PARÁBOLA DEL HIJO PRÓDIGO: CLAVES PARA LA REFLEXIÓN.pdf
Lo que nos permite la justificación de Cristo.pptx
1. Lo que nos permite
la justificación de
Cristo
Romanos 5:1–11
2. • 1Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para
con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo;
2por quien también tenemos entrada por la fe a esta
gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en
la esperanza de la gloria de Dios. 3Y no sólo esto,
sino que también nos gloriamos en las tribulaciones,
sabiendo que la tribulación produce paciencia; 4y la
paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; 5y la
esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios
ha sido derramado en nuestros corazones por el
Espíritu Santo que nos fue dado.
3. • 6Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su
tiempo murió por los impíos. 7Ciertamente, apenas
morirá alguno por un justo; con todo, pudiera ser que
alguno osara morir por el bueno. 8Mas Dios muestra
su amor para con nosotros, en que siendo aún
pecadores, Cristo murió por nosotros. 9Pues mucho
más, estando ya justificados en su sangre, por él
seremos salvos de la ira. 10Porque si siendo
enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte
de su Hijo, mucho más, estando reconciliados,
seremos salvos por su vida. 11Y no sólo esto, sino que
también nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro
Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la
4. 1. Tenemos paz con Dios (v. 1).
•La persona no salva está en “enemistad contra
Dios” (Romanos 5:10; 8:7) porque no puede
obedecer la ley de Dios ni cumplir la voluntad
de Dios. Lo que nos pone en guerra con Dios es
el pecado (Is. 59:1, 2). La justificación retira la
culpabilidad del pecado y, quitado este
obstáculo, sobreviene la paz.
5. 2. Acceso a Dios (5:2a).
• «Por medio del cual (Jesucristo) hemos obtenido también acceso
(introducción, derecho a entrar), por la fe a esta gracia en la que
nos mantenemos en pie (lit.)» (v. 2). No sólo tenemos paz, sino
también gracia: el favor, la bondad y el amor de Dios hacia
nosotros. A esta gracia tenemos ahora acceso (comp. con He.
4:15, 16). Pero cuando Cristo murió, rompió el velo (Lucas 23:45)
y derrumbó la pared (Efesios 2:14). En Cristo, los creyentes, tanto
judíos como gentiles, tienen acceso a Dios (Efesios 2:18; Hebreos
10:19–25); y pueden apropiarse de las inagotables riquezas de la
gracia de Dios (Efesios 1:7; 2:4; 3:8).
6. ¿Qué es justificación?
• Justificación significa que Dios nos declara justos, y es
una declaración de paz, hecha posible por la muerte
de Cristo en la cruz. “La misericordia y la verdad se
encontraron; la justicia y la paz se besaron” (Salmo
85:10). “Pues la ley produce ira” (Romanos 4:15), así
que, ninguno condenado por la ley puede gozar paz
con Dios. Pero cuando uno es justificado por la fe, es
declarado justo, y la ley no lo puede condenar o
declararle la guerra.
7. 3. Esperanza gloriosa (5:2b).
• «Y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios» (v.
2b). Además de la dicha que ya tenemos a mano, está la
esperanza de la gloria de Dios que se reflejará en nosotros
cuando se consume nuestra redención, de forma que
habremos sido transformados en Cristo a imagen gloriosa
del Dios eterno (v. Jn. 17:22, 24; Ro. 8:17, 29; 9:23; 1 Co.
2:7; 2 Co. 3:18; 4:17; Fil. 3:21; Col. 1:27; 3:4; 1 Ts. 2:12; 2 Ts.
2:14; 2 Ti. 2:10; He. 2:10; 1 P. 5:1, 4, 10; 1 Jn. 3:2). La gracia
es principio y arras de la gloria; la gloria es corona y
consumación de la gracia.
8.
9. 4..¿Como es el carácter cristiano? (5:3–4).
• Nos gloriamos en las tribulaciones (v. 3). Es fácil regocijarnos en una
esperanza que tiene asegurado su cumplimiento. Pero ¿cómo podemos
regocijarnos en las tribulaciones? La palabra tribulación tiene el significado
inmediato de “presión”.¿Podemos regocijarnos en tales situaciones? No sólo
podemos sino que debemos hacerlo.
• (A) «Sabiendo que la tribulación produce paciencia» (v. 3b. Gr. hupomoné, la
constancia en permanecer bajo el peso de circunstancias adversas).
• (B) «Y la paciencia (produce) carácter probado» (v. 4), es decir, es como el
crisol de la virtud que aquilata el carácter del creyente, un carácter maduro y
estable.
• (C) «Y el carácter probado (produce) esperanza» (v. 4b). El apóstol ha
comenzado gloriándose en la esperanza (v. 2b) y nos trae de nuevo a la
esperanza
10.
11. 5. El amor de Dios derramado (5:5–8).
• “La esperanza que se demora es tormento del corazón” (Proverbios
13:12). Pero mientras esperamos el cumplimiento de esta esperanza,
“el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones”. Las
virtudes—fe (v. 1), esperanza (v. 2) y amor (v. 5) combinadas dan al
creyente paciencia en las pruebas de la vida. Y la paciencia hace
posible que el creyente crezca en carácter y llegue a ser un creyente
maduro (Santiago 1:1–4). Si consideramos las palabras utilizadas en
los vv. 6–8 para referirse a nosotros, notamos que hay una
progresión. En el v. 6 se habla de nosotros como:
i) débiles, ii) impíos, iii) pecadores, iv) enemigos.
12.
13. 6. Salvación de la ira venidera (5:9–10).
• El argumento de Pablo va de lo menor a lo mayor. Si Dios nos
salvó cuando éramos enemigos, seguramente nos guardará salvos
ahora que somos sus hijos. Hay una ira venidera, pero ningún
verdadero creyente la experimentará (1 Tesalonicenses 1:9–10;
5:8–10). Después, Pablo argumenta que si la muerte de Cristo
logró tanto por nosotros, cuanto más hará él por nosotros en su
vida actual en el cielo al interceder por nosotros. “Salvos por su
vida” se refiere a Romanos 4:25—“resucitado para (a causa de)
nuestra justificación”. Somos eternamente salvos porque él vive
(Hebreos 7:23–25).
14. 7. Reconciliación con Dios (5:11).
• La palabra “reconciliación” significa traídos de nuevo a la comunión
con Dios. El término se menciona también en el versículo 10. En
Romanos 1:18–32 Pablo explicó cómo los hombres le declararon la
guerra a Dios, y por esta razón fueron reservados para condenación
eterna. Pero Dios no le declaró la guerra al hombre. En vez de eso
envió a su Hijo como el pacificador (Efesios 2:11–18) para que los
hombres pudieran ser reconciliados con Dios.
15.
16. Conclusión.
• Un repaso de estas siete bendiciones de la justificación muestra cuán
segura es nuestra salvación en Cristo. Completamente aparte de la
ley, y solamente por gracia, tenemos una salvación que se relaciona
con el pasado, el presente y el futuro. Cristo murió por nosotros, vive
por nosotros y viene por nosotros. ¡Aleluya! ¡Qué Salvador!
• oremos