El Imperio Bizantino surgió en 395 d.C. cuando Teodosio dividió el Imperio Romano en dos partes, oriental y occidental. Gobernó territorios alrededor del Mediterráneo oriental y Constantinopla fue su capital. Con el tiempo, pueblos como los eslavos, germanos, turcos y musulmanes fueron conquistando sus territorios hasta que los turcos otomanos capturaron Constantinopla en 1453 poniendo fin al imperio.