Hélice en el ADN, América Economía Internacional agosto 2013
La iniciación del doctor Kolla
1. MANAGEMENT & CARRERAS
La iniciación
del doctor Kolla
Un médico argentino crea un modelo de salud
que incorpora a la población indígena desde lo
más fundamental: conociendo su cosmovisión
en terreno. David Cornejo
E
n 1988 el ginecólogo Jorge
Gronda subió a la montaña de la puna, en el norte
argentino, tras renunciar
al hospital central de Jujuy, la provincia
fronteriza con Chile y Bolivia. Estaba
desencantado por la forma como los
médicos trataban a la población indígena. “Un trato de una discriminación
despreciativa a irrespetuosa”, recuerda
hoy Gronda. “Allí el Estado hace como
que paga, los médicos hacemos como
que trabajamos, pero la gente no hace
como que se enferma”. Cirujano de la
Universidad de Córdoba especializado
en ginecología y obstetricia, sentía que se
estaba contagiando de los malos hábitos
y por eso decidió escapar.
Su plan era comenzar en la montaña
un criadero de vicuñas, una de las especies originarias del altiplano. Pero allí
Beatriz Quispe, una mujer de la etnia
local kolla, lo reconoció como el ginecólogo del pueblo. “¿Por qué no se deja de
joder con las vicuñas y nos ayuda como
doctor?”, le increpó. Quispe le contó de
las altas tasas de muerte por cáncer de
cuello uterino. “Era genocidio, se morían
mujeres porque no podían hacerse un
estudio de dos o tres dólares”, comenta
el médico. “Y el Estado no solucionaba
las cosas”.
La montaña y las palabras de Quispe
cambiaron sus planes: abandonó el proyecto “vicuñas” y, junto con continuar
con el centro ginecológico que comparte
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con un colega en Jujuy, comenzó como
voluntariado a atender a las mujeres de
la etnia kolla en la montaña. Pero con
visitas puntuales no lograba gran impacto; para un cambio mayor precisaba
de un modelo adecuado, una tercera
vía alternativa a los modelos público y
bajaban a la ciudad, y no las atendían
en el hospital público gratuito, se dirigían a la consulta ginecológica privada
de Gronda. De golpe la sala de espera,
con aire acondicionado y tecnología
avanzada, comenzó a reunir a pacientes
acomodadas y a mujeres campesinas
con su cuero al hombro.
Al principio Gronda trató de convencerlas para que volvieran al hospital
estatal, pero la respuesta era siempre la
misma: preferían atenderse con él en su
consulta. “No me sentía bien cobrán-
En un principio Gronda quiso escapar a las montañas de Jujuy y dedicarse a la crianza de vicuñas. Una
mujer de la etnia kolla le dijo: “¿por qué no se deja de
joder y nos ayuda”.
privado de la salud argentina. El primer
desafío fue solucionar el costo del servicio para una población en la base de
la pirámide. El segundo fue desterrar
los malos tratos de los médicos hacia
los kollas.
Los otros
Las llanuras de la puna jujeña y las
cumbres de la cordillera de los Andes,
algunas de 6.000 metros sobre el nivel
del mar, son escenario de la cultura
kolla. Son unas 26.000 personas, un
7,9% de la población de Jujuy, según
el último censo, dedicadas a la crianza
de animales y la siembra de hortalizas
en el altiplano.
Apenas comenzado su voluntariado
en la montaña, Gronda buscó una alternativa de atención médica para las
mujeres kolla. Cuando las pacientes
doles”, dice Gronda. “Pero al momento
que el 70 % de las consultas eran gratis,
eso no era sustentable”. Incluso Beatriz
Quispe le recordó las falencias de un
modelo paternalista: “Doctor, regalarles a los pobres no sirve”. Además, las
cuatro personas que trabajaban allí no
daban abasto con el creciente flujo de
pacientes. Necesitaban un plan.
Con este desafío Gronda ideó un
nuevo modelo de negocio, definiendo
lo que denomina “un precio justo”. Lo
bautizó Sistema SER y sumó a médicos
de otras especialidades en la provincia.
“Incorporar prácticas de otras disciplinas
hace innovador al modelo de Gronda”,
comenta Tomás Kidd, académico de
la Universidad Torcuato di Tella que
estudió el caso para incluirlo en el libro
Marketing in Growth Markets, que se
publicará este año. “No se parece ni al
2. MANAGEMENT & CARRERAS
modelo de salud pública ni al privado”,
agrega.
Altiplano simbólico
En Argentina, mientras el sistema
público es gratuito, el privado consta
de un seguro de pago mensual. Las
atenciones se costean con bonos y el
médico recibe semanas o meses después el pago. En SER, en cambio, mediante una suscripción anual de US$
5 se accede a una red de especialistas
pagando directamente cada atención,
sin sobrecostos. La clave es eliminar los
pagos a los intermediarios que tiene el
sistema privado de salud en Argentina,
y con el beneficio para cada médico de
recibir en efectivo la paga. “Permite que
el precio de la atención sea tres o cuatro
veces más bajo”, dice Jacqueline Pels,
académica de la Universidad Torcuato
di Tella y coautora junto a Kidd del caso
basado en Gronda.
El sistema se consolidó en 2005,
cuando se estableció una fundación
como administradora. Los pacientes
recibieron una tarjeta de usuario, la que
se constituyó en un elemento simbólico
del sistema. Para Pels, es un elemento
clave que empodera a los usuarios kolla.
“No tienen muchas veces ni documento
de identidad y tener un carnet representa
no ser un excluido”, comenta.
Sin embargo, seguía existiendo
prejuicio hacia las pacientes indígenas
entre los médicos participantes en SER.
“Estaban recontentos de cobrar en efectivo, pero menos contentos con quien
les estaba pagando”, dice Pels. Por eso
había rotación entre los especialistas
participantes. “Entraba un médico y a la
semana se iba porque seguían
atendiendo a la gente igual
El modelo ideado
que en el hospital”, comenta
por Gronda
Gronda. “Tenían una actitud
se preocupó
rozando lo racista”.
de conectar
La solución no vino de la
a médicos y
pacientes.
medicina, sino de la antropología, o más específicamente
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3. MANAGEMENT & CARRERAS
Gronda recurrió a
etnografía como
herramienta
utilizada para
acortar la brecha
cultural.
de la etnografía. Gronda
incorporó la
práctica de convivir con un grupo humano para conocer de primera mano su
cosmovisión.
La montaña me habló
En 2008 el Ministerio de Salud argentino,
asombrado con SER, contrató a la fundación para realizar atención gratuita a
las mujeres en la puna de Jujuy. Como lo
realizado por Gronda en 1988, pero esta
vez con mayor respaldo y recursos. En el
primer viaje, el ginecólogo invitó a cuatro médicas recién tituladas para probar
etnográficamente si se podía mejorar la
relación entre kollas y médicos.
Tras seis meses contacto con la montaña, las cuatro médicas ingresaron a SER.
Gronda decidió repetir la experiencia,
y en alianza con el Ministerio, invitó a
otros médicos a visitar la puna jujeña.
Allí atendieron a una comunidad que
por siglos ha vivido sin agua potable o
electricidad y con una cosmovisión ritual
de conexión con la Pachamama.
“Son comunidades que quieren respeto, con las mismas necesidades que las
mujeres de un consultorio privado”, dice
Gronda. Para las pacientes kolla también
fue un aprendizaje, ya que asimilaron la
importancia de la prevención en salud,
con los médicos como evangelizadores.
“El concepto de gastar hoy para estar
mejor mañana lo sentían muy lejos”,
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dice Pels.
res, hombres y niños, kollas y no-kollas.
En este trabajo etnoEl modelo había crecido y funcionaba,
gráfico Gronda hizo espero Gronda colapsó. La presión de
cuela: hasta el día hoy
estar al frente de una organización de
los médicos que fueron
miles de personas le provocó depresión
a la montaña llevan a
y crisis de pánico. “No estaba preparado
profesionalmente ni emocionalmente
los más nuevos.
Otra arista a enfrenpara manejarlo”, comenta. Entonces su
tar fue la cobertura en
mujer y su hijo, Irene y Simón Gronda,
términos de prestaciose hacen cargo de la administración. “Al
nes médicas. “El 90%
principio fue caótico estar sin Jorge, pero
de los problemas de la
aprendimos a funcionar”, comenta Sipoblación femenina
món, administrador de empresas y MBA
se soluciona con tres consultas, cinco
de INCAE. El nuevo equipo mejoró la
estudios y un valor de US$ 100 por
gestión, demostrando de paso que SER
año”, dice Gronda. “Es toda la lógica
podía sobrevivir sin su fundador.
del sistema SER”. ¿Pero cómo enfrentar
Hoy de regreso, Gronda preside
financieramente partos, enfermedades
la Fundacion SER y está retomando
catastróficas u operaciones más comsu consulta ginecológica adherida al
modelo de salud que creó. Pero su
plejas? SER incorporó el denominado
Banco para la Cirugía: si un parto cuesprincipal entusiasmo está en promota US$ 900 dólares, se le permite a la
ver que otros repliquen el modelo. Por
ejemplo, en las favelas de Brasil. “Se
paciente abonar mes a mes el costo, de
podría replicar siempre y cuando se
modo que al momento del nacimiento
haga el trabajo de hormiga de contacel dinero esté. “Luego hacen planificatarse con referentes locales y construir
ción familiar y no pagan más dinero o
confianzas”, dice Kidd, de la Torcuato
seguro”, explica Gronda.
En 2010, SER ya contaba
di Tella. ¿Y las vicuñas?
con 60 médicos afiliados y
Siguen esperando al doctor
El equipo de
46.000 pacientes entre mujeen la montaña. n
SER logró,
con esfuerzo,
rearticularse
tras la partida de
Gronda.