La expedición española liderada por Francisco Pizarro llegó al Perú en 1532 y conquistó el imperio inca con caballos y armas superiores. Pizarro capturó y ejecutó al inca Atahualpa a pesar del rescate pagado, debilitando la resistencia inca. La conquista tuvo consecuencias como el dominio español a través de virreyes, la desaparición del poder inca, y la imposición del idioma y religión españoles.