2. Creo en Dios, Padre
todopoderoso, creador del cielo y
de la tierra
3. Introducción
Las primeras palabras del
Credo: "Creo en Dios, Padre
todopoderoso“. Nuestra
profesión de fe cristiana
comienza por:
Dios, porque Dios es el
Primero y el Último, el Principio
y el Fin de todas las cosas.
Dios Padre, porque Dios es la
Primera Persona de la
Santísima Trinidad.
¡Somos hijos de Dios!
"Padre nuestro, que estás en
el cielo" (Mateo 6,9).
4. 1. CREO EN DIOS
36. ¿Por qué la profesión de fe
comienza con «Creo en Dios»?
La profesión de fe comienza con
la afirmación «Creo en Dios»
porque es la más importante: la
fuente de todas las demás
verdades sobre el hombre y
sobre el mundo y de toda la vida
del que cree en Dios.
5. Creo en un solo Dios
"Escucha Israel: el Señor nuestro
Dios es el único Señor. Amarás al
Señor tu Dios con todo tu corazón,
con toda tu alma y con toda tu
fuerza" (Deuteronomio 6,4-5).
La fe en el único Dios nos mueve a
volvernos a Él como a nuestro
primer origen y nuestro fin último; y
a preferirle por encima de todas
las cosas.
Por la enseñanza de Cristo
sabemos que el Dios único en
esencia existe en tres Personas
divinas: Padre, Hijo y Espíritu
Santo.
6. El nombre de Dios
Dios reveló su nombre a Moisés:
"Yo soy el que soy" (Éxodo 3,14),
Yahvé. Es decir, Dios es.
Dios es el que es por sí mismo sin
depender de nadie, principio sin
principio, razón de ser de todo lo
que es, origen de todo, causa de
todo, fuente de todo, ser soberano,
ser supremo, Dios.
En otras ocasiones Dios se revela
como rico en amor y fidelidad:
Dios es un ser espiritual, eterno,
misericordioso y clemente,
infinitamente sabio y bueno,
omnipotente y justo, el ser por
excelencia y el sumo amor.
7. Consecuencias de la Fe en el Dios Único
Es reconocer la grandeza y la majestad de Dios: “Sí, Dios es tan grande que
supera nuestra ciencia”
Creer en Dios, el Único, y amarlo con todo el ser tiene consecuencias
inmensas para toda nuestra vida:
Es vivir en acción de gracias: Si Dios es el Único, todo lo que somos y todo
lo que poseemos vienen de Él: “¿Qué tienes que no hayas recibido?”.
“¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho?”
Es reconocer la unidad y la verdadera dignidad de todos los hombres: Todos
han sido hechos “a imagen y semejanza de Dios”
Es confiar en Dios en todas las circunstancias, incluso en la adversidad.
8. 2. EL PADRE
Los cristianos son bautizados en “el nombre” del Padre y
del Hijo y del Espíritu Santo y no en “los nombres” de
estos, pues no hay más que un solo Dios, el Padre
todopoderoso, su Hijo único y el Espíritu Santo: la
Santísima Trinidad.
El misterio de la Santísima Trinidad es el misterio central
de la fe y de la vida cristiana. Sólo Dios puede dárnoslo a
conocer revelándose como Padre, Hijo y Espíritu Santo.
La Encarnación del Hijo de Dios revela que Dios es el
Padre eterno, y que el Hijo es “de la misma naturaleza
que el Padre”, es decir, que es en Él y con Él el mismo y
único Dios.
“EN EL NOMBRE DEL PADRE, DEL HIJO Y DEL ESPIRITU SANTO”
La misión del Espíritu Santo, enviado por el Padre en nombre del Hijo y por el
Hijo “de junto al Padre”, revela que él es con ellos el mismo Dios único.
9. La Trinidad es una. No confesamos tres
dioses sino un solo Dios en tres
personas: “la Trinidad consubstancial”.
Las personas divinas no se reparten la
única divinidad, sino que cada una de
ellas es enteramente Dios: “El Padre es
lo mismo que es el Hijo, el Hijo lo mismo
que es el Padre, el Padre y el Hijo lo
mismo que el Espíritu Santo, es decir, un
solo Dios por naturaleza”
A causa de esta unidad, el Padre está
todo en el Hijo, todo en el Espíritu Santo;
el Hijo está todo en el Padre, todo en el
Espíritu Santo; el Espíritu Santo está
todo en el Padre, todo en el Hijo”
El dogma de la Santísima Trinidad
12. 3. EL CREADOR
“En el principio, Dios creó el cielo y la tierra”. Con estas palabras solemnes
comienza la sagrada Escritura. El Símbolo de la fe las recoge confesando a Dios
Padre Todopoderoso como “el Creador del cielo y de la tierra”
13. 4. EL CIELO Y LA TIERRA
“La tierra”, es el mundo de los hombres
“El cielo” o “los cielos” puede designar el firmamento, pero también el
“lugar” propio de Dios: El “cielo” indica el “lugar” de las criaturas
espirituales —los ángeles— que rodean a Dios.
15. Un propósito para avanzar
Hacer un acto de adoración:
Dios todopoderoso, te adoro y
te bendigo.
Rezar el Padre nuestro
despacio, entendiendo lo que
se dice.
Tratar a los demás con respeto,
pensando que son hijos de
Dios.