El documento presenta una discusión sobre las diferentes definiciones del modernismo. La más restrictiva lo considera un movimiento literario entre 1888 y 1910, mientras que la más amplia lo considera una época y actitud. El modernismo se caracteriza por el rechazo de la realidad cotidiana, un estilo preciosista y la búsqueda de la perfección formal a través de imágenes plásticas y sensoriales. Además, incluye varios poemas que ilustran estas características a través de su uso de imágenes, ritmo y musicalidad.
2. *La más restrictiva lo considera un movimiento literario bien definido que se
desarrolló entre 1888 y 1910.
*La más amplia considera que el modernismo no es sólo un movimiento literario sino
toda una época y la actitud que le sirvió de base.
*El rechazo de la realidad cotidiana, ante la cual el escritor puede huir en el tiempo
(evocando épocas pasadas y mejores) o en el espacio (muchos de los poemas se
desarrollan en lugares exóticos y lejanos).
*Una actitud aristocratizante y cierto preciosismo en el estilo, así como la búsqueda de
la perfección formal (de inspiración parnasiana) que se aprecia no sin cierto
individualismo.
*La búsqueda de la belleza se consigue a través de imágenes muy plásticas y
acercamiento a las artes, de una adjetivación con predominio del color y con imágenes
relacionadas a todos los sentidos, así como con la musicalidad que produce el abuso de
la aliteración, los ritmos marcados y la utilización de la sinestesia (influencias del
simbolismo).
3.
4. Es algo formidable que vio la vieja raza;
robusto tronco de árbol al hombro de un campeón
salvaje y aguerrido, cuya fornida maza
blandiera el brazo de Hércules o el brazo de Sansón.
Por casco sus cabellos, su pecho por coraza,
pudiera tal guerrero, de Arauco en la región,
lancero de los bosques, Nemrod que todo caza,
desjarretar un toro o estrangular un león.
Anduvo, anduvo, anduvo. Le vio la luz del día,
le vio la tarde pálida, le vio la noche fría,
y siempre el tronco de árbol a cuestas del titán.
"¡El Toqui, el Toqui!", clama la conmovida casta.
Anduvo, anduvo, anduvo. La aurora dijo "Basta",
e irguióse la alta frente del gran Caupolicán.
5. Hermano, tú que tienes la luz, dime la mía.
Soy como un ciego. Voy sin rumbo y ando a tientas.
Voy bajo tempestades y tormentas
ciego de ensueño y loco de armonía.
Ese es mi mal. Soñar. La poesía
es la camisa férrea de mil puntas cruentas
que llevo sobre el alma. Las espinas sangrientas
dejan caer las gotas de mi melancolía.
Y así voy, ciego y loco, por este mundo amargo;
a veces me parece que el camino es muy largo,
y a veces que es muy corto...
Y en este titubeo de aliento y agonía,
cargo lleno de penas lo que apenas soporto.
¿No oyes caer las gotas de mi melancolía?
6. Dichoso el árbol que es apenas sensitivo,
y más la piedra dura, porque ésta ya no siente,
pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo,
ni mayor pesadumbre que la vida consciente.
Ser, y no saber nada, y ser sin rumbo cierto,
y el temor de haber sido, y un futuro terror...
Y el espanto seguro de estar mañana muerto,
y sufrir por la vida y por la sombra y por
lo que no conocemos y apenas sospechamos,
y la carne que tientacon sus frescos racimos
y la tumba que aguarda con sus fúnebresramos,
¡y no saber adónde vamos
ni de dónde venimos...!
7. Ni senda más estrecha ni camino
más áspero, ni esfuerzo rudi
tanto como el que emprendes, siervo del
encanto
falaz que oculta el trágico destino.
No huyas, empero, del dolor divino.
Nada vale la vida en que no hay llanto.
Es el vía. Crucis de dolor lo santo
en el peregrinar del peregrino.
Cree con amor, con fe invencible ama.
Pon toda en la Belleza tu alma absorta.
Vive y miere por ella, que es tu dama.
Llegar, ¡quién piensa! Caminar importa,
sin que se extinga la divina llama
del arte largo en nuestra vida corta.
8. DABA EL RELOJ LAS DOCE
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Daba el reloj las doce... y eran doce
golpes de azada en tierra...
¡Mi hora! —grité— ... El silencio
me respondió: —No temas;
tú no verás caer la última gota
que en la clepsidra tiembla.
Dormirás muchas horas todavía
sobre la orilla vieja
y encontrarás una mañana pura
amarrada tu barca a otra ribera.
9. YO VOY SOÑANDO CAMINOS
Yo voy soñando caminos
de la tarde. ¡Las colinas
doradas, los verdes pinos,
las polvorientas encinas!…
¿Adónde el camino irá?
Yo voy cantando, viajero
a lo largo del sendero…
-la tarde cayendo está-.
“En el corazón tenía
la espina de una pasión;
logré arrancármela un día:
“ya no siento el corazón”.
Y todo el campo un momento
se queda, mudo y sombrío,
meditando. Suena el viento
en los álamos del río.
La tarde más se oscurece;
y el camino que serpea
y débilmente blanquea
se enturbia y desaparece.
Mi cantar vuelve a plañir:
“Aguda espina dorada,
quién te pudiera sentir
en el corazón clavada”.
10. Crepitan ya las velas en la ría;
Tú, ¿por qué no te embarcas, alma mía?
—Porque Dios no lo quiere todavía.
—Mira: piadosamente las estrellas
Nos envían sus trémulas centellas...
—¡Bien quisiera vestirme toda de ellas!
—Tu amiga, la más tierna, ya se fue.
Los que te aman se van tras ella; ¿qué
Vas a hacer tú tan sola?
—No lo sé.
11. Yo no sé nada de la vida,
Yo no sé nada del destino,
Yo no sé nada de la muerte;
¡Pero te amo!
Según la buena lógica, tú eres
luz extinguida;
Mi devoción es loca, mi culto,
desatino,
Y hay una insensatez infinita
en quererte;
¡Pero te amo!