúsculos corpúsculos
indivisibles) como arjé, es decir,
como principio constitutivo y
originario de la multiplicidad de
seres de la naturaleza.
Para Demócrito, todo cuanto hay
en la naturaleza es combinación
de átomos y vacío: los átomos se
mueven de una forma natural e
inherente a ellos y, en su
movimiento, chocan entre sí y se
combinan cuando sus formas y
demás características lo permiten;
las disposiciones que los átomos
adoptan y los cambios que
experimentan están regidos por un
orden causal necesario.
La ética de Demócrito se basa
en el equilibrio interno,
conseguido mediante el control
de las pasiones por el saber y la
prudencia.
Según la doctrina atomista, el
universo está constituido por
innumerables corpúsculos o átomos
de magnitud imperceptible y
sustancialmente idénticos,
indivisibles («átomo» significa, en
griego, inseparable).
Demócrito de Abdera (460 a. C - 370 a. C)
13. Protágoras de Abdera (480 a. C - 410 a. C)
Fue el primero en adoptar el
calificativo de sofista y el
precursor de la
profesionalización de la
enseñanza retórica. En su ciudad
natal fue al parecer discípulo de
Demócrito.
Recorrió a lo largo de
cuarenta años gran parte de
las islas del Mediterráneo y
parece ser que en el 445
a.C. Se estableció en
Atenas, donde alcanzó una
gran reputación.
Protágoras había afirmado en
uno de sus escritos que "Sobre
los dioses no puedo saber si
existen o no; hay muchas
dificultades para saberlo con
seguridad; el asunto es oscuro
y la vida corta".
Amigo de Pericles, al
parecer murió ahogado
durante un viaje a Sicilia,
cuando huía de las
acusaciones de impiedad de
las que fue objeto en la
ciudad de Atenas a la muerte
de aquél (416 a.C.).
14. Gorgias de Leontini (487 a. C - 380 a. C)
Viajó por toda Grecia
ejercitando con gran éxito el
arte retórico, acumuló una
ingente fortuna económica y
dirigió la formación de
numerosos seguidores.
Platón nos presenta al viejo
retórico que, en la cumbre de la
fama y de la gloria, se jacta con
solemnidad y suficiencia de su
habilidad como improvisador y
exalta el poder maravilloso de la
palabra, pero se niega a admitir
que el justo pueda echar de
menos el conocimiento de la
retórica.
Todo ello, sin embargo, no
implica para Gorgias el fin de la
filosofía: ésta sigue cumpliendo
una importante función
orientadora y ayuda a los
hombres a elegir las opiniones
más útiles.
No hay que infravalorar la
importancia del movimiento
sofista en la historia del
pensamiento: fueron ellos los
primeros en situar los
problemas del hombre en el
centro de la reflexión filosófica,
anticipando la inminente
revolución que conlleva los
enfoques de Sócrates.
15. Calicles (430 a. C - 405 a. C)
Su período de vida se ubica entre
el 430 y el 405 a. C.
Probablemente pudo ser una
persona histórica real, pero no
existe evidencia de esto, excepto
por su aparición en el diálogo
platónico.
En caso de que haya existido,
parece raro que no haya
quedado un registro histórico
sobre alguien con su
avasallante personalidad, o al
menos algún rastro de vida.
Todo cuanto se conoce de él
está descrito en el “Gorgias”.
Él se destacó como diplomático
y orador, y su fama se extendió
por toda Grecia, aunque sobre
sus opiniones reales también
solo se conoce un poco. En
cambio, de Calicles no se sabe
absolutamente nada, fuera de la
obra de Platón.
Calicles alcanzó autonomía
respecto a su propio autor y
trascendió a su tiempo. Las
ideas que intentaba destruir
justamente fueron lo que
contribuyeron a su
formidable renacimiento. Su
influencia en la filosofía
política moderna es
notablemente valorada.
16. Sócrates de Atenas (470 a. C - 399 a. C)
Pese a que no dejó ninguna obra
escrita y son escasas las ideas
que pueden atribuírsele con
seguridad, Sócrates es una figura
capital del pensamiento antiguo,
hasta el punto de ser llamados
presocráticos los filósofos
anteriores a él.
Fue hijo de una comadrona,
Faenarete, y de un escultor,
Sofronisco, emparentado con
Arístides el Justo. En su juventud
siguió el oficio de su padre y
recibió una buena instrucción; es
posible que fuese discípulo de
Anaxágoras.
Sócrates se habría dedicado a
deambular por las plazas, mercados,
palestras y gimnasios de Atenas, donde
tomaba a jóvenes aristócratas o a
gentes del común (mercaderes,
campesinos o artesanos) como
interlocutores para sostener largas
conversaciones, con frecuencia
parecidas a largos interrogatorios.
El sabio conoce que la
honestidad es un bien, porque
los beneficios que le reporta
(confianza, reputación, estima,
honorabilidad) son muy
superiores a los que puede
reportarle el engaño (riquezas,
poder, un matrimonio
conveniente).
17. Platón de Atenas (427 a.C - 347 a. C)
Junto con su maestro Sócrates
y su discípulo Aristóteles, Platón
es la figura central de los tres
grandes pensadores en que se
asienta toda la tradición
filosófica europea.
Tras la condena a muerte de
Sócrates (399 a. C.), huyó de
Atenas y se apartó
completamente de la vida pública;
no obstante, los temas políticos
ocuparon siempre un lugar central
en su pensamiento, y llegó a
concebir un modelo ideal de
Estado.
La doctrina de las Ideas se fundamenta
en la asunción de que más allá del
mundo de los objetos físicos existe lo
que Platón llama el mundo inteligible
(cósmos noetós). Tal mundo es un reino
espiritual constituido por una pluralidad
de ideas, como la idea de Belleza o la
de Justicia.
Dentro de los diálogos del
siguiente período, llamado
constructivo o sistemático,
pertenecen a una fase de
transición Protágoras,
Menón (que anunció la
doctrina de las Ideas),
Gorgias, Menéxenes, Crátilo
y Eutidemo.
18. Aristóteles de Estagira (384 a. C - 322 a. C)
Hijo del médico real de
Macedonia, estuvo veinte
años en la Academia de
Platón, primero como
discípulo y luego como
investigador y como tutor.
Sus obras sobre la naturaleza
son Del cielo, De la generación y
corrupción, los Meteoros, la
Mecánica, De las partes de los
animales, De la generación de
los animales, Sobre el caminar,
Sobre el movimiento, etc.
Aristóteles se planteó además y
sobre todo las grandes
cuestiones de fondo: la
estructura de la materia, la
organización de la vida, el
poder del espíritu y sus límites,
la libertad del hombre y su
sentido y la trascendencia
misma de la divinidad y su
misterio.
Aristóteles se había trasladado
mientras tanto de nuevo a Atenas
y había fundado el Liceo, donde
enseñaba paseando (de ahí el
nombre de escuela “peripatética”),
seguía sus investigaciones y
análisis de datos,
correspondientes a los más
diversos campos.
19. Teofrasto de Erêssos (372 a. C - 288 a. C)
Su verdadero nombre era
Tirtamo, pero su gran amigo el
filósofo Aristóteles se lo cambió
por el que conocemos, que
significa “de habla o estilo
divino”.
Teofrasto es autor asimismo de
una interesante obra literaria,
Caracteres (también llamada
“Los caracteres morales” o “Los
caracteres éticos”), que a la vez
está compuesta por una serie
de breves y vigorosas
descripciones de algunos tipos
morales.
Teofrasto acertó a aunar y a fundir
admirablemente, en el estudio de las
enfermedades, los conocimientos
referentes al cultivo con los biológicos,
considerando el daño no en cuanto
repercute sobre el rendimiento sino en
cuanto se refleja, negativamente, sobre
la economía general de la planta.
Teofrasto es considerado el
más grande de los
continuadores de la obra
aristotélica. Discípulo del
Estagirita, cuando Aristóteles
murió en 322 se hizo cargo
de la dirección de la
Academia fundada por su
maestro.
20. Zenón de Citio (334 a. C - 260 a. C)
Fundador del estoicismo. Hijo de un
rico mercader chipriota, siguió al
parecer en su juventud los pasos de
su padre y, tras haber perdido gran
parte de su fortuna en un naufragio,
resolvió abandonar el comercio y
cultivar la filosofía.
Después de enseñar durante
más de treinta años, según se
dice, se suicidó a los setenta y
dos años de edad. Entre sus
escritos figuran La república,
Los signos, El discurso, La
naturaleza, La vida según la
naturaleza y Las pasiones.
El sabio es, según esta doctrina, una
especie de Dios omnipotente dentro de
su esfera, y puede salir de este mundo
siempre que se le impida practicar la
virtud.
El mundo, para Zenón, está
penetrado en todos sus
puntos de una vitalidad
natural que se manifiesta
primariamente en los
fenómenos biológicos, que
mantiene unidos cielo y
tierra, y determina las
vicisitudes de todas las
cosas en su interior.
21. Lucio Anneo Séneca (4 a. C - 65 d. C)
Perteneció a una familia
acomodada de la provincia
Bética del Imperio Romano. Su
padre fue un retórico de
prestigio, cuya habilidad
dialéctica fue muy apreciada
luego por los escolásticos.
Para Séneca la filosofía era
cuyo principal objetivo era el de
encaminar a los hombres hacia
la virtud, comunicando el
conocimiento de la naturaleza
del mundo y de su propio lugar
en él para que ello los hiciera
capaces de guiar sus vidas de
acuerdo con la voluntad divina.
Fue también autor de nueve piezas
dramáticas, inspiradas en modelos griegos
clásicos y que son, de hecho, estudios de
las tensiones emocionales a que se ven
sometidos los personajes, destinadas a ser
leídas más que representadas; escribió así
mismo una magistral y mordaz sátira de la
deificación del emperador Claudio.
El tono moral de Séneca está
cargado de acentos religiosos
que lo aproximan al teísmo y
llevaron a pensar en la
posibilidad de que fuera
cristiano, circunstancia que
trató de probarse a través de
una supuesta correspondencia
con San Pablo, que resultó ser
apócrifa.
22. Marcus Annius Verus (121 d. C - 181 d. C)
Emperador y filósofo romano,
perteneciente a una gens
española de Roma, ya de niño
llamó la atención del emperador
Adriano.
Marco Aurelio fue nombrado
emperador, se abrió un período
enormemente conflictivo para el
imperio, que se vio sacudido
por los ataques de los bárbaros,
revueltas populares y varias
epidemias.
Su gran legado, las Meditaciones o
Pensamientos, es el resultado de las
reflexiones morales que, ya al final de su
vida, fue dejando por escrito, sin seguir
un plan estricto o preestablecido. Dividida
en doce libros y redactada en griego, la
obra se basa en una serie de reflexiones
inspiradas por su experiencia cotidiana y
deja traslucir la influencia estoica, en
particular la de Epicteto.
Estudió retórica griega y
latina con Herodes Ático y
Marco Cornelio Frontón, el
cual desde entonces habría
de ser su amigo y consejero
espiritual. Seducido por el
estoicismo, vistió muy pronto
el manto de filósofo
23. Epicuro de Samos (342 a. C - 270 a. C)
Perteneció a una familia de la nobleza
ateniense, procedente del demo ático
de Gargetos e instalada en Samos,
en la que muy probablemente nació el
propio Epicuro y donde, con toda
seguridad, pasó también sus años de
infancia y adolescencia.
Epicuro se opuso a platónicos y
peripatéticos, y sus enseñanzas
quedaron recogidas en un conjunto
de obras muy numerosas, según el
testimonio de Diógenes Laercio,
pero de las que ha llegado hasta
nosotros una parte muy pequeña,
compuesta esencialmente por
fragmentos.
Él hace referencia a la física en cuanto,
que, se basa Al reformular la teoría
atómica de Demócrito, que se diferencia
principalmente en la presencia de un
elemento original, se pretende mitigar el
determinismo ciego de la vieja doctrina:
es decir, se trata de dar una idea de
libertad o aleatoriedad
La doctrina epicúrea preconiza que
el objetivo de la sabiduría es
suprimir los obstáculos que se
oponen a la felicidad. Sin embargo,
la búsqueda del goce desenfrenado,
sino, por el contrario, la de una vida
mesurada en la que el espíritu
pueda disfrutar de la amistad y del
cultivo del saber.
24. Pirrón de Elis (360 a. C - 270 a. C)
Fue un filósofo escéptico griego al
que se atribuye la fundación de la
escuela del pirronismo, que
enseñaba que había que resistirse
a hacer juicios o a sacar
conclusiones porque la percepción
de los sentidos no se correspondía
con la realidad.
Pirrón viajó en campaña con
Alejandro Magno (c. 356-323 a.C.)
en compañía del amigo de Alejandro,
Anaxarco (c. 380-320 a.C.), también
filósofo, muy probablemente maestro
de Pirrón, y partidario de las
opiniones de Demócrito (c. 460-370
a.C.), que rechazaba el concepto de
"sentido" de la vida y abogaba por
vivirla bien.
Lo más probable es que Anaxarco
lo haya introducido a la filosofía de
Demócrito, a cuya escuela de
pensamiento estaba asociado.
No se sabe casi nada de la vida de
Pirrón, y gran parte de lo que se
sabe ha sido cuestionado por la
naturaleza de la fuente antigua (si es
realmente una sátira o si el escritor
es fiable), por las interpretaciones
contradictorias de su vida y filosofía,
y por la escasez de fuentes en
general.
25. Andrónico de Rodas (78 a. C - 47 a. C)
Andrónico de Rodas realizó la
primera edición crítica completa
de las obras de Aristóteles,
ordenándolas en un complejo
rígidamente sistemático que
corresponde aproximadamente
al orden actual.
Elaboró además el catálogo de
todos los escritos aristotélicos.
Se debe a Andrónico la famosa
división entre escritos
exotéricos (para el público en
general) y acromáticos (para
uso interno de los alumnos del
Liceo), con la consiguiente
leyenda de la doble doctrina, y
también el nombre de los libros
de Metafísica: “los que van
después de la Física” (τα μετά
φυσικά). Preparó asimismo la
edición crítica de la obra de
Teofrasto, el principal discípulo
de Aristóteles.
Teofrasto es considerado el
más grande de los
continuadores de la obra
aristotélica. Discípulo del
Estagirita, cuando Aristóteles
murió en 322 se hizo cargo
de la dirección de la
Academia fundada por su
maestro.
26. Claudio Ptolomeo de Tolemaida (100 d. C - 170 d. C)
Su actividad se enmarca entre
las fechas de su primera
observación, cuya realización
asignó al undécimo año del
reinado de Adriano (127 d.C.), y
de la última, fechada en el 141
d.C.
La admiración inspirada por la
obra de Ptolomeo introdujo la
costumbre de referirse a ella
utilizando el término griego
megisté (la grandísima, la
máxima); el califa al-Mamun la
hizo traducir al árabe en el año
827.
Entre las demás obras de Tolomeo
figura la Óptica, en cinco volúmenes,
que versa sobre la teoría de los espejos
y sobre la reflexión y la refracción de la
luz, fenómenos de los que tuvo en
consideración sus consecuencias sobre
las observaciones astronómicas.
Su obra principal y más famosa,
que influyó en la astronomía
árabe y europea hasta el
Renacimiento, es la Sintaxis
matemática, en trece volúmenes,
que en griego fue calificada de
grande o extensa (megalé) para
distinguirla de otra colección de
textos astronómicos debidos a
diversos autores.
27. Plutarco de Queronea (45 d. C - 125 d. C)
A los veinte años se desplazó a
Atenas para estudiar matemáticas
y filosofía. Fue discípulo del
filósofo Ammonio Saccas. Aunque
viajó por casi todo el Imperio, la
mayor parte de su vida residió en
Queronea, donde desempeñó
numerosos cargos públicos.
Estuvo vinculado a la Academia
platónica de Atenas, y fue
sacerdote de Apolo en Delfos.
Se conservan veintidós pares
de Vidas, que constituyen una
importante fuente de
información sobre la Antigüedad
por la gran cantidad de
anécdotas y detalles históricos
que contienen.
El resto de sus escritos, agrupados bajo
el título de Obras morales (78 tratados,
recopilaciones o biografías dedicadas a
temas muy diversos, escritos en distintas
épocas), recogen serias discusiones
filosóficas de raíz platónica y diatribas de
carácter retórico. Más moralista que
filósofo e historiador, fue uno de los
últimos grandes representantes del
helenismo cuando éste llegaba a su fin.
Debe su fama a Vidas paralelas,
una serie de biografías de ilustres
personajes griegos y romanos,
agrupados en parejas a fin de
establecer una comparación entre
figuras de una y de otra cultura
28. Se le considera el fundador del
neoplatonismo. En su juventud
trabajó en el muelle como
cargador de sacos (de ahí
proviene el nombre con el que
es conocido).
Algunos personajes que
escribieron sobre él fueron:
Porfirio, Nemesio de Emesa,
Eusebio de Cesárea y Teodoreto.
De todos los testimonios se crea
un consenso: difundió sus
conocimientos durante unas 5
décadas, esto lo hizo hasta el día
de su muerte.
Ammonio demostró un fuerte interés por
las religiones orientales especialmente por
la persa, transmitida por algunos de sus
discípulos. Plotino y Antonio, ambos
discípulos de Ammonio, también se
interesaron por la religión persa. Por otro
lado, se destaca que Ammonio intentó
conciliar el pensamiento platónico con el
aristotélico.
Sus doctrinas eran difundidas
de forma verbal, para compartir
sus conocimientos filosóficos
tenía una actitud misteriosa,
encargando a sus discípulos el
secreto. Muchos lo llamaron el
“instruido por Dios”. Sus
discípulos fueron: Plotino,
Teodosio, Hierocles, Orígenes,
Longino y Erenio y Casio
Dionisio Longino.
Ammonio Saccas de Alejandría (175 d. C - 242 d. C)
29. Plotino de Licópolis (205 d. C - 270 d. C)
Se le considera habitualmente
como el fundador del
neoplatonismo. Su pensamiento
fue recopilado por su discípulo
Porfirio en las Enéadas, seis
libros divididos en nueve
tratados cada uno.
Plotino defiende un monoteísmo,
pero a diferencia del
cristianismo, que propone un
Dios personal, afirma la absoluta
negatividad de Dios, al que llama
«lo Uno», y del que no es posible
predicar ningún atributo, pues
ello conllevaría limitación y por
tanto imperfección.
El hombre, integrado en este movimiento
de retorno a lo Uno, debe evitar el
autoengaño en que ha caído al
entregarse a la pluralidad de los objetos
y acciones, y buscar la verdad en sí
mismo y en la negación de todo objeto y
mediación, incluido el propio yo, por lo
que la doctrina de Plotino deriva en una
contemplación de índole mística.
Aunque Plotino presentaba
sus enseñanzas como
comentarios a la obra de
Platón, su aportación
trasciende el ejercicio de
lectura y acaba generando
un corpus peculiar aunque
de clara resonancia
platónica.
30. Porfirio de Batanea (234 d. C - 305 d. C)
Nació en Batanea de Siria o
Tiro. Filósofo, historiador y
matemático griego, miembro de
la escuela neoplatónica.
La obra del filósofo y erudito griego es
extensa, a este se han atribuido más de
setenta escritos, entre estos se conoce el
título de treinta, que no se conservan; un
monto similar a este se conservan
fragmentos y solo once se conserva de
manera íntegra; su obra fue aceptada y
difundida en la época.
Porfirio se formó en Atenas,
posteriormente se trasladó a
Roma, en donde se convirtió
en discípulo del filósofo
fundador del neoplatonismo,
Plotino; tras la muerte de
este dirigió la escuela.
Porfirio redactó la obra histórica,
Historia de la Filosofía, libro en el que
trato la vida de importantes filósofos
como Pitágoras; también sobresalen
las obras Sobre Estige, Cuestiones
homéricas, Sentencias sobre los
inteligibles, De la caverna de las
Ninfas y De la Filosofía de los
Oráculos.
31. Jámblico de Calcis (372 a. C - 288 a. C)
Es considerado uno de los
exponentes más destacados del
neoplatonismo místico y el
neopitagorismo del siglo III d. C.
Jámblico y su escuela
introdujeron una serie de
celebraciones rituales llamadas
misterios platónicos, en las
cuales había fuego, voces
arcanas y se experimentaron
visiones nocturnas.
Jámblico escribió la Antología de las
doctrinas pitagóricas, en diez
volúmenes, de los cuales sólo se
conservan cuatro. De sus otras obras
sólo se conoce el nombre: Teología
caldea, Teología platónica y Tratado
sobre los dioses.
Jámblico intentó revitalizar el
pensamiento pitagórico y
platónico, centrándose en el
aspecto místico de estos, sin
descuidar el marco filosófico.
32. Proclo de Constantinopla (412 d. C - 485 d. C)
Se formó en la escuela
neoplatónica con personajes
como Siriano, Plutarco de Atenas,
y Asclepigenia. Proclo se convirtió
en el sucesor de Siriano como
cabeza de la Academia. Se
crearon otras escuelas de
carácter neoplatónico: la escuela
siria, la escuela de Pérgamo, la
escuela de Atenas y la escuela de
Alejandría.
Fue influyente en la filosofía y
teología medievales, de manera
sorprendente tuvo una fuerte
influencia en el campo
musulmán.Aún hoy es considerado
uno de los filósofos griegos más
destacados en la corriente
neoplatónica y sus sistemas
neoplatónicos aún son referente
de estudio.
Por ello, representó una fuerte influencia
en la Fenomenología del espíritu de
Hegel, se evidencia entonces en las tres
fases de la Idea: en sí, fuera de sí y de
vuelta a sí, que en Proclo se asocia con
“el Uno en sí” (ein), “la procesión de los
seres” (proodós), y “la reversión hacia el
origen” (epistrofé).
En la visión del filósofo el
papel de los dioses no
representó algún problema
para el desarrollo de su
sistema racional.