1. María Idalina
A ti, dama de fe inquebrantable,
fiel creyente de la providencia divina,
bendito sea tu nombre: María Idalina,
recordada serás por tu perfil amable.
A ti, cristiana devota, perseverante,
dulce abuela, madre incomparable,
mujer ejemplar de moral intachable
y presencia firme de gran semblante.
A ti, lucero que guía en la oscuridad,
tu luz resplandece en la eternidad;
música celestial en el Edén se canta.
Laurel, corona alcanzada por tu gloria,
júbilo, deleite por la gran victoria.
A ti, virtuosa señora de vida santa.
Con amor, José Acevedo Jiménez.