1. Ángel González
Ángel González (Oviedo 1925- Madrid 2008) representa la transición entre la poesía social de
la anterior generación y la de los sesenta. Así, en muchos de sus versos muestra su
preocupación ética y denuncia la hipocresía. Su obra está teñida de un pesimismo existencial
que a menudo encuentra una válvula de escape en el humor. Entre sus obras destacan Áspero
mundo (1956), Sin esperanza, con convencimiento (1961), Grado elemental (1962), Tratado
de urbanismo (1967) o Procedimientos narrativos (1972)
(3) ENTONCES (7) MUERTE EN EL OLVIDO
Entonces, Yo sé que existo
en los atardeceres de verano, porque tú me imaginas.
el viento Soy alto porque tú me crees
traía desde el campo hasta mi calle alto, y limpio porque tú me miras
un inestable olor a establo con buenos ojos,
y a hierba susurrante como un río con mirada limpia.
que entraba con su canto y con su aroma Tu pensamiento me hace
en las riberas pálidas del sueño. inteligente, y en tu sencilla
Ecos remotos, ternura, yo soy también sencillo
sones desprendidos y bondadoso.
de aquel rumor, Pero si tú me olvidas
hilos de una esperanza quedaré muerto sin que nadie
poco a poco deshecha, lo sepa. Verán viva
se apagan dulcemente en la distancia: mi carne, pero será otro hombre
ya ayer va susurrante como un río -oscuro, torpe, malo- el que la habita...
llevando lo soñado aguas abajo,
hacia la blanca orilla del olvido. (11) MERIENDO ALGUNAS TARDES
Meriendo algunas tardes:
(5) Cómo seré yo No todas tienen pulpa comestible.
Si estoy junto al mar
¿Cómo seré yo Muerdo primero los acantilados,
cuando no sea yo? Luego las nubes cárdenas y el cielo
Cuando el tiempo - escupo las gaviotas-,
haya modificado mi estructura, Y para postre dejo a las bañistas
y mi cuerpo sea otro, Jugando a la pelota y despeinadas.
otra mi sangre, Si estoy en la ciudad
otros mis ojos y otros mis cabellos. Meriendo tarde a secas:
Pensaré en ti, tal vez. Mastico lentamente los minutos
Seguramente, - tras haberle quitado las espinas-
mis sucesivos cuerpos Y cuando se me acaban
-prolongándome, vivo, hacia la muerte- Me voy rumiando sombras,
se pasarán de mano en mano Rememorando el tiempo devorado
de corazón a corazón, Con un acre sabor a nada en la garganta.
de carne a carne,
el elemento misterioso
que determina mi tristeza
cuando te vas,
que me impulsa a buscarte ciegamente,
que me lleva a tu lado
sin remedio:
lo que la gente llama amor, en suma.
Y los ojos
-qué importa que no sean estos ojos-
te seguirán a donde vayas, fieles.
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2. (15)
Cuando es invierno en el mar del Norte
es verano en Valparaíso.
Los barcos hacen sonar sus sirenas al entrar en
el puerto de
Bremen con jirones de niebla y de hielo en sus
cabos,
mientras los baladros soleados arrastran por la
superficie
del Pacífico sur bellas bañistas.
Eso sucede en el mismo tiempo,
pero jamás en el mismo día.
Porque cuando es de día en el mar del Norte
-- brumas y sombras absorbiendo restos
de sucia luz--
es de noche en Valparaíso
-- rutilantes estrellas lanzando agudos dardos
a las olas dormidas.
Cómo dudar que nos quisimos,
que me seguía tu pensamiento
y mi voz te buscaba –detrás,
muy cerca, iba mi boca.
Nos quisimos, es cierto, y yo sé cuánto:
primaveras, veranos, soles, lunas.
Pero jamás en el mismo día."
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