2. 1. San Pío X (1903-1914)
Su lema es “restaurarlo todo en Cristo”.
Ordenó la revisión de la Vulgata,
fundó el Instituto Bíblico,
fomentó la comunión frecuente,
reorganizó la curia romana,
la redacción del derecho canónico.
Condenó la hostilidad con que el estado
francés trató a la Iglesia, tras violar el
concordato sin previo acuerdo y confiscando
los bienes eclesiásticos.
3. Durante el Pontificado de San Pío X (1903-1914) la dinámica anticlerical se dejó sentir en los países latinos del mediodía de Europa.
Los gobiernos franceses hicieron gala de un laicismo militante.
Francia rompió las relaciones con la Santa Sede, se abrogó el
Concordato (1905), se expulsaron muchos religiosos del país, se
confiscaron los bienes eclesiásticos.
Peligros más graves en el interior de la Iglesia: el
Modernismo (Alfred Loisy) trató de “racionalizar” la fe cristiana, vaciándola de los dogmas y
de todo contenido sobrenatural. Fue condenado
por el Decreto Lamentabili y la Encíclica Pascendi (1907).
4. ►
►
►
►
►
Condenó también, como lo hizo ya antes Pío IX, el
modernismo que negaba la intervención
trascendente de Dios en la historia y daba a los
dogmas una interpretación cambiante, según los
tiempos y circunstancias (relativismo). Tres fueron,
sobre todo, los principios “modernos” puestos en la
base de la nueva concepción de la teología y del
dogma:
El primado de la actividad del sujeto frente al objeto.
El primado de la función del sentimiento, en general
de los factores inconscientes.
La concepción relativista de la historia de la
conciencia religiosa.
Autores de tales doctrinas fueron algunos sacerdotes
e intelectuales modernistas: Alfredo Loisy, Rómulo
Murri, Buonaiuti y Tyrrel. En el modernismo vio san Pío
X la síntesis de todos los errores modernos y por ello lo
combatió con tanta severidad.
5. El modernismo llegó, por consiguiente, a
sostener una nueva concepción del dogma:
El sentido divino es el único criterio de verdad
religiosa.
Jesucristo fue privilegiado precisamente en
esta experiencia religiosa, en cuanto que tuvo
un originalísimo sentido de la paternidad de
Dios.
La Iglesia no es otra cosa que la organización
de los seguidores de Cristo en aquella
fundamental experiencia y es creación
espontánea de la conciencia colectiva de las
primeras comunidades dominada por la espera
del fin del mundo (escatología).
Los dogmas son fórmulas simbólicas, variables
hasta la contradicción, de la misma
experiencia religiosa inexpresable.
6. ¿Qué decir del modernismo?
• El modernismo provenía del interior de la propia iglesia,
impulsado por algunos sacerdotes y católicos que
querían modernizarla. Al inicio quizás estuvo animado
por una buena inquietud apologética de ciertos
católicos, ansiosos de remediar el retraso que, a su
juicio, llevaba la Iglesia en el campo de la historia, de la
filosofía y de la exégesis bíblica.
• Pero el modernismo sufrió el influjo del protestantismo
liberal alemán que trataba de “racionalizar” la fe
cristiana con el fin de hacerla aceptable a la mentalidad
“moderna”, vaciándola de los dogmas y de todo
contenido sobrenatural. Los modernistas no trataban
de abandonar la Iglesia. Sólo pretendían “reformarla”
desde dentro, y sus posturas tenían un deliberado
acento de ambigüedad.
7. Las doctrinas modernistas nunca se
expusieron de modo orgánico, sino en
forma de retazos parciales. Para
abarcarlas en todos los aspectos fue
preciso que la encíclica Pascendi (1907)
de Pío X, que definió al modernismo
como “encrucijada de todas las
herejías”, ofreciera una exposición
sistematizada.
El modernismo se extendió por Francia,
Italia e Inglaterra. El decreto Lamentabili
del mismo año y la encíclica Pascendi
denunciaron y condenaron estas
doctrinas. La exigencia del “juramento
antimodernista” a los profesores
eclesiásticos y a otros muchos clérigos
fue una medida disciplinar de
indudable eficacia. La crisis modernista
quedó así cortada por la decidida
intervención pontificia.
8. • No puede decirse, sin embargo, que quedara
resuelta, como pondría luego de manifiesto
el rebrote modernista que habría de aparecer
con sorprendente fuerza a mediados del
siglo XX.
9. Celo pastoral de San Pío X: preocupación por la
santidad de los sacerdotes, redacción de un nuevo
Catecismo, concesión de la Primera Comunión
a los niños desde la edad del discernimiento.
Por mandato suyo el cardenal Gasparri inició la
labor preparatoria, que culminaría después de su
muerte con la promulgación por Benedicto XV
del primer Código de Derecho Canónico (1917).
A las tres semanas del inicio de la Primera guerra mundial muere
San Pío X. Su sucesor, Benedicto XV (1914-1922) se esforzó,
sin éxito, en intentar la paz entre los beligerantes. Otro suceso
de gran trascendencia durante su Pontificado: la Revolución rusa
de 1917: primer Estado marxista de la historia.