2. DEFINICION
• La palabra tabú designa a una conducta, actividad o
costumbre prohibida, moralmente inaceptable, impuesta por
una sociedad, grupo humano o religión. Es la prohibición de
algo natural, de contenido religioso, económico, político,
social o cultural por una razón no justificada basada en
prejuicios infundados. Romper un tabú es considerado como
una falta imperdonable por la sociedad que lo impone.
Algunos tabúes son, en efecto, delitos castigados por la ley, en
este sentido, los tabúes son antecedentes directos del
derecho. Hay tabúes fuertemente incorporados a las
tradiciones de ciertas culturas, mientras otros responden a
intereses políticos.
3. TIPOS DE TABU
• Los tabúes pueden incluir:
• Restricciones alimentarias (como la dieta halal y kosher, el
vegetarianismo religioso y el canibalismo)
• Restricciones sobre actividades y relaciones sexuales
(masturbación, sexo prematrimonial o extramatrimonial,
pornografía, homosexualidad, bisexualidad, etc.)
• Restricciones en el uso del lenguaje (palabrotas,
juramentos. Un ejemplo histórico de este tipo de tabú es el
tabú sobre los nombres que estuvo muy extendido en la
cultura china.)
• Para evitar algunas palabras consideradas como tabú, se
utilizan eufemismos. En otros casos, se utilizan
disfemismos.
4. ORIGEN DE LA
PALABRA
• La palabra tabú procede del hawaiano y/o del
tahitiano (tapú, en ambos casos), lenguas de la
misma familia, y pasó a los idiomas occidentales a
través del francés y/o del inglés. También pudo
ser del español.
5. ORIGENES
• En las agrupaciones primitivas los comportamientos
causativos de una reacción tribal eran aquellos que
ofendían el tabú mágico, esto es, las prohibiciones
vigentes en la tribu oriundas de supersticiones,
hechicerías y costumbres ancestrales, en las que los
magos o sacerdotes -siempre al servicio de los
poderosos- eran sus veladores. No hay en estas
agrupaciones humanas primitivas un concepto
destacado de lo que hoy estimamos como delito, pues
las violaciones de los tabúes mágicos tenían más bien
la naturaleza de lo que las religiones positivas han
considerado pecado.
6. • Las sanciones que seguían a la violación del tabú
tenían también carácter religioso, ya que
consistían en la privación de los poderes
protectores de los dioses de la comunidad.
Empero, en aquellos primitivos tiempos, se
observa ya que lo que hoy denominamos delito
era un hecho efectuado individualmente y que
por implicar una violación de las costumbres
lesionaba las normas prohibitivas de la
comunidad tribal constitutivas del tabú.
7. • El comportamiento punible era oriundo de
hábitos y supersticiones, usanzas y ritos;
estaba considerado como una ruptura de la
paz interna o externa del clan; e imperaba en
su concepción un acusado de carácter
religioso sacerdotal de colectiva defensa física,
objetiva y ciega de los principios ancestrales
en que se fundaba la propia existencia de cada
tribu o colectividad.
8. • El hombre primitivo pensaba que si cometía
ciertos actos debía sufrir, inevitablemente,
ciertas consecuencias. Las aceptaba sin exigir
que la relación de causa a efecto tuviera un
contenido lógico, ni tampoco una base ética y
moral. La tradición y la costumbre le habían
enseñado que si hacía esto o aquello (ya que
los tabúes tenían vigencia en relación a
acciones, no omisiones), sufriría tales y cuales
castigos.
9. • No porque los mismos fueran inevitables,
porque hubiera infringido un precepto legal, o
porque hubiese causado daño sino,
simplemente, porque había violado un tabú,
vale decir, una prohibición atávica.
10. • En la mayoría de las sociedades primitivas los
tabúes estaban representados por una serie de
reglas negativas, cada una de las cuales preveía, y
sancionaba, una forma de conducta prohibida,
cuya concreción debía determinar,
inevitablemente, un daño al culpable o, en
algunos casos, a todo el grupo al que pertenecía.
Sirvieron para acostumbrar al hombre a la
obediencia, y prepararon su ánimo para que en
estadios posteriores de la civilización aceptara los
castigos derivados de la violación de las leyes
humanas.
11. • Ayudaron a mantener el imperio de las
normas de moralidad corrientes dentro de
cada grupo social, las que podían aplicarse no
sólo a una relación arbitraria del hombre con
la divinidad, sino también a la conducta
cotidiana y corriente.
12. • El peso de los tabúes se hizo sentir en forma
efectiva en los pueblos primitivos, extinguidos
o actuales, porque el grado de conocimiento
de sus miembros no les permitía entender la
naturaleza. Los pueblos que forman el
"mundo civilizado actual" hicieron una
selección inteligente dentro del dominio de
los tabúes.
13. • En consecuencia permitieron que subsistieran
únicamente aquellos que, de acuerdo con la
experiencia, mostraban tener una utilidad
social. Los mismos sobreviven bajo el aspecto
de reglas de etiqueta o preceptos morales, o
adoptaron la forma más solemne de leyes
civiles o penales.
14. • El pasaje del tabú mágico al concepto de la
prohibición o sanción motivada y razonable
siguió un camino paralelo y equivalente al
recorrido por el progreso de la mente
humana. Así, el temor a lo sobrenatural fue
reemplazado por el temor concreto a las
sanciones de las leyes humanas.