Con ayuda de otro trabajo encontrado en slade share de idéntico nombre. Lo he abreviado mucho para adaptarlo a mis alumnos y he reorganizado los contenidos para mantener la coherencia con los pasos que estamos estudiando.
🦄💫4° SEM32 WORD PLANEACIÓN PROYECTOS DARUKEL 23-24.docx
Realismoynaturalisto
1.
2. EL REALISMO: introducción
• El realismo es un movimiento urbano,
interesado en la ciudad y sus gentes y
España era un país eminentemente
rural.
• Por otra parte, hasta 1868 no se
produce en España un clima de libertad
que permita el desarrollo de la novela
realista. Hasta entonces predominó una
literatura vagamente romántica, tópica
y repetitiva, por ello resultaron tan
novedosas las novelas de Galdós o
Clarín.
4. 5/5
VEROSIMILITUD
PROTAGONISTAS INDIVIDUALES O COLECTIVOS
NARRADOR OMNISCIENTE
DIDACTISMO
ESTRUCTURA LINEAL
DESCRIPCIONES MINUCIOSAS
APROXIMACIÓN DEL LENGUAJE AL USO COLOQUIAL
LA PROSA REALISTA
Características de la novela realista
5. 5/5
VEROSIMILITUD
• Las historias son como fragmentos de
realidad. Aunque inventadas por su autor, se
basan en la experiencia cotidiana, y tanto los
protagonistas como los ambientes son
creíbles.
• Desaparecen del relato los sucesos
increíbles, los hechos maravillosos y las
aventuras insólitas.
LA PROSA REALISTA: Características
6. OBSERVACIÓN y
DOCUMENTACIÓN
REPRODUCCIÓN FIEL DE LA
REALIDAD
MÁXIMA EXACTITUD
AMBIENTAL y PSICOLÓGICA
PINTURA DE
COSTUMBRES
PINTURA DE
CARACTERES
Gran diversidad de
ambientes
Novela psicológica
RASGOS GENERALES DE LA LITERATURA REALISTA
Descripción minuciosa y detallada de la realidad
7. RASGOS GENERALES DE LA LITERATURA REALISTA
Ubicación próxima de los hechos
Frente a la evasión espacio-temporal del Romanticismo, los autores realistas escriben
sobre lo que conocen, con lo que sitúan sus obras en el presente y en lugares
próximos. La mirada se desplaza a lo cotidiano, eliminando el subjetivismo y la fantasía
y controlando los excesos imaginativos y sentimentales..
8. RASGOS GENERALES DE LA LITERATURA REALISTA
Se prefiere una PROSA SOBRIA, a veces cuidada, a veces familiar.
El ideal de estilo es la CLARIDAD y la EXACTITUD, como corresponde al deseo de
acercar la labor del escritor a la del científico.
En los DIÁLOGOS el habla se adaptará a la índole de los personajes, de ahí, el reflejo del
habla popular.
Se trata de reflejar el ESTILO COLOQUIAL, incluso con incorrecciones o vulgarismos.
Estilo sencillo y sobrio
9. 5/5LA PROSA REALISTA: Características
APROXIMACIÓN DEL LENGUAJE AL USO COLOQUIAL
El lenguaje narrativo, en coherencia
con los presupuestos ideológicos, se
aproxima a la lengua de la
conversación, a la que se eleva a la
categoría de lengua literaria.
Los autores se esfuerzan en adecuar
el lenguaje a la naturaleza de los
personajes, que hablan con arreglo a
su condición social, a su origen
geográfico o a sus propias
particularidades.
10. 5/5LA PROSA REALISTA: Características
PROTAGONISTAS INDIVIDUALES O COLECTIVOS
PROTAGONISTAS INDIVIDUALES
NOVELAS PSICOLÓGICAS
Los protagonistas de las novelas
suelen ser individuos que se
relacionan problemáticamente con
su mundo.
El novelista hace hincapié en el
análisis psicológico del personaje.
PROTAGONISTAS COLECTIVOS
NOVELAS DE AMBIENTACIÓN
SOCIAL
Los protagonistas son grupos
sociales completos, que permiten al
novelista dar una visión global de la
sociedad contemporánea.
El autor describe los más variados
ambientes
11. 5/5LA PROSA REALISTA: Características
NARRADOR OMNISCIENTE
El narrador maneja por completo los hilos del
relato: lo conoce todo, interviene en la obra
con sus juicios sobre hechos y personajes y con
observaciones dirigidas al lector.
Con el tiempo, el ideal de objetividad conduce a
atenuar las apariciones del narrador en la obra.
Junto con la narración tradicional y el estilo
indirecto, destacan:
DIÁLOGO
ESTILO INDIRECTO LIBRE
MONÓLOGO INTERIOR
12. 5/5LA PROSA REALISTA: Características
NARRADOR OMNISCIENTE
ESTILO DIRECTO
El estilo directo es un estilo narrativo en el que se inserta en el relato la voz de los
personajes reproduciendo literalmente lo que dicen. El estilo directo se caracteriza por
la presencia de verbo de lengua o sentido (dijo, exclamó, gritó, etc.), seguido de dos
puntos y aparte, precedido de un guión, las palabras textuales del personaje:
Juan estaba agotado, suspiró y dijo:
― “Jamás volveré a subir corriendo.”
Verbo de lengua o sentido
Guión
Dos puntos y aparte
Palabras textuales
13. 5/5LA PROSA REALISTA: Características
NARRADOR OMNISCIENTE
ESTILO INDIRECTO
El estilo indirecto es, por otra parte, otro estilo narrativo en el que se introduce la voz
de los personajes. En este caso, el verbo de lengua o sentido es seguido de la
conjunción completiva QUE y a continuación se reproducen las palabras del personaje
modificadas:
Juan estaba agotado, suspiró y dijo que jamás volvería a subir corriendo
Verbo de lengua o sentido Conjunción QUE
Palabras modificadas
14. 5/5LA PROSA REALISTA: Características
NARRADOR OMNISCIENTE
ESTILO INDIRECTO LIBRE
Se trata de un estilo narrativo en el que se insertan en la voz del narrador enunciados
propios de un personaje, que se reconocen mediante marcas que descartan la
vinculación de ese registro del lenguaje o punto de vista con el narrador. En el
enunciado del narrador fragmentos del discurso de los personajes que no son
introducidos expresamente mediante marcadores o conectores (verbos de palabra o
pensamiento o nexos introductorios del enunciado).
Juan estaba agotado, suspiró, los pensamientos se agolpaban en su mente, no, jamás
volvería a subir corriendo.
Discurso del personaje
15. 5/5LA PROSA REALISTA: Características
ESTRUCTURA LINEAL
Los hechos transcurren de forma CRONOLÓGICA y LINEAL.
Se producen en ocasiones ANALEPSIS o saltos atrás en el tiempo para contar episodios
pasados, pero éstas sólo interrumpen provisionalmente el hilo general de la narración.
Línea argumental
Pasado Presente
Futuro
Analepsis Prolepsis
16. 5/5LA PROSA REALISTA: Características
DESCRIPCIONES MINUCIOSAS
Las descripciones interiores y exteriores y las de los mismos personajes son
extremadamente detalladas, de modo que a veces predomina la descripción sobre la
narración. Esto se relaciona con la obsesión de los realistas por el dato exacto, típico
del positivismo.
17. 5/5LA PROSA REALISTA: Características
DIDACTISMO
• Es corriente que los autores
pretendan con sus novelas ofrecer
una lección moral o social.
• Ello es así en las llamadas NOVELAS
DE TESIS, en las que el escritor desea
demostrar una IDEA GENERAL a la
que quedan subordinados el
argumento, los personajes y el
ambiente de la obra.
18. 5/5RASGOS GENERALES DE LA LITERATURA REALISTA
Predilección por la novela
El género realista por excelencia es la novela, que alcanzó un auge inusitado.
19. 5/5EL NATURALISMO
Se conoce como naturalismo una corriente
literaria que se desarrolló durante el último
tercio del siglo XIX, fundamentalmente en
Francia, y que tuvo como principal impulsor a
Émile Zola, autor de una serie de novelas
llamado Los Rougon-Macquart, que
proporciona las claves del naturalismo.
Zola pretende que la literatura se convierta
en otra ciencia cuyo objeto de estudio es el
medio social por medio de: Émile Zola
LA OBSERVACIÓN
LA EXPERIMENTACIÓN
EL DETERMINISMO
20. 5/5EL NATURALISMO
La literatura debe analizar científicamente el comportamiento humano siguiendo los
principios de:
OBSERVACIÓN EXPERIMENTACIÓN DETERMINISMO
El escritor observa con
detenimiento la
realidad porque sólo
puede servirse de
datos reales.
El novelista experimenta con
sus personajes para
comprobar cómo se modifican
sus reacciones según su
particular condición biológica
heredada.
El hombre se encuentra
determinado biológica y
socialmente, no es en realidad
libre, puesto que los
individuos están determinados
por su herencia genética y su
ambiente social.
Esto explica el interés de los naturalistas por ambientes miserables y sórdidos y por
personajes tarados, alcohólicos, embrutecidos o enfermos, ya que estos ambientes
permiten demostrar la influencia determinante de la biología y del medio social.
21. 5/54. EL NATURALISMO
El naturalismo parte del determinismo, es decir, la idea
de que el hombre se encuentra determinado biológica
y socialmente, no es en realidad libre, puesto que los
individuos están condicionados por su herencia genética
y su ambiente social.
El novelista, como científico, experimenta con sus
personajes para comprobar cómo se modifican sus
reacciones según su particular condición biológica
heredada.
Esto explica la propensión de los naturalistas por
ambientes miserables y sórdidos y por personajes
tarados, alcohólicos, embrutecidos o enfermos, ya que
esos les permiten demostrar la influencia determinante
de la biología y del medio social.
Determinismo
22. 5/5EL NATURALISMO
Técnicamente, se extreman los rasgos del realismo:
Descripciones
minuciosas
Reproducción fiel del
lenguaje hablado.
Narrador impersonal y objetivo
El novelista se comporta como el
científico, se limita a exponer y
analizar los hechos, sin
intervenir.
23. 5/5EL NATURALISMO
Las novelas tienen, además, una intención moral.
Influidos por las ideas socialistas, los naturalistas piensan
que, ya no se puede modificar la herencia biológica, sí es
posible igualar las condiciones sociales en que viven los
hombres.Otras
características
La novela naturalista contribuiría a proporcionar un
conocimiento más exacto de los seres humanos y de la
sociedad, con el fin de poder mejorarlos.
A fines de siglo, la estética realista entra en crisis. Se desarrollan entonces diversos
movimientos estéticos que buscan nuevos caminos: impresionismo, parnasianismo,
simbolismo, espiritualismo, nihilismo, decadentismo, modernismo, etc.
Con ellos se entra ya de lleno en el siglo XX.
24. 5/5EL NATURALISMO
En España la temprana traducción de las obras de Zola
hizo que se conociera bastante pronto el naturalismo,
pero levantó enseguida una gran polémica y su
penetración en la literatura española fue muy
dificultosa.
El naturalismo en España
Se acusa al naturalismo de inmoral y anticatólico, en su
defensa Emilia Pardo Bazán escribe una serie de
artículos recogidos en su libro La cuestión palpitante
(1883) donde defiende a Zola.
El naturalismo español aprovecha del movimiento
naturalista ciertos recursos narrativos y su interés por
los ambientes míseros y degradados, pero no acepta la
idea de convertir la literatura en una ciencia. Aparte de
Pardo Bazán, se advierten rasgos naturalistas en obras
de Galdós como La desheredada, en La Regenta de
Clarín y en algunas novelas de Palacio Valdés.
25. PRINCIPALES AUTORES REALISTAS
LA NOVELA REALISTA
Transición de la prosa
romántica a la novela
prerrealista
Fernán Caballero
Pedro Antonio de Alarcón
Consolidación de la
novela realista
Juan Valera
José María de Pereda
Emilia Pardo Bazán
Benito Pérez Galdós
Leopoldo Alas, Clarín
LA PROSA REALISTA
26. FERNÁN CABALLERO
(1796-1877)
• Es el seudónimo de la escritora Cecilia Böhl de
Faber (1796-1877), hija de uno de los
introductores del Romanticismo en España:
Nicolás Böhl de Faber.
• Su obra se ha considerado precursora del
realismo español, pero la abundancia de
elementos románticos y, sobre todo, el
didactismo católico y la idealización de tipos y
paisajes, la alejan de los presupuestos
centrales del realismo.
• Entre sus obras más conocidas destacan La
gaviota y La familia de Alvareda.
TRANSICIÓN DE LA PROSA ROMÁNTICA A LA NOVELA PRERREALISTA
LA NOVELA REALISTA
LA PROSA REALISTA
27. TRANSICIÓN DE LA PROSA ROMÁNTICA A LA NOVELA PRERREALISTA
LA NOVELA REALISTA
PEDRO ANTONIO DE ALARCÓN
(1833-1891)
• Es también un escritor prerrealista, cercano
aún al Romanticismo y a la prosa
costumbrista.
• Sus novelas no son de gran calidad: sus
personajes carecen de individualidad y
están construidos con un maniqueísmo
absoluto, las situaciones argumentales son
inverosímiles y su lenguaje peca de excesiva
verbosidad.
• Una sorprendente excepción es la novela
corta El sombrero de tres picos (1874).
LA PROSA REALISTA
28. CONSOLIDACIÓN DE LA NOVELA REALISTA
LA NOVELA REALISTA
JUAN VALERA
*Es un escritor peculiar dentro del
movimiento realista.
*Es un tardío escritor de novelas, que
empieza a publicar cuando ya había
destacado en el ensayo y en la crítica
literaria.
*Él mismo nunca se consideró realista:
defiende el carácter poético de la novela y
postula un tipo de narración que estudie el
interior de los personajes.
• El amor es el tema de la mayor parte de
su obra narrativa en la que destaca
Pepita Jiménez (1874), Doña Luz
(1879), Juanita la Larga (1895) y
Morsamor (1899).
LA PROSA REALISTA
29. CONSOLIDACIÓN DE LA NOVELA REALISTA
LA NOVELA REALISTA
JOSÉ MARÍA DE PEREDA
• Es el máximo representante, dentro del
realismo, de la novela tradicional.
• Defiende en sus obras un patriarcalismo rural e
idílico frente a los males del mundo urbano y
burgués.
• Casi todas sus novelas transcurren en la región
cántabra y son un ejemplo de novela regional.
• Entre sus novelas destacan: El sabor de la
tierruca (1882), Pedro Sánchez (1883),
Sotileza (1884), La puchera (1889) y
Peñas arriba (1895).
LA PROSA REALISTA
30. CONSOLIDACIÓN DE LA NOVELA REALISTA
LA NOVELA REALISTA
EMILIA PARDO BAZÁN
• Aristócrata gallega, fue persona cultivada y
buena conocedora de las corrientes
literarias europeas de su tiempo.
• Así, el naturalismo, tan presente en
novelas como La tribuna (1882), Los
pazos de Ulloa (1886) y La madre
Naturaleza (1887), es siempre
puramente formal: situaciones
escabrosas, ambientes degradados,
señores decadentes y criados brutales,
crudas descripciones, escenas de
desmesurada violencia, etc. Pero el
determinismo naturalista sólo es externo
y circunstancial, pues es corregido por
la fe religiosa
LA PROSA REALISTA
31. CONSOLIDACIÓN DE LA NOVELA REALISTA
LA NOVELA REALISTA
• Tiene mucho interés el más de medio millar
de cuentos que la condesa de Pardo Bazán
publicó en la prensa, parte de los cuales
reunió en diversos volúmenes: Cuentos de
Marineda, Cuentos de Navidad, Cuentos de
amor, Cuentos sacroprofanos, Cuentos de
la tierra…
LA PROSA REALISTA
33. Benito Pérez Galdós
• Nació en Las Palmas de Gran Canaria
dentro de una familia acomodada.
•A los diecinueve años marchó a Madrid a
estudiar Derecho, pero abandonó los estudios
para dedicarse al periodismo y a la literatura.
• En 1870 publica su primera novela y en 1871
dirige ya un periódico madrileño.
•A partir de 1873, cuando comienza la
primera serie de Episodios Nacionales, se
dedica casi en exclusiva a la literatura. Su
calidad literaria y su laborioso trabajo lo
convierten en el autor más importante de su
tiempo.
34. Benito Pérez Galdós
• Concluidas las dos series iniciales de
Episodios, que había alternado con sus
primeras novelas, comienza en los años
ochenta su proyecto literario más ambicioso,
las Novelas españolas contemporáneas.
•Pese a los apoyos de Menéndez Pelayo y de
Valera, fracasa su candidatura a la Real
Academia a principios de 1889, pues su
actitud liberal y anticlerical se ve con
reticencias entre los conservadores.
•No obstante, resulta finalmente elegido a
mediados de ese mismo año.
35. Benito Pérez Galdós
• En la última década del XIX, prosigue su
actividad como novelista, aunque
emprende también con bastante éxito su
carrera como autor teatral.
• En 1897 lee su importante discurso de
ingreso en la Real Academia: La sociedad
presente como materia novelable.
• A finales de siglo comienza la tercera serie
de los Episodios Nacionales.
• Ya en el siglo XX, continúa con su actividad
teatral y con la redacción de sucesivos
episodios.
36. Benito Pérez Galdós
• La situación política española lleva también a
Galdós a pronunciarse a favor de un cambio en la
política, cada vez más conservadora, de la
Monarquía y, finalmente, a colocarse del lado de
los republicanos, en cuyas filas es elegido
diputado en 1907.
• En 1909 es co-presidente de la Conjunción
Republicano-Socialista junto a Pablo Iglesias. Ese
mismo año vuelve a ser elegido diputado.
• Sus últimos años son difíciles. En 1912 fracasa su
candidatura al Premio Nobel por la oposición
beligerante de los conservadores españoles. Con
su salud ya quebrantada, se ve obligado a dictar
sus últimas obras porque se está quedando
ciego. Postrado por la enfermedad y agobiado
por las dificultades económicas, muere en
Madrid en 1920.
37. Benito Pérez Galdós
OBRA NARRATIVA
Primeras novelas
Novelas españolas
contemporáneas
Últimas novelas
La Fontana de Oro
Doña Perfecta
Gloria
Marianela
La familia de León Roch
El amigo Manso
La de Bringas
Miau
Fortunata y Jacinta
La incógnita
Realidad
Ángel Guerra
Tristana
Torquemada
Nazarín
Misericordia…
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38. Benito Pérez Galdós
OBRA NARRATIVA
PRIMERAS NOVELAS: NOVELAS DE TESIS
• Publicadas durante la primera década de los
setenta, casi todas son novelas de tesis en las que
se contraponen dos ideologías, conservada y
liberal.
• Galdós no oculta sus simpatías por la España
liberal, y la intención didáctica de las obras es
explícita.
• Títulos de esta época son La Fontana de Oro
(1870), Doña Perfecta (1876), Gloria (1877),
Marianela (1878) y La familia de León Roch
(1878).
• Pese al esquematismo de sus ambientes y
personajes, se advierte en estas obras una
evolución técnica que culminará en el gran Galdós
posterior.
39. Benito Pérez Galdós
OBRA NARRATIVA
NOVELAS ESPAÑOLAS CONTEMPORÁNEAS
• Con La desheredada (1881) Galdós comienza a publicar
el grupo de novelas españolas contemporáneas.
• Estas obras muestran su madurez como escritor y
recogen un completo retrato de la sociedad de su época,
ambientado en Madrid.
• Algunas obras de este periodo:
• El amigo Manso (1882)
• La de Bringas (1884)
• Miau (1888)
40. Benito Pérez Galdós
OBRA NARRATIVA
NOVELAS ESPAÑOLAS CONTEMPORÁNEAS
• La obra maestra de esta etapa es Fortunata y Jacinta
(1887).
• Se trata de una novela extensa y cuidadosamente
construida, que desarrolla, sobre la base de diversos
triángulos amorosos, la convulsa y cambiante vida
social madrileña entre 1873 y 1876, entrelazando
calculadamente los elementos de ficción y los
históricos.
• En esta obra, Galdós despliega sus mejores artes
narrativas:
• Minuciosa captación de ambientes y tipos.
• Uso magistral de los diálogos.
• Empleo de novedosos monólogos interiores.
• Sabio manejo narrativo de las anécdotas
argumentales.
• Con ella se alcanza la cumbre del realismo
galdosiano.
41. Benito Pérez Galdós
OBRA NARRATIVA
ÚLTIMAS NOVELAS
• La crisis de la estética realista y el interés por
buscar nuevos cauces expresivos se manifiestan
claramente en sus novelas desde 1889.
• De este periodo son La incógnita (1889), Realidad
(1889), Ángel Guerra (1891), Tristana (1892), la
tetralogía que tiene como protagonista al usurero
Torquemada (1889-1895), Nazarín (1895),
Misericordia (1897) , El caballero encantado
(1909).
42. Benito Pérez Galdós
OBRA NARRATIVA
ÚLTIMAS NOVELAS
• En todas ellas ensaya originales
procedimientos narrativos:
• novelas dialogadas
• narraciones epistolares
• introducción de elementos fantásticos
• Sueños
• símbolos, etc.
• En alguna es también visible la influencia del
espiritualismo de la novela finisecular
europea.
• La modernidad narrativa galdosiana tiene su
raíz en la progresiva radicalización ideológica
del Galdós, que le lleva a buscar vías estéticas
diferentes como modo de comprender la
realidad en toda su extensión.
43. Benito Pérez Galdós
OBRA NARRATIVA
EPISODIOS NACIONALES
• Los Episodios Nacionales, constituidos por
cuarenta y seis novelas dispuestas en
cinco series de diez episodios cada una
(excepto la última, que quedó inacabada
con solo seis), pretenden reconstruir en
forma novelada la historia del siglo XIX
español.
• Las dos primeras series fueron escritas
entre 1873 y 1879, al tiempo que sus
primeras novelas; las tres últimas entre
1898 y 1912.
44. Benito Pérez Galdós
OBRA NARRATIVA
EPISODIOS NACIONALES
• Las dos primeras series muestra la ideología liberal de Galdós.
Abundan en recursos folletinescos, aunque se apartan de la
novela histórica romántica por la proximidad de los hechos
narrados y porque la Historia no es un mero marco decorativo.
• Casi veinte años después don Benito reemprende la redacción
de los Episodios. Se percibe claramente que Galdós ha
madurado como novelista: mezcla de narradores en primera y
tercera persona, monólogos, novelas epistolares que ofrecen la
impresión de intimidad al tiempo que proporcionan la ilusión
de crónica histórica…
• En estos últimos episodios se advierte también el conocimiento
de primera mano de los hechos por parte de Galdós, pues la
época se corresponde con la de su propia juventud madrileña,
que el escritor juzga ahora desde sus nuevas posiciones
ideológicas republicanas
45. Benito Pérez Galdós
TEMAS
Las obras de Galdós, aunque
ambientadas en su mayoría en
Madrid, son una completa
visión de conjunto de la
sociedad española de la época.
Madrid concentra todas las
contradicciones sociales e
históricas del país y se ha
convertido en una gran ciudad
cuyo complejo mundo presenta
con pluma maestra el
novelista.
Madrid
Las clases medias ocupan el
primer plano de sus obras,
pero la mirada de Galdós
presta atención a todas las
esferas sociales.
Todo en relación con las
vicisitudes históricas que dan
lugar a una nueva sociedad
que arrolla a su paso los
viejos moldes estamentales.
Sociedad de la época
Las obras de Galdós hacen
que sus obras ofrezcan una
reflexión sobre la condición
humana: el paso del tiempo,
las reacciones psicológicas
ante las situaciones extremas,
las ambiciones, el dolor, los
suelos, las ilusiones, las
fantasías, el amor, los
diversos placeres, los
ambientes sórdidos, todo
desfila ante los ojos del autor
y bajo la mirada de Galdós,
tierna y humanísima en otras,
irónica en las más.
Condición humana
46. Benito Pérez Galdós
INFLUENCIAS
Honoré de
Balzac
Charles
Dickens
Gustave
Flaubert
Fiodor
Dostoyevski
León
Tolstoi
La Celestina La picaresca Cervantes…
Ironía
48. Leopoldo Alas, Clarín
• Leopoldo Alas nació en Zamora en 1852, pero en
1863 se encuentra ya en Asturias, tierra que será
definitivamente la suya.
• En 1871 se licencia en Derecho y se traslada a
Madrid para cursar el doctorado y la carrera de
Filosofía y Letras. Recibe entonces clases de
destacados intelectuales krausistas, que dejan
una intensa huella en él.
• Tras la restauración borbónica, Alas es asiduo
colaborador del periódico republicano El Solfeo,
en cuyas páginas aparece por primera vez en
1875 el seudónimo Clarín, inspirado por el título
del periódico y por el personaje de La vida es
sueño.
49. Leopoldo Alas, Clarín
• Desde 1878, escribe en La Unión, periódico
republicano federal, donde publica casi doscientos
artículos. Entre tanto, ha redactado ya sus primeros
relatos y se ha doctorado con una tesis dedicada a
Giner de los Ríos.
• En 1882 es nombrado catedrático de la Universidad
de Zaragoza, se casa, viaja por Andalucía y realiza
una serie de reportajes sobre el problema social
andaluz. Al año siguiente es ya catedrático de
Derecho en la Universidad de Oviedo, donde
permanecerá hasta su muerte. A partir de entonces
su actividad decae, aunque sigue publicando en los
periódicos.
• Sus preocupaciones espirituales se acentúan y en
1898 sus inquietudes sociales lo llevan a proponer la
fundación de la Extensión Universitaria de Asturias,
que pretende acercar la enseñanza a los medios
sociales más desfavorecidos.
50. Leopoldo Alas, Clarín
• En 1900 termina la traducción de la novela de Zola,
Trabajo, y, ya muy enfermo, pronuncia su última
conferencia en el socialista Centro Obrero de Oviedo en
enero de 1901. Muere ese mismo año, no sin antes
tener la alegría de ver la segunda edición de La Regenta,
prologada por Galdós.
51. Leopoldo Alas, Clarín
•Clarín dedicó muchísimos artículos periodísticos a la
crítica literaria. Parte de estos artículos los reunió en
volúmenes independientes.
•Ideó también una publicación literaria, titulada Folletos
literarios, de la que aparecieron ocho entregas entre 1886
y 1891.
•En la crítica literaria de Clarín puede distinguirse entre
una crítica festiva y satírica y otra más seria y teórica. En
ambas, la crítica es para Alas una actividad de carácter
ético que sirve para mejorar el nivel cultural del pueblo
como crítico demócrata.
•La crítica, para Clarín, es un camino de conocimiento, de
búsqueda de la verdad, de elevación del nivel estético de
una comunidad.
CRÍTICA LITERARIA
52. Leopoldo Alas, Clarín
•En cuanto a su obra de creación, es casi exclusivamente
narrativa, a excepción de algunos poemas juveniles y su
drama Teresa (1895), que intenta conjugar la crítica social
y el espíritu evangélico, dentro de una estética de intensa
concentración dramática y escenográfica naturalista.
•Pese a su brevedad, es su obra narrativa la que le
concede un puesto de primer orden en las letras
españolas.
•Solo escribió dos novelas: La Regenta y Su único hijo,
algunas novelas cortas (Pipá, Avecilla, Las dos cajas, Doña
Berta, El Señor…), varios fragmentos novelescos
inconclusos y poco más de cien relatos breves, publicados
en su mayoría en la presa y que recopiló, junto a otros
inéditos, en volúmenes independientes: Pipá (1886), El
Señor y lo demás, son cuentos (1893), Cuentos morales
(1896) y El gallo de Sócrates (1901).
OBRA LITERARIA
53. Leopoldo Alas, Clarín
La Regenta (1885)
LAS GRANDES NOVELAS
PERSONAJES
• Los protagonistas de la novela son dos: Ana
Ozores y el Magistral, Fermín de Pas. Ambos
personajes tienen en común su desclasamiento:
ella, hija de un aristócrata liberal, acaba como
esposa del viejo y ridículo regente de la
Audiencia; él, de humilde origen, está escalando a
los más altos puestos de poder del cabildo
catedralicio.
• En los dos se produce una profunda
insatisfacción: Ana, frustrada humana y
sentimentalmente en el marco de una ciudad
levítica, añorando una madre que no tuvo y un
hijo que no tiene; el Magistral, sometido a la
férrea voluntad de su madre y sin meta humana
alguna, excepto la ambición desmedida del
poder.
54. Leopoldo Alas, Clarín
La Regenta (1885)
LAS GRANDES NOVELAS
PERSONAJES
• El tercer personaje en importancia es Álvaro
Mesía, dirigente liberal de la provincia y tenorio
por excelencia de la misma.
• Ana termina en manos del insustancial Mesía, con
lo que consuma su propia degradación.
55. Leopoldo Alas, Clarín
La Regenta (1885)
LAS GRANDES NOVELAS
PERSONAJES
• En el fondo, la auténtica protagonista de la novela es la
sociedad provinciana en su conjunto.
• Clarín disecciona en Vetusta, nombre literario de Oviedo,
donde suceden los hechos las mezquindades, frustraciones y
pequeñeces de la sociedad española de la Restauración.
Clarín satiriza sin piedad los comportamientos de la clase
dominante de la sociedad canovista: clero, nobles, indianos,
burgueses desfilan por sus páginas dando muestras de su
frivolidad, hipocresía, orgullo, mediocridad y miseria moral.
• La extensa fauna de personajes de la novela está casi por
completo marcada por los mismos rasgos de los
protagonistas: frustración, insatisfacción, sexualidad
reprimida. Hay pocos personajes y éstos no tienen la entidad
suficiente para cambiar los derroteros de la sociedad
podrida.
56. Leopoldo Alas, Clarín
La Regenta (1885)
LAS GRANDES NOVELAS
ESTRUCTURA
• La estructura de la novela está muy pensada. Todos los elementos están relacionados: reflejan las
relaciones entre sus tres personajes y todo se organiza en función de ello
PRIMERA PARTE
•Se desarrolla en tres días
•Se rememoran muchos años.
•Acción lenta, ya que describen personajes y
ambientes claves para el desarrollo de la
novela
SEGUNDA PARTE
•Se desarrolla en tres años
•La acción es más rápida y dinámica hasta el
desenlace de la obra.
57. Leopoldo Alas, Clarín
La Regenta (1885)
LAS GRANDES NOVELAS
• En La Regenta, es muy importante la influencia del ambiente sobre los personajes, por ello se ha
insistido en su carácter naturalista. En efecto, tanto el mundo exterior (la ciudad en que viven, el
ambiente callejero, las relaciones sociales) como el más próximo a los personajes (su familia, su
infancia, su formación) los condicionan de modo definitivo.
• Incluso la naturaleza se relaciona con los movimientos anímicos de los personajes: la lluvia
constante, las estaciones del año…
• Dos son las notas dominantes en el ambiente que envuelve a los personajes de la novela
TEDIO
En la cerrada ciudad provinciana todo se repite
hasta el aburrimiento, y personas como Ana
Ozores no encuentran más salida a su hastío que el
refugio en libros y sueños románticos,
perfectamente inútiles como solución vital.
LUJURIA
La sexualidad, más o menos reprimida, es la vía
de escape de muchas frustraciones. Objetos,
ambientes y personajes parecen rodeados de
un halo de erotismo que impregna sus
movimientos, sus conversaciones, sus sueños y
sus pensamientos.
58. Leopoldo Alas, Clarín : La Regenta
La heroica ciudad dormía la siesta. El viento Sur, caliente y perezoso, empujaba las nubes blanquecinas que se
rasgaban al correr hacia el Norte. En las calles no había más ruido que el rumor estridente de los remolinos de polvo, trapos,
pajas y papeles que iban de arroyo en arroyo, de acera en acera, de esquina en esquina revolando y persiguiéndose, como
mariposas que se buscan y huyen y que el aire envuelve en sus pliegues invisibles. Cual turbas de pilluelos, aquellas migajas
de la basura, aquellas sobras de todo se juntaban en un montón, parábanse como dormidas un momento y brincaban de
nuevo sobresaltadas, dispersándose, trepando unas por las paredes hasta los cristales temblorosos de los faroles, otras hasta
los carteles de papel mal pegado a las esquinas, y había pluma que llegaba a un tercer piso, y arenilla que se incrustaba para
días, o para años, en la vidriera de un escaparate, agarrada a un plomo.
Vetusta, la muy noble y leal ciudad, corte en lejano siglo, hacía la digestión del cocido y de la olla podrida, y
descansaba oyendo entre sueños el monótono y familiar zumbido de la campana de coro, que retumbaba allá en lo alto de
la esbelta torre en la Santa Basílica. La torre de la catedral, poema romántico de piedra, delicado himno, de dulces líneas de
belleza muda y perenne, era obra del siglo diez y seis, aunque antes comenzada, de estilo gótico, pero, cabe decir, moderado
por un instinto de prudencia y armonía que modificaba las vulgares exageraciones de esta arquitectura. La vista no se
fatigaba contemplando horas y horas aquel índice de piedra que señalaba al cielo; no era una de esas torres cuya aguja se
quiebra de sutil, más flacas que esbeltas, amaneradas, como señoritas cursis que aprietan demasiado el corsé; era maciza sin
perder nada de su espiritual grandeza, y hasta sus segundos corredores, elegante balaustrada, subía como fuerte castillo,
lanzándose desde allí en pirámide de ángulo gracioso, inimitable en sus medidas y proporciones. Como haz de músculos y
nervios la piedra enroscándose en la piedra trepaba a la altura, haciendo equilibrios de acróbata en el aire; y como prodigio
de juegos malabares, en una punta de caliza se mantenía, cual imantada, una bola grande de bronce dorado, y encima otra
más pequeña, y sobre esta una cruz de hierro que acababa en pararrayos.
59. Leopoldo Alas, Clarín : La Regenta
La lluvia, el aburrimiento, la piedad, la costumbre, trajeron su contingente
respectivo al templo, que estaba todas las tardes de bote en bote. No cabía ni un
vetustense más.
Los jóvenes laicos de la ciudad, estudiantes los más, no se distinguían ni por su
extensa devoción, ni por su impiedad prematura; no pensaban en ciertas cosas;
los había carlistas y liberales, pero casi todos iban a misa a ver a las
muchachas. A la novena no faltaban; se desparramaban por las capillas y
rincones de San Isidro, y terciando la capa, el rostro con un tinte romántico o
picaresco, según el carácter, “se timaban”, como decían ellos, con las niñas
casaderas, más recatadas, mejores cristianas, pero no menos ganosas de tener lo
que ellas llamaban “relaciones”. Mientras el padre Martínez repetía por
centésima vez —y ya llevaba ganados unos cinco mil reales— que como el
dolor de una madre no hay otro, y echaba sin pizca de dolor propio, sobre la
imagen enlutada del altar, toda la retórica averiada de su oratoria de un
barroquismo mustio y sobado, el amor sacrílego iba y venía volando invisible
por naves y capillas, como una mariposa que la primavera manda desde el
campo al pueblo para anunciar la alegría nueva.
Caracterización de ambientes
60. Leopoldo Alas, Clarín : La Regenta
Ana Ozores, cerca del presbiterio, arrodillada, recogiendo el espíritu
para sumirlo en acendrada piedad, oía el runrún lastimero del púlpito,
como el rumor lejano de un aguacero acompañado por ayes del viento
cogido entre puertas. No oía al jesuita, oía la elocuencia de aquel
hecho patente, repetido siglos y siglos en millares de pueblos: la piedad
colectiva, la devoción común, aquella elevación casi milagrosa de un
pueblo entero prosaico, empequeñecido por adoración del absoluto, por
abstracción religiosa. En esto pensaba a su modo la Regenta, y quería
que aquella ola de piedad la arrastrase, quería ser molécula de aquella
espuma, partícula de aquel polvo, que una fuerza desconocida
arrastraba por el desierto de la vida, camino de un ideal vagamente
comprendido.
Caracterización de personajes
61. Leopoldo Alas, Clarín : La Regenta
Caracterización de personajes
“Estamos buenos” iba pensado por las calles. Era
enemigo de darle nombre a las cosas, sobre todo a las
difíciles de bautizar. ¿Qué era aquello que a él le
pasaba? No tenía nombre. Amor no era: el Magistral no
creía en una pasión especial, en un sentimiento puro y
noble que se pudiera llamar amor; esto era cosa de
novelistas y poetas, y la hipocresía del pecado había
recurrido a esa palabra santificante para disfrazar
muchas de las mil formas de la lujuria. Lo que él sentía
no era lujuria; no le remordía la conciencia. Tenía la
convicción de que aquello no era nuevo. ¿Estaría malo?
¿Serían los nervios? Somoza le diría que fijo que sí.
62. Leopoldo Alas, Clarín : La Regenta
Vetusta era su pasión y su presa. Mientras los demás le tenían por sabio teólogo, filósofo y
jurisconsulto, él estimaba sobre todas su ciencia de Vetusta. La conocía palmo a palmo, por
dentro y por fuera, por el alma y por el cuerpo, había escudriñado los rincones de las
conciencias y los rincones de las casas. Lo que sentía en presencia de la heroica ciudad era gula;
hacía su anatomía, no como el fisiólogo que sólo quiere estudiar, sino como el gastrónomo que
busca los bocados apetitosos; no aplicaba el escalpelo sino el trinchante.
[…] Don Fermín contemplaba la ciudad. Era una presa que le disputaban, pero que acabaría
de devorar él solo. ¡Qué! ¿También aquel mezquino imperio habían de arrancarle? No, era
suyo. Lo había ganado en buena lid. ¿Para qué eran necios? También al Magistral se le subía
la altura a la cabeza; también él veía a los vetustenses como escarabajos; sus viviendas viejas y
negruzcas, aplastadas, las creían los vanidosos ciudadanos palacios y eran madrigueras, cuevas,
montones de tierra, labor de topo... ¿Qué habían hecho los dueños de aquellos palacios viejos y
arruinados de la Encimada que él tenía allí a sus pies? ¿Qué habían hecho? Heredar. ¿Y él?
¿Qué había hecho él? Conquistar.
63. Cuando llegaban a las primeras casas de Vetusta, obscurecía. La luz amarillenta del gas brillaba de trecho en
trecho, cerca de las ramas polvorientas de las raquíticas acacias que adornaban el boulevard, nombre popular
de la calle por donde entraban en el pueblo. […]
Al anochecer, hora en que dejaban el trabajo los obreros, se convertía aquella acera en paseo donde era difícil
andar sin pararse a cada tres pasos. Costureras, chalequeras, planchadoras, ribeteadoras, cigarreras, fosforeras,
y armeros, zapateros, sastres, carpinteros y hasta albañiles y canteros, sin contar otras muchas clases de
industriales, se daban cita bajo las acacias del Triunfo y paseaban allí una hora, arrastrando los pies sobre las
piedras con estridente sonsonete.[…]
Era la fuerza de los talleres que salía al aire libre; los músculos se movían por su cuenta, a su gusto, libres de la
monotonía de la faena rutinaria. Cada cual, además, sin darse cuenta de ello, estaba satisfecho de haber hecho
algo útil, de haber trabajado. Las muchachas reían sin motivo, se pellizcaban, tropezaban unas con otras, se
amontonaban, y al pasar los grupos de obreros crecía la algazara; había golpes en la espalda, carcajadas de
malicia, gritos de mentida indignación, de falso pudor, no por hipocresía, sino como si se tratara de un paso de
comedia. Los remilgos eran fingidos, pero el que se propasaba se exponía a salir con las mejillas ardiendo. Las
virtudes que había allí sabían defenderse a bofetadas. En general, se movía aquella multitud con cierto orden.
Se paseaba en filas de ida y vuelta. Algunos señoritos se mezclaban con los grupos de obreros. […]
Leopoldo Alas, Clarín : La Regenta