El documento cuenta la historia de un joven leñador cuyo rendimiento laboral disminuyó con cada día de trabajo. Cuando el capataz le preguntó la última vez que afiló su hacha, el leñador admitió que no había tenido tiempo. La moraleja es que es importante tomarse tiempo para mejorar nuestras habilidades y destrezas para mantener un alto rendimiento, ya que las del pasado pueden no ser suficientes para el futuro.