fernando ticona

2. El racismo en la República Dominicana es un flagelo que probablemente ha estado presente al través de toda la historia de la isla de Santo Domingo o Hispaniola. Durante el periodo de la conquista hispánica las razas indígenas, y predominantemente la “Taino”, desaparecieron a consecuencia de una concepción errada y evidentemente racista. El mando español local desestimó el valor de una raza valiéndose de excusas intolerantes y discriminatorias como la no-filiación del nativo a la Iglesia Católica y el aparente estado de salvajismo en que se desarrollaba.

3. No obstante al significado histórico que pude poseer el extermino literal de una raza potencialmente conformada por más de un millón de personas, el acto en sí no posee trascendencia más que en los salones de eruditos y expertos en el área. El gran problema del racismo en la República Dominicana no surge hasta un acontecimiento del siglo XVII denominado las Devastaciones de Osorio. Una decisión gubernamental para nada compleja marco el inicio de una serie de revoluciones sociales en la isla que darían en menos de 200 años cabida a un gravísimo problema de discriminación entre los pobladores de la Isla de Santo Domingo.

4. La creación de la colonia de Saint Domingue por los franceses en el siglo XVII, y por consecuencia de la despoblación española en la margen occidental de la isla, dio pie al problema racial de la República Dominicana. Aunque los primeros auges de la Industria azucarera motivaron la importación de mano de obra africana, las dimensiones de la población de origen afro se mantuvo limitada en la Isla, pero al ingresar los franceses el esquema cambió. Los franceses hasta casi los albores del Siglo XIX se mantuvieron importando mano de obra africana a la colonia a la isla. De una población de unos 83.000 habitantes en 1730 esta ascendió a 520.000 en 1789. Durante este periodo la importación neta de mano de obra africana y esclava fue de 425 mil. La revolución francesa conllevó a que esa masa de más de 400 mil negros esclavos se revelara en virtud a los derechos expuestos por la carta de los Derechos del Hombre y del Ciudadano en Francia. De la revuelta nació la República de Haití el 1ro de Enero del 1801. Por otro lado, la población blanca de esta parte de la isla, unos 40 mil franceses, emigraron a la parte oriental de la colonia francesa.

5. Raíz del racismo en la República Dominicana. La nación dominicana (se denominaba así a los pobladores de Santo Domingo) fue victima de una dominación haitiana en 1822 ante el infructuoso intento de José Núñez de Cáceres de independizar a la colonia española de Santo Domingo. Una de las principales causas de este hecho fue la negatividad de los pobladores de la colonia, primordialmente aquellos del Cibao, ante la creación de una nueva república que hiciese referencia a la hermana patria negra: Haití Español. El desánimo de la población fue aprovechado por Haití. El presidente Jean-Pierre Boyer invadió la ciudad con decenas de miles de militares con el pretexto de unificar a la isla. El primer presidente dominicano, José Núñez de Cáceres no tuvo más opción que entregarle las llaves de la ciudad de Santo Domingo a los haitianos. Fue así que los haitianos lograron dominar la isla por 22 años creando el Imperio Haitiano.

6. Raíz del Racismo en la República Dominicana. La dominación haitiana no fue acogida con beneplácito por muchos sectores de la nación dominicana. La principal razón era la gran diferencia entre ambas sociedades, pues mientras que la dominicana estaba compuesta por elementos de orígenes españoles, la haitiana estaba orientada hacia lo afro y ligeramente hacia lo francés. Las medidas de Boyer fueron en un principio pasivas y no pretendieron alterar el orden común de la antigua república hispano-haitiana, sin embargo con el pasar de los años este trató de implementar medidas que atentaban contra las costumbres dominicanas en todos los ámbitos. Con esto Boyer y su nación se ganaron el repudio de los dominicanos y este último tuvo en los últimos años una connotación progresivamente más negativa y agresiva contra los haitianos.

7. ¿Cuál es su naturaleza? Y ¿Cómo ha trascendido al través del tiempo? Repletos de odio y rencor, los dominicanos se independizaron de Haití en 1844. Los procesos, ideales y conceptos que comprendieron toda la gesta independentista y que al mismo tiempo la motivaron hasta consumar la independencia absoluta, malograron el sentimiento anti-haitiano en el dominicano hasta el punto en que se confundía la nacionalidad extranjera con la etnia de origen africana. Este sentimiento anti-nacionalista durante la primera república fue parte del discurso político de su más importante líder: el General Pedro Santana. El primer presidente de la república repudiaba inmensamente a los haitianos y fomentaba el expendio nacional en milicia en pos de evitar una “desgracia” similar a la experimentada durante el periodo de la dominación haitiana. Sin embargo, se cree que las motivaciones que Santana tenía para rechazar al haitiano no eran meramente patrióticas, sino que estaban ligadas con un sentimiento etnocentrista que propugnaba la superioridad de la raza dominicana, “eminentemente hispana”. Ese sentimiento definiría su proceder y lo llevaría a la traición: La anexión a España.

8. ¿Cuál es su naturaleza? Y ¿Cómo ha trascendido al través del tiempo? Probablemente la acción de Pedro Santana podría considerarse como la expresión más extrema del racismo del dominicano. El mismo Santana se expone, pues ¿Cómo justifica el afán de mantener alejados a los haitianos si el fin no era mantener alejados a los haitianos? Santana no era el único con un sentimiento similar, toda la clase política dominicana de la época de la primera república tenía la mismas tendencias. Buenaventura Báez, oponente fiero de Santana, buscaba constantemente la anexión con países de gran poderío económico y de población blanca. Las evidencias históricas indican que el problema dominico-haitiano es en realidad un problema racial y que todo fue motivado por el quehacer político de un grupo exclusivo. Ahora, la gran pregunta es ¿Cómo ha trascendido la problemática hasta nuestros días?

9. El sentimiento racista fomentado desde la gesta restauradora por un grupo socioeconómico hegemónico con tendencias etnocentristas y radicado en el sistema político nacional ha trascendido hasta la actual coyuntura. El proceder de este poderoso grupo utilizó la política como herramienta para impulsar un sentimiento nacionalista anti-haitiano definido por el rechazo hacia lo afro y el mantenimiento de la hispanidad (no la dominicanidad). La aversión malograda contra los haitianos no fue en desde un principio racista, pero se convirtió luego en racista dada la alta composición negra del haitiano y la concepción de que por el componente moderado español, el dominicano era simplemente superior. Por estas razones muchos dominicanos son reticentes al momento de acoger al haitiano o al hombre negro para compartir con este. Esto último no obstante al gran componente africano de la raza dominicana. Muchos dominicanos también consideran a todo aquel que se asemeje al haitiano físicamente como haitiano, no obstante a poseer una procedencia poli-centenaria previa a la dominación haitiana en los territorios nacionales. Esto último desencadena que muchos sean racistas con sus mismos compatriotas históricos.

10. El 28 de septiembre de 1937 en la mañana se inicio al sur de Dajabon el exterminio de los residentes haitianos con cuchillos, palos y machetes con la intensión de que pareciese un motín llevado a cabo por campesinos dominicanos. La acción fue intensificándose y expandiéndose a partir del 2 de octubre. Entre 12,000 y 25,000 nacionales haitianos fueron asesinados en esta matanza ordenada por el Presidente Rafael L. Trujillo. Las cifras no son exactas debido al clima de especulación dominante en la época.

11. El discurso político del actual Presidente Leonel Fernández, en el 1996, estuvo compuesto de tácticas maliciosas que buscaban reproducir el tradicional repudio hacia lo haitiano en la figura negroide del fenecido líder del perredeismo, el Dr. José Francisco Peña Gómez. Tanto Fernández como el Dr. Joaquín Balaguer se embarcaron en una campaña de descredito a Peña Gómez cimentada en aspectos como lo religioso, lo socio-cultural, lo histórico y otros más. El objetivo era hacer creer al pueblo dominicano que un factible ascenso al poder de Peña Gómez, significaba el ennegrecimiento de la raza, una nueva invasión haitiana y la realidad de tener un presidente eminentemente haitiano.