Este documento discute varios mitos comunes sobre las drogas. Refuta la idea de que las drogas no son un problema y que el alcohol, cigarrillos y ciertas sustancias no deben considerarse drogas. También argumenta que informar sobre las drogas y sus efectos no es la mejor forma de prevención, y en su lugar se debe entender las motivaciones que llevan a la dependencia. Finalmente, señala que la drogadicción no es solo un problema de los jóvenes, sino de toda la sociedad.