Cuando el Banco Central de Chile cambia la Tasa de Política Monetaria, afecta la inflación a través de varios canales. Si la tasa sube, se hace menos atractivo gastar, lo que reduce la demanda e inflación; también hace más atractivo traer capitales al país, haciendo caer el tipo de cambio y los precios de bienes importados. Los efectos completos de un cambio en la tasa sobre la inflación se demoran entre 12 a 24 meses, por lo que lo más relevante es la inflación proyectada, no la presente.