1. ¿Qué son los signos de puntuación?
Los signos de puntuación son cierto tipo de signos ortográficos, es decir, de marcas que
acompañan el lenguaje escrito (distintas de los números y las letras). Esta clase particular
de signos sirven para delimitar las frases, los párrafos y las unidades de texto que
componen su estructura, para así organizar las ideas que expresa y jerarquizar
correctamente las principales y las secundarias.
Los signos de puntuación, así, cumplen un cometido lógico y sintáctico en la lengua escrita,
pues en la hablada ese rol lo cumplen los silencios y las pausas.
Su cometido principal es evitar las ambigüedades que puedan enturbiar la comprensión
del discurso, pero también señalar las características especiales del mismo, como
incisos, citas textuales, voces de personajes, etcétera. Además, permiten modular lo
escrito, o sea, controlar la entonación con la que debe leerse, para así recomponer las
sutilezas del lenguaje a partir del texto.
El documento más antiguo en el que se usan signos de puntuación es la Estela de Mesha,
rey moabita del siglo IX a. C. Hoy en día están presentes en casi todas las lenguas, excepto
en aquellas cuya tradición las reemplaza por espacios vacíos, como la escritura china o la
maya. Esto se debe a que su forma de escritura concentra un significado entero en un único
caracter, por lo que no hace falta realmente marcar el fin de una palabra o una frase.
Además, la utilización de los signos de puntuación responde a ciertas reglas fijas, estrictas,
necesarias para garantizar la comprensión cabal del texto, y a ciertas diferencias de estilo a
la hora de escribir, o sea, a la manera particular de hacerlo de cada quien.
Por ejemplo, una persona puede preferir las frases largas y con muchos incisos marcados
por comas, o por el contrario las frases cortas separadas con puntos y aparte, pero en
ningún caso puede resistirse a usar las comas y los puntos y aparte con el significado fijo
que poseen en la lengua.
Los signos de puntuación en español son el punto «.», la coma «,», el punto y coma «;», los
dos puntos «:», los puntos suspensivos «…», las comillas «“ ”», los paréntesis «( )» y
corchetes «[ ]», los signos de exclamación «¡!» e interrogación «¿?», los guiones «-» y las
rayas «─». A continuación los estudiaremos por separado.
Puede servirte: Gramática
2. El punto
El punto es un signo fundamental a la hora de escribir, ya que sirve para introducir una
pausa más o menos larga, dependiendo del caso. Suele colocarse al final de los enunciados
(oraciones, frases), inmediatamente después del último caracter escrito, sin espacios de por
medio. Existen tres tipos distintos de punto, que son:
Punto y seguido. Empleado para separar las frases y oraciones de un mismo
párrafo, después de introducirlo es necesario dar un espacio y comenzar con una
mayúscula. Suele comprenderse como una pausa mediana. Por ejemplo:
“Mi padre viajó a Groenlandia. No hay nada allí”.
Punto y aparte. Empleado para finalizar un párrafo, de modo que tras
introducirlo es necesario empezar con mayúsculas y en una línea distinta,
conforme a las normas de sangrado del texto que se estén usando. Por ejemplo:
“…y esos fueron nuestros últimos días en Groenlandia.
Al día siguiente, amanecimos en París. El clima era oscuro y soplaba una brisa húmeda…”
Punto final. Empleado para marcar el final absoluto de un texto. Lógicamente,
después de él no viene nada.
Además de estos casos, es común emplear el punto luego de una abreviatura, pero en estos
casos se continúa escribiendo normalmente tras el espacio, sin echar mano a mayúsculas
ni interrumpir la línea.
La coma
3. La coma puede separar partes de la oración, siempre que no sean sujeto y predicado.
La coma es probablemente el signo de puntuación más difícil de utilizar, pues en gran
medida depende del estilo de escritura, pero en general se entiende como una pausa muy
breve.
Al igual que el punto, se introduce sin dejar espacios de separación respecto al texto
previo, pero dejando un espacio luego respecto de la palabra siguiente, y en general se usa
para dar respiro en medio de cláusulas muy largas, siempre y cuando no separen
innecesariamente al sujeto de la oración del verbo principal de la misma.
Por lo demás, la coma se utiliza para:
Separar los términos de una enumeración, excepto aquellos precedidos
por conjunciones (y, e, o, u). Por ejemplo: “Compré tomates, cebollas, papas y
lechuga.
Introducir cláusulas o incisos en medio de una oración, empleando siempre una
coma inicial y otra final para marcar el inciso. Por ejemplo: “Simón
Bolívar, Libertador de América del Sur, nació en Caracas en 1783”.
Separar ciertas locuciones conjuntivas o adverbiales, tales como “en efecto”,
“sin embargo”, “en fin”, etc., del texto que viene a continuación. Por ejemplo:
“Por consiguiente, nuestras esperanzas se vieron defraudadas”.
Separar el vocativo del resto de la oración, en frases como “Hola, Manuel” o
“Llámame después, amigo mío”.
Punto y coma
4. El punto y coma es un signo poco frecuente, que sirve para juntar dos oraciones en una
sola frase, introduciendo una pausa intermedia. Es útil en casos en que no se desea repetir
el sujeto oracional, por ejemplo:
“Los muchachos llegaron tarde” + “A los muchachos no les dieron torta” = “Los muchachos
llegaron tarde; no les dieron torta”.
En estos casos, el punto y coma puede también ser reemplazado por una conjunción (“y”)
o por conectores como “porque” o “por eso”.
Por otro lado, el punto y coma puede utilizarse para separar los términos de una
enumeración, cuando estos incluyen elementos separados por comas. Por ejemplo:
“Extraño viajar en tren, en barco o avión; ir a dar a otros países; conocer gente nueva…”.
Los dos puntos
Este signo de puntuación introduce una pausa mayor que la de la coma, pero menor a la del
punto, y se utiliza para detener el flujo del texto y el discurso, y llamar la atención del lector
o el interlocutor respecto de algo que viene a continuación, y que siempre estará en
relación estrecha con lo que se venía diciendo. Es muy común su empleo para introducir
citas textuales.
Por ejemplo: “Nos robaron todo: los zapatos, el dinero, las llaves”.
Los puntos suspensivos
Compuestos siempre por tres y sólo tres puntos seguidos y sin espacios entre ellos (…),
este signo introduce una pausa larga que tiene el fin de crear suspenso, duda, intriga o
señalar que hay parte del texto que se encuentra omitido.
Se utilizan al final de una frase, en reemplazo de aquello que no se dijo, marcando el
momento en que el silencio se produjo. Además, encerrados entre paréntesis “(…)” señalan
una omisión intencional en medio de una cita textual.
Por ejemplo: “La verdad es que… no sé qué decir” o “Si tú lo dices…”.
Las comillas
5. Las comillas siempre vienen en pares y se utilizan para destacar alguna palabra o frase del
resto del texto, indicando que se trata de algo tomado de otra fuente (como en las citas
textuales), o que es un uso familiar, vulgar, popular o fuera de lo ordinario, e incluso en
ocasiones que se trata de un giro irónico del autor.
Comúnmente se emplean las comillas inglesas (“ ”), pero también existen las angulares («
»), y en ocasiones se las puede combinar, por ejemplo, cuando existe una cita dentro de
una cita. Otra posibilidad, cuando se usan las comillas inglesas, es distinguir entre las
simples (‘ ’) y las dobles (“ ”) para marcar los niveles de la cita.
Algunos ejemplos a continuación:
En mi casa me dicen “Chucho”, pero me llamo Jesús.
El vocero expresó que no se harán responsables “de lo que suceda mañana”.
Tal y como lo afirma en su libro Juan Gutiérrez: “para ser sabios debemos seguir
la máxima de Voltaire de ‘cultivar nuestro jardín’ de manera constante”.
Los paréntesis y corchetes
Estos signos de puntuación también vienen siempre en pares, y sirven para crear incisos o
cláusulas dentro del texto, separando lo que se encuentra entre ellos del resto para que
sea leído aparte, a menudo como una aclaratoria, una acotación o un dato opcional, es
decir, que bien puede leerse o bien puede omitirse.
Al igual que con las comillas, suelen alternarse el uso de paréntesis «( )» y corchetes «[ ]»
cuando existen aclaratorias dentro de las aclaratorias, cosa común en muchas citas
textuales. Asimismo, los corchetes suelen usarse para indicar el añadido de un texto,
generalmente para facilitar la lectura, dentro de una cita textual.
Algunos ejemplos son:
Ayer compramos dos juegos (de mesa, no de video) para entretener a los niños.
Mario Levrero (Montevideo, 1940-2004) fue un escritor importante para su
época.
6. La nueva especie descubierta (cuyo nombre científico fue dado por el Dr.
Goliatnizk [véase la Fig. 1] y obedece a razones misteriosas) se encuentra en
posesión de los científicos adecuados.
Los signos de exclamación e interrogación
Los signos de interrogación señalan el inicio y final de una pregunta.
Estos signos de puntuación tienen el propósito de marcar la entonación del texto, para que
podamos distinguir entre una pregunta o una exclamación, como un grito.
Son particularmente útiles a la hora de reproducir la oralidad, como en los diálogos,
y siempre vienen en pares: el signo de apertura y el signo de cierre. Esto último es
obligatorio en el español, a diferencia de otras lenguas que emplean únicamente el de
cierre, ya que la sintaxis de la lengua no siempre permite percibir fácilmente en donde inicia
la entonación deseada.
Así, los signos de interrogación sirven para hacer explícitas las preguntas, como en:
“¿Adónde fuiste ayer?” o “¿Con qué salsa quieres tu pasta?”; mientras que los signos de
exclamación se utilizan para introducir interjecciones, gritos, frases imperativas o cualquier
tipo de exclamación enfática o dicha en un tono de voz elevado. Por ejemplo: “¡Qué mala
suerte!”, “¡Deténgase o disparo!” o “¡Dios mío!”.
Más en: Oraciones interrogativas, Oraciones exclamativas
7. El guión y la raya
Estos signos de puntuación se distinguen entre sí en su longitud, ya que ambos consisten
en una línea a media altura del texto escrito. La línea corta (-) es el guión, utilizado para
separar las palabras cuando se acaba el espacio en una línea, o para separar ciertos
términos especializados o combinados, como “artístico-literario” o “físico-químico”, por
ejemplo.
En cambio, la línea larga o raya (—) sirve para intercalar incisos, en lugar de las comas o
los paréntesis, o bien para introducir diálogos en una narración. Por ejemplo:
—¿Quién está allí? —dijo Pedro.
Lo importante en una entrevista —es decir, lo más importante— no es la
apariencia, sino lo dicho.