2. El problema de la delincuencia organizada
cobró presencia y gravedad a propósito del
narcotráfico. El tema principal del presente
ensayo es demostrar que la delincuencia
organizada tiene una solución simple y que la
causa de ésta es puramente moral.
3. La delincuencia organizada se une, formando
grandes células operativas de acuerdo con la
delimitación geográfica, trabajando
jerárquicamente, se comprimen para ocultar
sus actividades, se vinculan y corrompen a
funcionarios de cualquier nivel, capacita a sus
miembros en o como en el ejército, cuentan
con un plan de acción similar o idéntico al de
cualquier sociedad comercial legal.
4. Su estructura es tan compleja y estricta que
manejan códigos de disciplina a muerte, el
famoso “si entras ya no sales, y si sales con
los pies por delante”, asesina a quien rompe
sus leyes, a quien revela información, a quien
le estorba para trabajar, al que no se deja
corromper, asesina al por mayor.
5. Alegando libertad de expresión, los espectadores
cantan estas composiciones, asisten a rodeos y
antros con el fin ver a los intérpretes del género,
sin considerar que si fuera esto libre expresión
cualquier “narcocorrido” se cantara en cualquier
plaza, y no es el caso, y por otra parte, no habría
asesinatos y atentados en contra de estos
cantantes, basta con revisar los últimos
acontecimientos de cantantes norteños
asesinados, ejecutados con lujo de detalle, no
hay libertad de expresión en un “narcocorrido”.
6. Los estados con más altos niveles de violencia durante la
primera mitad de 2010 fueron Chihuahua, Sinaloa,
Guerrero, Durango, Tamaulipas, Estado de México,
Michoacán, Sonora, Nuevo León, Baja California,
Coahuila y Jalisco. Estos 12 estados acumularon
alrededor del 90% de las ejecuciones en dicho
periodo. Cabe apuntar, por último, que un nuevo
ingrediente de la violencia en la esfera estatal es la
voluntad y capacidad de algunas organizaciones
criminales de asesinar a políticos estatales de primer
nivel, como lo dejó en claro la ejecución de Rodolfo
Torre, virtual gobernador de Tamaulipas, pocos días
antes de celebrarse la elección.
7.
8.
9. La estrategia actual del gobierno mexicano para
debilitar a las organizaciones criminales está
dirigida a fragmentarlas. Una acción recurrente
para lograr tal división es el arresto de sus jefes.
Tales arrestos generan dos efectos casi
simultáneos que fracturan a las organizaciones y
las dispersan geográficamente: primero,
desencadenan crisis internas de sucesión;
segundo, propician la conducta oportunista de
sus adversarios, quienes aprovechan la crisis
momentánea para atacarla.
10. El gobierno actual ha tenido dos grandes aciertos
en su estrategia de seguridad:
Primero, colocar el tema del combate al crimen
organizado como un asunto central de la agenda
de seguridad nacional. No siempre los gobiernos
tienen la claridad y la sensibilidad para ponderar
debidamente la gran amenaza que representa el
crimen organizado para una sociedad.
“Y no siempre tienen la valentía y el arrojo
necesarios para enfrentar al crimen organizado”
11. Segundo, el gobierno federal también ha acertado
en impulsar una agenda de fortalecimiento
institucional del sector seguridad que, aun
cuando no ofrece resultados en el corto plazo,
servirá de plataforma a futuros gobiernos para
instrumentar programas más eficaces para
combatir el crimen organizado y otras amenazas
a la seguridad nacional. Aquí el gobierno tomó la
ruta correcta, larga pero ineludible: colocar los
cimientos de una más sólida seguridad futura.
12. Pero bien, ahora, como reducir eso, no hay mas vuelta que ir
a un espejo y señalarnos como los únicos culpables y los
únicos que podemos resanar lo que en su momento se
llamo México y no estaba desorganizada, el punto aparte
de esto, engloba a la iniciativa de legalizar la marihuana,
en si es un excelente paso, pero debe plantearse tan bien,
para evitar un problema social peor del que tenemos
ahora, tan organizado debe ser para poder vivir en paz.
“La rebelión pacifica y controlada del pueblo, no lleva más que
a una organización de las masas que aun no son revoltosas.”
Raúl Hernández.