Adriana pasó un mes haciendo prácticas en Malta en una tienda en Sliema. Al principio le chocó lo antiguo y rústico del país, pero terminó enamorándose de la capital La Valletta y su cultura diferente. Los fines de semana exploraba Malta y entre semana salía con amigos a la playa, cafés y de fiesta los viernes. Sus lugares y comidas favoritos incluyeron un rincón con vistas al mar y La Valletta, hamburguesas en un restaurante en Saint Julian, pasteles rellenos de