La economía social y solidaria no beneficia a toda la sociedad debido a que sus productos tienen precios más altos que los productos convencionales. Esto hace que los productos de la economía solidaria sean inaccesibles para las personas de menores ingresos, cuyo objetivo principal es adquirir productos a precios bajos para cubrir sus necesidades básicas. Además, los emprendimientos individuales suelen ser más exitosos que las asociaciones debido a que es difícil que todos los miembros de una organización compartan la misma visión.