LA PARÁBOLA DEL HIJO PRÓDIGO: CLAVES PARA LA REFLEXIÓN.pptx
A la opinión pública
1. A la Opinión Pública
Los Obispos del Paraguay nos hemos reunidos para considerar los
acontecimientos que son de dominio público y que guardan relación
con dos miembros de la Conferencia Episcopal Paraguaya: el
Secretario General, Mons. Pastor Cuquejo y el Obispo de San Pedro
Apóstol, Mons. Fernando Lugo.
1- Todos los Obispos coincidimos en deplorar el intento de involucrar
a la Iglesia en hechos que no son correctos ni justos. Entendemos que
una larga tradición de la Conferencia Episcopal Paraguaya hace
posible que las personas, grupos y entidades lleguen con toda
confianza y manifiesten inquietudes, pidan mediaciones y soliciten
la ayuda que pueda ser posible. De esta tradición nos alegra que el
actual Secretario General no se haya apartado. Y expresamos nuestra
solidaridad al mismo, apoyando las gestiones realizadas, y
manifestando nuestra plena confianza en la veracidad de sus
informaciones avaladas por tantos años de servicio eclesial.
2- Con preocupado interés hemos compartido la información acerca
de las situación que el Segundo Departamento del país se vive y que
llega a distintas formas de amenazas contra la propia vida del Obispo
de esa Diócesis. Todos nosotros enfáticamente declaramos nuestra
solidaridad y fraternal afecto con Mons. Fernando Lugo, extendiendo
nuestra preocupación y nuestra solidaridad a los sacerdotes y agentes
pastorales, así como a toda la comunidad creyente de San Pedro de
Ycuamandiyú.
3- Nuestra reflexión en estos momentos tan delicados para toda la
comunidad nacional se dirige, con sincero aprecio, a los
comunicadores y a los empresarios de dichos medios. Reiteramos
hoy el llamado que hiciéramos acerca de la importancia de una
formación veraz y objetiva; que respete siempre las personas e
instituciones y que procuren la promoción del bien común.
Deploramos las posturas radicalizadas y no siempre acorde con la
verdad que no ayudan a la formación de una opinión pública objetiva.
Confiamos en el gran aporte que a la pacificación de los espíritus y a
la promoción de la convivencia equitativa y justa pueden aportar los
destinatarios de este llamado.
4- Exhortamos a todos los hombres y mujeres del Paraguay a unirse
en la oración perseverante y esperanzada. Recemos por el
fortalecimiento de nuestra fe y por la unidad de la Iglesia, muy
especialmente por cuantos viven momentos difíciles. Recemos
también por el respeto a la vida, y por el buen nombre de las personas.
2. Nuestra última palabra sean para manifestar el compromiso de los
Pastores con todo el pueblo. Queremos seguir construyendo con todos
el Paraguay jaipotáva, con la intercesión de San Roque González de
Santa Cruz y bajo la protección de la Santísima Virgen de Caacupé.
Por los Obispos del Paraguay
Asunción, 2 de setiembre de 1999
+Oscar Páez Garcete
Obispo de Alto Paraná
Presidente de la CEP