2. DERECHOS DE AUNTOR:
es un conjunto de normas y principios que regulan los derechos morales y
patrimoniales que la ley concede a los autores (los derechos de autor), por el solo
hecho de la creación de una obra literaria, artística, científica o didáctica, esté
publicada o inédita.
En el derecho anglosajón se utiliza la noción de copyright (traducido literalmente
como "derecho de copia") que -por lo general- comprende la parte patrimonial de
los derechos de autor (derechos patrimoniales).
Una obra pasa al dominio público cuando los derechos patrimoniales han
expirado. Esto sucede habitualmente trascurrido un plazo desde la muerte del
autor (post mortem auctoris). Por ejemplo, en el derecho europeo, 70 años desde
la muerte del autor. Dicha obra entonces puede ser utilizada en forma libre,
respetando los derechos morales.
Existen algunos derechos patrimoniales, los cuales representan el derecho del
autor de beneficiarse económicamente de su producción intelectual.
- Derecho de reproducción: El autor puede obtener beneficio económico de las
reproducciones o copias que se realicen de su obra o recurso. Reproducir o
copiar un recurso sin consentimiento del autor es ilegal.
- Derecho de distribución: Puesta a disposición del público del original o copias
de la obra mediante su venta, alquiler, préstamo, o de cualquier otra forma.
- Derecho de comunicación pública: La comunicación pública es todo un acto
por el que una pluralidad de personas puede tener acceso a la obra sin previa
distribución de ejemplares a cada una de ellas.
3. La discusión en este sentido sería, ¿puede considerarse la publicación web como
Comunicación Pública?.
-Derecho de transformación: Derecho del autor para autorizar y obtener una
remuneración por las transformaciones que se hagan sobre la obra, como por
ejemplo las traducciones.
Derechos morales:
Son derechos no económicos, personales, sobre el recurso.
* Derecho de divulgación: Facultad del autor de decidir si publica su obra o no, y
en qué forma lo hará.
* Derecho de paternidad: Derecho de exigir reconocimiento como autor del
recurso.
* Derecho de revelación y ocultación: El autor puede decidir divulgar una obra con
su nombre, con un Nick o signo, o de forma anónima. Esto no quiere decir que
renuncie a la autoría de la obra.
* Derecho de integridad: Facultad de impedir cualquier deformación de la obra que
pueda perjudicar el honor y reputación del autor. En un entorno como la Web, este
derecho cobra especial importancia, debido a la facilidad con la que se pueden
manipular los recursos electrónicos.
* Derecho de arrepentimiento y modificación: Derecho del autor de retirar la obra
del medio, o modificarla.
4. Como desarrolladores web, conocer la legislación vigente sobre propiedad
intelectual es imprescindible para poder proteger de forma activa los derechos
como autores. Pero al mismo tiempo, como usuarios y consumidores, este
conocimiento es igualmente importante para no infringir dicha legislación.
Resulta todavía poco claro cual es la posibilidad real de ejercer un control sobre el
uso de las obras protegidas por el derecho de autor en Internet.
Sin embargo, facilita mucho la persecución a los ilícitos cometidos en la materia el
hecho de que un gran número de países, tanto generadores como usuarios de
obras, pertenezcan al Convenio de Berna, cuya última revisión (Acta de París de
1971) fue ratificada recientemente por nuestro país mediante la ley 25.140 del 24 de
septiembre 1999. El Convenio dispone la aplicación del derecho del Estado donde
ser reclama la protección a las obras extranjeras y la aplicación de derechos
mínimos, lo que crea un marco protectorio que sería una mera expresión de
deseos si no se encontrara dentro de un instrumento internacional con una
amplísima cobertura geográfica.
En este orden de ideas, podemos concluir lo siguiente:
1) El uso de obras protegidas por el derecho de autor no cuenta con una
regulación específica cuando el acceso a las mismas se realiza en el entorno de la
Red.
5. 2) El acceso al enorme flujo de información contenida y transmitida mediante la Red
no genera otras excepciones a los principios generales del derecho de autor, cuyo
titular es quien tiene la exclusiva explotación de la obra. Las excepciones a tal
principio son territoriales, por lo que deben ser establecidas en forma taxativa en la
norma nacional.
3) Quien voluntariamente introduce una obra propia en Internet presta
consentimiento tácito al uso personal, entendiendo por tal el almacenamiento en el
disco rígido y la impresión de una copia para sí mismo, sin derecho a darle un nuevo
uso a la misma y en la medida que dicho uso no perjudique la normal
comercialización de dicha creación. En efecto, el consentimiento es tácito porque
la voluntad se infiere indubitablemente de una actitud y circunstancias de
comportamiento que revelan su existencia, como es el caso de incorporar una obra
en el ciberespacio sin restricciones ni claves de acceso.
4) En caso de duda sobre quién dispuso la colocación de la obra en la Red, el
derecho al uso se restringe al de simple lectura sin poder ejercer otro uso.
5) Hasta tanto exista un sistema unificado de gestión colectiva de los derechos
sobre las obras difundidas por Internet, por parte de las sociedades de autores y
productoras de fonogramas, única manera para resguardar y garantizar el debido
respeto por el uso de los creaciones musicales, deberán acordar licencias con todos
los proveedores de información que tengan incluidas obras cuyos usos secundarios
generen nuevos derechos. En la Argentina, la iniciativa desarrollada por SADAIC
deja una importante puerta abierta para que la red global de información
proporcione un medio que permita tanto el uso como el debido reconocimiento del
acto creativo.