1. ACTIVIDAD PARA SER DESARROLLADA EN DRIVE
1. ¿Todos tenemos conciencia de nuestra identidad personal? ¿Todos tenemos conciencia de que podemos
modificar nuestra identidad?
2. Lea el siguiente resumen y elabore un texto sobre la identidad personal del protagonista, puede utilizar las
siguientes preguntas como base de su texto: ¿Cómo se define la identidad personal de Roberto?, ¿Se logra
corromper como individuo a pesar de las características de su entorno? , ¿Existe algún elemento que lo
“rescate” de este mundo marginal?.
“La vida simplemente” Oscar Castro
Roberto era un niño pobre que vivía a media cuadra de un prostíbulo con su madre y sus tres hermanas.
A los siete años la miseria y la podredumbre ya eran un escenario natural en su vida. Su mundo era la calle, la
vía férrea y los cuartos de las prostitutas. Admiraba a “Diente de Oro”, un tipo curtido por el vicio y por la vida.
Era el ídolo de las prostitutas, el macho por excelencia. Una noche Diente de Oro llegó herido al prostíbulo, la
razón había sido una riña con un tal “Borrado Orellana” con quien se había enfrentado por una de las mujeres
del prostíbulo. El asunto se arregló cuando ambos se enfrentaron en la calle. Fue una lucha jadeante y brutal
pero el vencedor fue Diente de Oro quien se llevó el cadáver en un saco. Roberto que lo había visto todo tuvo
que jurarle a Diente de Oro que nunca diría nada.
Al niño le gustaba una chica llamada Berta quien tenía diez años y vivía en un conventillo. Ambos
pasaban las tardes charlando y ella le leía cuentos de hadas, así fue como Roberto aprendió a leer. El niño se fue
distanciando de ella, no sólo porque los cuentos de hada ya no le interesaban, si no porque sus “amigos” el
Chucurro, el Tululo y el Saucino lo molestaban con ella, le decían que Berta era una “cara de pantruca”.
Después de un tiempo su amor fue en otra dirección, fue el amante de una de las chicas del prostíbulo, Rosa
Hortensia. Roberto recién había cumplido los diez años y ya tenía una mujer para él, lo que lo hizo convertirse
en un hombre maduro. Un día que tenía hambre fue a ver rosa Hortensia al prostíbulo pensando que podría
robarle algunas chauchas del cajón pero ella estaba con un cliente, el cual, al ver al chico creyó que este había
entrado a robarle y los surtió a golpes a él y a Rosa Hortensia.
Un día que Roberto andaba por el conventillo escuchó los gritos de Lucinda, una joven a la cual habían
violado en un pajar. Ella estaba a punto de dar a luz y no había nadie que la ayudara entonces Roberto fue por
ayuda al prostíbulo en donde encontró a la “Vieja Linda”, la dueña del lugar, ella se hizo cargo del parto y
Roberto pudo darse cuenta de lo difícil que es venir al mundo.
La lectura se convirtió para él en una obsesión que lo apartaba poco a poco de la calle. Cuando no le
bastaban los libros que tenía su hermana hacía todo tipo de artimañas pero conseguir dinero p comprar más
libros. Sus amigos siempre lo molestaban porque él prefería leer que jugar con ellos, por lo que un día que
Roberto fue a leer cerca de un canal llegaron sus amigos a molestarlo. El Saucino, uno de sus amigos matones,
lo empujó al agua y el libro se lo llevó la corriente. El Chucurro y el Tululo sujetaron a Roberto mientras el
Saucino le rompió la cara a puñetazos, una vez que se fueron el niño sintió deseos de morirse. Pasó varios días
en cama con fiebre, cuando por fin se recuperó sintió deseos de ir a ver rosa Hortensia pero se llevó una enorme
2. sorpresa al ver a su amante en brazos del Saucino. Rosa Hortensia le gritó a Roberto que se largara y el niño
destrozado volvió a su casa.
El padre de Roberto era tipógrafo y no vivía en su casa, tampoco enviaba dinero ya que lo que ganaba se lo
gastaba en alcohol, Roberto lo había visto en una sola y breve ocasión. También tenía un hermano mayor,
Mauricio, quien era uno más de sus héroes junto con los personajes de los libros que leía. El hermano viajaba
por todo el país y de vez en cuando volvía y les contaba de sus viajes. Pasaron días amargos, su padre se había
entregado definitivamente a la bebida y nada podía esperarse de él, mientras que de Mauricio no tenían noticia
alguna. En la casa de Roberto ya no había qué comer y su hermana mayor Estela, tuvo que entrar a trabajar.
Durante ese tiempo el niño aprendió a valorar más a su familia.
Una vez que Roberto había agotado su provisión de libros se decidió a ir a la biblioteca, tenía temor,
estaba sucio y descalzo así que se asomó por la puerta que estaba abierta y observó a lectores elegantes que
estaban en el lugar. El bibliotecario que estaba al final le hizo una seña para que se acercara y así fue como
Roberto le contó que sabía leer y que necesitaba libros. Así fue como el niño se adentró aún más en la lectura y
el bibliotecario que también era escritor le dijo que era necesario que asistiera a la escuela. Indagando en su
familia Roberto recordó a su tío Antonif quien era millonario entonces el bibliotecario habló con él y todo
quedó arreglado para que el tío de Roberto cubriera los gastos de la colegiatura y el niño pudiera ir al Instituto
Marista, que era un colegio para niños ricos.
En el colegio lo discriminaban por ser pobre y por estar en un curso que no estaba acorde con su edad.
Al pasar el tiempo Roberto se dio cuenta que superaba con facilidad a sus compañeros en casi todos los ramos,
inclusive en aritmética, que era su lado débil. En “banderas” y “barras” era insuperable y cada grupo quería
tenerlo por aliado. Un día que el profesor lo humilló delante del curso porque su uniforme estaba ya viejo y
estropeado todos los niños se burlaron de él y Roberto comprendió que sus compañeros apreciaban más la
indumentaria que la inteligencia y se formó de ellos un triste y doloroso concepto. Un día un chico de su clase,
Edilberto, lo invitó a su casa, la cual era elegante y Roberto se sintió muy mal en ella ya que la mamá de su
amigo demostraba muy evidentemente que le tenía lástima y además el niño se sentía avergonzado de su
condición en una casa tan lujosa. Juró que nunca más volvería a ir.
Roberto tenía que ir continuamente a la casa de su tío Antonio ya que se había comprometido a ayudar a
su hijo Leandro con la tarea. Leandro era un chico testarudo que no le hacía caso a Roberto, pero un día
descubrió la forma de interesar al muchacho, le hablaba acerca de las aventuras de los libros que él había leído y
todo resultó como lo había pensado, Leandro se interesó muchísimo en las historias. A veces solía ir una vecina
de la casa contigua que se quedaba jugando cerca de la sala donde ellos “estudiaban”, se llamaba Mariángela
quien una tarde quedó cautivada por las historias que Roberto contaba.
Roberto estaba enamorado de Mariángela y se juntaban algunas tardes en la plaza, se besaban y él le contaba
historias. El niño obtuvo las más altas calificaciones del curso y el año entrante haría el examen para entrar en el
primer curso de Humanidades.
El 25 de marzo tocaron a la puerta, era su tío Antonio quien venía a ofrecerles un trabajo a toda la
familia en su molino, en donde también había una casa por lo que tendrían que mudarse de la ciudad. Roberto le
dijo a Mariángela que se iría al molino que quedaba alejado de la ciudad pero a ella le dio lo mismo, ya no
estaba interesada en él. Roberto se alejó de los suburbios en un carretón de mudanza observando todo lo que
dejaba atrás