1. Prólogo
Descubriendo.
Mis padres,TeresayJames, siempre estabande viaje de negocios,enrealidad, casi nunca los
veía. Por lo general, se iban por unos pocos meses, incluso una vez llegaron a estar fuera un año,
luegovolvieronpara quedarse unos días, ya que volvieron a llamarlos para otro viaje de negocios, y
no me molestabaenabsoluto.Nuncahabíatenidounafuerte relaciónconmispadres, y eso de tener
una relaciónahora,eracasi imposible.Ylopeorde todo,es que mis padres contrataban a una niñera
cada vez que estaban fuera.
A pesar de que mis padres todavía tendrían que viajar, nos habíamos mudado a una nueva
ciudad. Desde que nos mudamos, ellos aún no habían ido a ningún viaje de negocios, pero sólo era
cuestión de tiempo que se marcharan. Habíamos llegado hacía dos meses, la escuela había sido un
poco incómoda al principio, pero después me gané a algunos amigos y me empecé a sentir más
cómoda cada día. Así que, realmente, ésta situación no me sorprendía en absoluto. Como había
dicho, sólo era cuestión de tiempo que mis padres se fueran de viaje de negocios.
¿Por cuánto tiempo se irán? Pregunté.
Mi madre me dio una mirada triste, probablemente a causa de la expresión que estaba
dando: ira y decepción. Al menos les importaba algo.
Lo siento, cariño. Comenzó, suspirando. - El viaje es en Europa y nos vamos mañana. -
Se calló,de repente abriólosojoscomosi hubierarecordadoalgo. - Oh,y estaremosfueradosmeses.
¿Dos meses? Repetí lo que dijo abriendo los ojos y jadeando. ¡Eso es demasiado
tiempo!Casi nuncahacemoscosasen familia,nuncaestamosjuntos.¿Estoesaloque ustedesllaman
familia?
Ariel. Dijomi padre. Cálmate,sé que apenasestamosencasa,pero tienesque saber
que estamosmuyocupados.Lo siento.Ah,yhe contratado a un niñero, él es hijo de una familia que
conocimos aquí y son bastante agradables, y ellos dijeron que no habría ningún problema.
Me quedé sin aliento una vez más. ¿Él?
2. Espera.¿Acabasde decirque esun chico? Pregunté,tratando de verificar la conclusión
a lo que él había dicho, y él asintió con la cabeza. Mis padres eran de lo más raros, ¿por qué iban a
dejarque un chico cuidara de su hija? Sobre todo, cuando estoy en mi último año. ¿Quién es?
Insistí, rogando a Dios que no tuviera un nombre de un violador, o por lo menos que no fuera uno.
Tenía miedo.
No teníamos tiempo para contratar a una niñera adecuada, pero el Sr. Clark dijo que su
hijo era muy responsable, entonces le ofrecimos el trabajo. Explicó mi padre, y mi mundo se
detuvo.¿CuántosClark habíaen la ciudad? Por favor, Señor, ten piedad de mí. Él me dio una sonrisa
reconfortante, como si me estuviera diciendo que todo iba a estar bien. Nada estaba bien.
Al parecer, va a tu escuela, se llama Thomas Clark, ¿lo conoces, Ariel?
Que me ahorquen.Lentamente asentí. Sí. Respondí, intentando succionar las noticias.
Bueno, entonces... Mi madre parecía realmente emocionada. No entendía nada.
Él vendrá mañana antes de irnos, ¿de acuerdo? Preguntó mi madre.
Está bien.
Thomas Clark, el chico más popular de mi escuela iba a ser mi niñero, y por dos largos meses. No
podía creerla ideade que un hombre fueratancapaz de cuidarme, además de que él se me hacía un
hombre muy mala onda.
Capítulo 1
¿Qué clase tienes? - Me preguntó mi mejor amiga, Dakota, mientras guardaba la mochila
en su taquilla. Ya que éramos mejores amigas, tendíamos a elegir taquillas que estuvieran juntas la
una de la otra. Para mí, Dakotaera una chica bella.Teníalosojoscolor avellana, y sus ojos era lo más
bellode ella.Teníael pelocastañoclaro,por logeneral siempre lo tenía rizado. Siempre he pensado
que ellaerala chica más guapade laescuela.Luegoestabayo.Conel pelocolor rojo, y por lo general
liso. Era el tipo de color que la gente, naturalmente, no tenía. Y mis ojos eran azules.
Inglés. - Respondí, después de mirar el horario que estaba pegado en la puerta de la
taquilla. - ¿Tú? - Le pregunté, volviéndome hacia ella.
3. Historia. - Suspiró y gimió con molestia mientras inclinaba la cabeza. Siempre he sabido
que ella tenía un gran odio a la historia. - Ariel, ¿no ibas a decirme algo? Estabas bastante altera
anoche... - Dijo,haciendo una pausa, mi corazón comenzó a bombear más rápido de lo normal. - ¿Es
un chico o qué?
Dudé por un momento, ¿cómo se lo tomaría? Este tipo de chico era el tipo de Playboy que se
acostaba con unachica diferente cada semana, y si le gustaba luego tal vez dos veces, y nunca en su
vidahabía tenidounarelaciónadecuadaconalguien.Susamigoseran...iguales,oincluso peores que
él, ¿quién sabe? No sabía mucho acerca de Liam, pero los rumores que oía alrededor de la escuela
eran suficientes para saber lo básico acerca de él.
Bueno... - Me callé. - Sabes que mis padres se van de viaje de negocios constantemente,
¿no? - Ella asintió. - ¿Y que contratan a una niñera cada vez? - Le pregunté.
Ella abrió los ojos mucho, como si estuviera viendo una película de terror. - ¿Quién? -
Preguntó. - ¿Es alguien horrible? Peter...
Apoyé lamanosobre sus labiospara hacerlacallar, y negué con la cabeza mientras reía. - No.
- Dije. - No es Peter, pensé que podía ser peor, pero... - Me callé. - Es Thomas. Clark.
Los ojosde Dakota se agrandaron y jadeóenrespuesta. - ¿ThomasClark?- Repitiósunombre.Dakota
también sabía acerca de la reputación de Thomas, literalmente, con sólo oír su nombre, grita.
Asentí y apreté los labios.
Espera, espera, espera. - Dijo rápidamente, moviendo los brazos como si me estuviera
diciendoque nopodíasoportarlo. - Thomas Clark,unode loschicos más populares de la escuela, y el
Playboy de la escuela, ¿será tu niñero durante ocho meses? - Su voz creció ante la sorpresa.
Suspiré. - Sabes... - Empecé. - Cuandolodicestú suenapeorde loque deberíasonar. - Me eché a reír.
Ella sonrió. - ¿Sabes lo que pienso? - Dijo. - Lo deseas.
¿Qué?
Es una broma,Ariel. - Dijo,riendoligeramente. - Tengo que ir a clase, sólo... mándame un
mensaje si pasaalgo,y si necesitasayuda,puedoirentu buscacuando sea. - Se ofrecióconsu sonrisa
4. descarada e infame. - Oh, y una cosa, debes... tener cuidado. - Dijo lentamente, mirando a su
alrededor, y levantó una ceja. - Es un Playboy, Ariel. - Dijo con total naturalidad. - No quiero que te
hagan daño.
Le sonreí y asentí. - Lo sé. - Respondí. - No es que vaya a suceder algo entre nosotros. No voy a
enamorarme de un deportista como él.
Eso es bueno. - Dijo. - Me tengo que ir, ¡adiós!
Con unsuspiro,cerré lataquillayde repente me asusté cuando escuché una tos a mi izquierda, muy
cerca de mí. A mi ladohabía un chicode diecisiete años,conojos,nariz,yuncuerpocaliente. Llevaba
una sudaderaconcapucha normal con pantalones anchos y zapatillas de deporte. Una palabra era la
que describía a este adolescente perfecto: sexy.
Sobra decir: hablando de deportistas...
¿Si, Thomas?
5. Capitulo 2
Sólo quería venir a decirte que hoy te ves muy bien. - Respondió, con las manos en los
bolsillos y con una sonrisa infame en su rostro.
Me burlé.A pesarde que teníamuy buenapinta,nuncapodría tenersentimientoshaciaél -no es que
fuera a tenerlos-. Su personalidad me daba asco, no me gustaba el hecho de que no tratara a las
chicas como debían ser tratadas. No las respetaba.
Apreté los labios y suspiré con fastidio. - Eres un poco molesto, ¿lo sabías?
- También sé que estoy bueno. - Se rió, mostrándome sus blancos dientes. Dio un paso más
cerca, mirándome fijamente a los ojos desde arriba. - Y también sé que soy tu niñero. ¿O me
equivoco?
Me tensé al oír suspalabras,y me quedé petrificada,eracomosi estuviera en una especie de trance,
aunque todavía estaba allí. Simplemente me quedé mirando su camisa, estupefacta. A veces me
preguntaba: ¿qué se sentiría el tener a un chico como Thomas, guapo, de niñero y el cual no dejara
de coquetear contigo?
Probablemente te sentirías... bien.
- ¿Por qué? - Pregunté de repente, mirándole con asombro puro. Las chicas de secundaria
podrían estar chillando de alegría, pero para mí, era diferente. Yo era diferente a los demás. - ¿Por
qué aceptaste el trabajo?
Se acercó un poco más ynoté el alientocálidochocarcontra mi frente. - Porque uno: es bueno tener
algo de dinero extra. - Comenzó, luego se acercó a mi mejilla, y la besó. - Dos: podré verte con más
frecuencia,todoslosdíaspara ser exactos. - Un escalofrío recorrió mi columna vertebral. Mi corazón
latía más rápidocon cada segundo.Yde repente,se alejó. - Y tres:tengoque controlarte porque eres
una chica mala. - Se rió entre dientes.
Mi estómago estaba revuelto.
Nunca había estado tan cerca de Thomas.
Iba a vomitar.
6. - Tengo que ir a clase. - Dije, haciendo caso omiso de todo lo que dijo. Aferré los libros con
más fuerza. - Me tengo que ir. - Bajé un poco la voz, Thomas estaba tan cerca que me hacía sentir
incómoda, o más bien, cualquier chico en particular.
Lo único que sabía es que no iba a darle lo que él quería: no me enamoraría de él.
- ¿Ah,sí? - Dijocon vozfalsa,sorprendido, levantando las cejas. - Clase de inglés, ¿verdad? -
Asentí. - Estamos en la misma clase. - Indicó, sonriéndome.
Gemí.
Cuandocaminé haciaclase, Thomasme siguióhastaque me alcanzó.Me ofreció sentarme junto a él,
ignorando totalmente el hecho de que uno de sus amigos estuviera ya sentado a su lado, pero me
negué. Insistió al menos tres veces, pero no me convenció. Y eso le molestó un poco.
- Está bien. - Dijo el Sr.Stalin mientras aplaudía. - Creo que voy a asignar un proyecto de
grupo. - Anunció con entusiasmo, algunas personas se quejaron, y algunas personas sonrieron con
orgullo. - Esta vez, escogeré yo a los grupos.
Y toda la clase se quejó.
Todo el mundo odiaba que los profesores eligieran a los grupos. Y era por una buena razón. Era
terrible el ser compañero de un vago, de alguien que odias, o de alguien aún peor.
El Sr.Stalin cogió una hoja de papel en la que suponía estaban nuestros nombres escritos. - Ellen y
Grace... - Ambas chicas sonrieron. - Estella y Hillary. - Continuó. - Y... Ariel y Thomas.
Abrí los ojos de par en par tan pronto como oí el nombre de Thomas y el mío en la misma frase, y
luego miré rápidamente a Thomas quien simplemente sonreía abiertamente. Rodé los ojos y me
concentré de nuevo en el profesor.
Estar con Thomas era algo que iba a tener que soportar durante mucho tiempo.