1. Encuentro II: Jesús te llama
¿Qué te
sugiere el póster?
(Lluvia de ideas)
La vida, a tu edad, va dibujando y
concretando las barcas que te invitan a
SUBIR. Hoy es un buen día para nombrar aquellas que ves, y – ¿por qué no? -
otras que sólo y de pasada has soñado alguna vez…
Haz tus comentarios
o Hay que mirar siempre varias BARCAS para tu vida, pero ahora ya es
tiempo de ordenarlas por importancia.
o Es fundamental interesarse por lo que hay detrás de cada BARCA… para no
engañarse…
o Tienes derecho a “soñar” con la mejor salida, pero siendo realista…
Para tu reflexión personal:
o ¿Qué barcas ahora mismo te están invitando a SUBIR?
o ¿Qué motivos te animan a aproximarte a la que más te atrae?
o ¿Qué dificultades encuentras?
Sugerencia: Entregar a cada participantes un papel, para que puedan escribir la
actitud necesaria para subir a la barca con Jesús. Cada papel entrarlo en la barca.
Para terminar conviene acudir a este texto bíblico:
o Jesús de Nazaret buscaba colaboradores para poner en marcha el
REINO DE DIOS. A algunos les llamó a seguirle y a otros les dijo que
anunciaran lo que habían visto entre los suyos. Así ocurrió:
“… Vio a Santiago y a su hermano Juan. Estaban en la barca reparando las
redes. Jesús los llamó también; y ellos, dejando a su padre Zebedeo en la
barca con los jornaleros se fueron tras él” (Mc 16,19).
La barca sirve como transporte de discípulos de una tierra a otra, es decir de un
lado a otro de sus vidas en Cristo, tanto en un periodo de crecimiento personal y
espiritual como en la capacitación para predicar el Evangelio. Además la barca es
un depósito temporal para llevar grandes cantidades de peces a la orilla,
pescados con la red, la cual echada a la derecha de la barca, esto es, sobre la fe en
el Espíritu de la Palabra de Dios, da frutos recogiendo multitud de peces del
Señor. El que pesca solo, lo hace con caña, y pesca poco, el Señor le dijo a Pedro
2. que entrase en la barca y remara mar adentro y echara la red a la derecha de la
barca, y el Señor también entró con él.
La barca es definitivamente un instrumento que sirve para navegar sobres los
mares espirituales, y es a la vez muchas más cosas, es un ministerio, es un lugar
de descanso y de gozo espiritual, si es santo, pero sobre todo es un medio de
aprender a convivir entre el prójimo, entre los hermanos que Dios pone a nuestro
lado, para que aprendamos el afecto fraternal y el amor de Dios. Lo importante de
todo ello es con qué fin navegamos, a dónde vamos, porqué y cuál es el destino
del viaje, pero no solo esto, sino qué estamos dispuestos a hacer durante la
navegación por los demás que están abordo.
Cantos: CD Barcas y redes: Sigue adelante No 8, Divino placer No 6,
Id y proclamad No 203 M.C.J./ otros que consideres
Desarrollo del tema
En el Bautismo nos dieron un nombre (…)
Ese nombre lo pronuncia hoy Jesús y nos dice: ven, ven conmigo. Hoy Jesús nos
llama por nuestro nombre. Hoy no podemos cerrar nuestros oídos a su voz. En el
silencio y en bullicio Él nos conoce y pronuncia nuestro nombre y nos dice: Ven,
ven a trabajar en mi Reino, ven a echarme una mano para poner paz en el mundo,
para sembrar perdón y alegría, para dar amor, mucho amor.
Hoy cada uno de los que estamos aquí somos llamados por Jesús para instaurar
su Reino de justicia y de amor poco a poco a nuestro alrededor. Podemos
hacernos los sordos, decir que ya fuimos a misa, que ya rezamos, que ya... pero
no; El quiere más, quiere que colabores con tu esfuerzo en repartir alegría y
amor, que compartas en tu familia y a tu alrededor la alegría de ser un joven
Mercedario cristiano, que vivamos unidos porque todos somos llamados a formar
este Reino. Seamos generosos para responder afirmativamente a su llamada:
misioneros que transmiten la llamada de Jesús a otros jóvenes y personas
necesitadas de ella.
Lectura Bíblica: Mc 10,46-52
Llegan a Jericó. Y cuando salía de Jericó, acompañado de sus discípulos y de una
gran muchedumbre, el hijo de Timeo (Bartimeo), un mendigo ciego, estaba
sentado junto al camino. Al enterarse de que era Jesús de Nazaret, se puso a
gritar: ¡Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí! Muchos le increpaban para que
se callara. Pero él gritaba mucho más: ¡Hijo de David, ten compasión de mí!» Jesús
se detuvo y dijo: Llamadle. Llaman al ciego, diciéndole: ¡Ánimo, levántate! Te
llama. Y él, arrojando su manto, dio un brinco y vino ante Jesús. Jesús,
dirigiéndose a él, le dijo: ¿Qué quieres que haga por ti? El ciego le dijo: ¡Maestro,
que vea! Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha salvado. Y al instante recobró la vista y le
siguió por el camino.
Reflexión: “EL TE LLAMA”
3. Nos imaginamos que este ciego era un joven puesto que se menciona su padre y
aunque Jesús no pronuncia su nombre lo llama. Sabemos, que como a este
joven, Jesús no solo está atento a atendernos para aliviar nuestros
padecimientos, además él no deja de llamarnos aún en medio de la oscuridad,
habla de corazón a corazón; en oírle está todo nuestro bien. Y cuando Jesús
llama, todo cambia.
Hay que estar atento del paso de Jesús por nuestra vida, en este relato el ciego
estaba sentado junto al camino y el paso del Señor le cambio la vida, lo
transformó en un hombre nuevo. “Y el ciego, arrojando su manto, se puso de pie
de un salto y fue hacia El”. ¡Ánimo! ¡Levántate! El te llama.
Ciertamente, muchas veces nos hace falta ese “ánimo “para ser como Bartimeo
ante este llamado. “se puso de pie de un salto y fue hacia Jesús.
Jesús llamó a muchos para trabajar en su reino, sigue llamando hoy ¿No sientes
en tu interior que también te elige a ti... ¿Qué te comunica su poder
gratuitamente? te llama por tu nombre... . Oye su llamada. .. Aleja de ti todo
ruido que impida escuchar su voz... Purifica tu corazón... Siente sobre ti el poder
del Señor... La acción de su gracia...escucha en tu interior, como otros tantos la
llamada de Jesús. Óyela una y otra vez... Hazte eco de esta llamada, únete a Él
para que como otros que han respondido, respondas a la primera, sin miedo, sin
condiciones... Toma una decisión.
Tenemos el ejemplo del P. Zegrí que sintiendo el llamado de Jesús no dudó ni un
momento, fundó una congregación totalmente misionera con el propósito de
llevar su mensaje de salvación por todo el mundo y practicar la caridad
redentora.
Juego "La Campanita"
Se lleva a los participantes a un lugar abierto y se los invita a jugar. Se
solicitan dos ó tres voluntarios, que se apartan del grupo y alguien les venda los
ojos. Mientras tanto, se reparte entre los que quedaron una campanita y otros
elementos con sonidos semejantes (frascos de vidrio, vasos, objetos de metal,
etc.) y se los ubica dispersos explicándoles el objetivo del juego. Se hace traer a
los que tienen los ojos vendados, y se les explica que deben encontrar la
campanita, haciéndoseles previamente escuchar su sonido para que la
identifiquen. Una vez que comienza el juego, los que tienen los otros objetos,
también comienzan a hacerlos sonar. El juego concluye cuando todos han
encontrado la campanita. Puede repetirse el juego varias veces para que todos
tengan oportunidad de haber buscado la campanita.
Reconstrucción:
Una vez concluido el juego, se invita a que todos los que han participado
comenten sus impresiones, qué tenían que hacer y cómo se sintieron en el rol que
les tocó. Luego, en plenario, compartir en base a los siguientes aspectos:
Hay una campanita que llama desde lejos.
Hay una persona que debe encontrar la campanita.
Hay otras personas que dificultan la búsqueda.
4. Jesús nos llama: Al igual que en el juego había que buscar una campanita, en
nuestras vidas tenemos que buscar nuestra vocación. En el juego nos llamaba el
sonido de la campanita. En la vida, quien nos llama a la vocación es Jesús.
¿Sabías qué?
El Beato Zegrí dijo:
Tengan siempre presente el ejemplo de nuestro Señor
Jesucristo, que de todos los bienes y riquezas de la tierra,
sólo toma dos cosas: un pesebre en su nacimiento y una
cruz en su muerte”. P. Zegrí.
“Todo se lo debemos a Dios”. P. Zegrí
Y a ti ¿Qué?
ORACIÓN:
Señor Jesús, hoy estamos ante ti, nos llamas a seguirte.
Quieres que seamos semilla de perdón y paz a nuestro alrededor.
Nos das la oportunidad de conversión y de acercarnos más a Ti, como el ciego
para hacerte centro de nuestra vida. Que sepamos desde tu llamada ser semilla
de amor entre los que nos rodean.
Tú, de nuevo nos llamas: vengan y lo verán. Tú nos miras y nos llamas por
nuestro nombre... Haz que sepamos responderte pese a nuestras limitaciones y
errores y deja que tu Espíritu llene nuestro corazón para seguirte mejor.
Que María, fiel siempre a tu palabra nos guie con su amor de madre y como ella
sepamos darte a conocer a los demás. Amén