3. La primera pintura de la historia fue la rupestre, se ejecutó sobre las
paredes de roca de las cuevas del Paleolítico. Usaban pigmentos
naturales con aglutinantes como la resina. La pintura sobre muros y
paredes dominó durante la antigüedad y durante la época románica.
Decayó en el gótico, debido a que las paredes se sustituyeron por
vidrieras, con lo que había menos superficie en la que pintar; esto
determinó también el auge de la pintura sobre tabla. Durante el
Renacimiento se produjeron grandes murales, como los frescos
realizados por Rafael en las Estancias del Vaticano y la obra de él en la
Capilla Sixtina. Posteriormente, se ha limitado a las paredes de los
edificios y los techos, destacando las grandes decoraciones del Barroco y
el Rococó, que, combinadas con relieves de estuco, daban lugar a
creaciones ilusionistas impresionantes.
La pintura mural no se ha llegado a abandonar nunca, como puede verse
en la obra de los muralistas de Hispanoamérica. Los más famosos fueron
Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros, José Clemente Orozco en México y
Teodoro Núñez Ureta en Perú.
21. Técnicas de la pintura mural
La gran mayoría de la pintura mural que conocemos está pintada sobre
un revoque o estucado de cal, seguramente debido a la resistencia y
color de este material, aunque también existen algunos ejemplos de
pintura sobre barro. La obtención de cal se realiza mediante la
calcinación de piedras calizas o conchas marinas. En la pintura mural
existen dos grandes divisiones en cuanto a la técnica: las pinturas al
fresco y las pinturas al seco. La primera técnica supone que los
pigmentos se aplicarán al soporte antes de que éste haya fraguado. En
la pintura al seco el revoque ya fraguó cuando se aplican los colores.
Cada técnica tiene posibilidades y limitaciones específicas que
determinan las cualidades plásticas y expresivas de la pintura. Los
pintores prehispánicos idearon las técnicas adecuadas para transmitir
los mensajes, creencias y acontecimientos relevantes de sus culturas.
22. Una de las técnicas propias de la pintura mural y la más común
es el temple. Requiere de un proceso de preparación del muro
previo a la ejecución de la obra. Primero se le da un enlucido de
yeso blanco, que no sea calizo, se lijan las irregularidades y se
pasa una mano de temple por toda su extensión. Cuando está
seca se disimulan los fallos o grietas con una masilla
confeccionada con tres partes de yeso blanco y una tierra
blanca, amasada con el mismo temple, la cual se conserva en un
envase apropiado para ser utilizada de un día para otro. Una vez
seco este material se lija y se repasan de temple.
Antes de realizar la decoración pictórica propiamente dicha ha
de procederse a enfundar, o sea pintar los muros con las tintas
generales, de acuerdo con el boceto.
Una vez hecho todo esto se procede a pintar al temple. Gracias a
todos los procesos previos los colores penetran muy bien en la
pared y se consigue una conservación muy durable, aunque
tiene la dificultad, para el pintor, que la obra al fresco tiene que
pintarse sin posibilidad de error y con celeridad, de modo que
casi nunca es posible corregir o retocar.
23. José Clemente Orozco at Baker Library, Dartmouth College,
Hanover, New Hampshire. United States.