Este poema describe la profundidad y belleza de los ojos de la amada del autor. El poeta se siente vivo y lleno de emociones al mirar en sus ojos, que pueden transmitir serenidad o locura. El autor no quiere causarle tristeza a su amada y se entristece cuando ella llora. El poeta ve dos luceros en el horizonte de sus ojos que iluminan sus labios al pronunciar su nombre. El autor pide perdón de rodillas si no ha logrado hacerla feliz.