Toulouse-Lautrec (1864-1901) era de ascendencia aristocrática pero sufría deformidades físicas. Superó su condición a través de su talento para el dibujo. Se apasionó por la vida nocturna en Montmartre, donde retrató a estrellas y mujeres con una mirada humana y sin juicios. Sus composiciones audaces marcaron el arte del cartel y la ilustración. Se afirmó como una figura principal en la vida artística francesa al inicio del siglo XX.