3. ESTA NOCHE
RESPONDEREMOS
A:
• ¿Qué es el rencor?
¿Por qué es tan
destructivo? ¿Qué
efecto tiene en
nosotros? ¿Cómo
podemos tornarnos
de la amargura al
perdón?
4. 1. ¿Qué es el
Rencor?
•El rencor es aquel sentimiento
profundo de disgusto o enojo
que tenemos hacia alguien por
una ofensa pasada. Es nuestro
doloroso recuerdo de heridas
anteriores.
•El rencor es el gran enemigo de
las buenas relaciones. Destruye
la amistad y transforma a los
amigos en enemigos. Pero el
efecto más dañino del rencor es
la destrucción de la persona que
se aferra a él.
5.
6. 2. Por qué
Guardamos
rencor?
•De todas las cosas
malas y destructivas
que pueden ocurrirnos,
el rencor es una de las
peores. Es como un
microbio mortal,
luchando
constantemente para
tener dominio sobre
nosotros y destruirnos.
7. 2. Por qué
Guardamos
rencor?
•Muchos cristianos se aferran
al pecado del resentimiento
que es mucho más
destructivo que cualquier
microbio.
•Al ver que el resentimiento
es un pecado tan horrible,
puede ser que nos
preguntemos: “¿por qué
guardamos
rencor?” Existen muchas
razones:
8. a. Sentimos que el
resentimiento es
justificado.
• Una razón porque nos
es difícil reconocer la
venenosa naturaleza del
rencor es que pensamos
que es correcto. Nos
sentimos justos al sentir
rencor. Nos
decimos: “es normal
que esté resentido con
fulano”.
9. b. Sentimos que
somos superiores.
• Cuando alguien hace algo
que nos ofende o nos
hiere, tomamos hacia esa
persona una actitud de
superioridad. Nos decimos:
“Yo JAMÁS haría tal cosa”.
Nos gusta sentirnos
superiores y por lo tanto
nos aferramos al rencor.
10. c. Nos gusta “llevar
la cuenta”.
• A veces nos aferramos al
resentimiento con el objeto de
tener algo para compensar
cualquier ofensa futura que
podamos cometer. decimos:
“puede ser que me haya
equivocado o haya hecho mal en
eso, pero tú me hiciste esto y esto
otro a mí”.
11. El siguiente paso del rencor es la amargura
• De todos los pecados, el rencor es uno de los más extraños porque su
fin es el castigar a la otra persona. Sin embargo es mucho más
doloroso para nosotros de lo que jamás pudiera ser para la otra
persona.
• Si guardamos rencor, puede transformarse en amargura. La amargura
afecta la salud, la mente, la personalidad y nuestra comunión con
Dios. Consideremos lo siguiente:
13. Hebreos
12:15
•15 Mirad bien, no sea que
alguno deje de alcanzar la
gracia de Dios; que
brotando alguna raíz de
amargura, os estorbe, y
por ella muchos sean
contaminados.
14. El Perdón nos
Librará
•La única cosa que puede
librarnos de guardar rencor y la
amargura es el perdón. Pero no
mucha gente comprende
verdaderamente lo que es el
perdón. El perdón no significa
pasar por alto el pecado, ni
fingir que nunca ocurrió.
Perdonar no es tratar de olvidar.
No podemos olvidar pero
podemos aprender a vivir con
ello.
15. •El perdón significa que en lo que a ti se
refiere, le concedes a la persona que te hizo
daño, un pasado limpio.
•Perdonar es costoso. La persona que
perdona paga un precio por la ofensa o el
mal que ella está perdonando. Cristo tuvo
que pagar la pena de nuestros pecados,
para perdonarnos. Por eso murió en la cruz.
16. Mateo 6:14-15
•Porque si perdonáis a los
hombres sus ofensas, os
perdonará también a
vosotros vuestro Padre
celestial; mas si no
perdonáis a los hombres
sus ofensas, tampoco
vuestro Padre os
perdonará vuestras
ofensas.
17. ¿Cómo saltar del
rencor al PERDÓN
•Los pasos
siguientes te
mostrarán cómo
librarte de tu
amargura:
18. Puedes
saltar
cuando:
Reconoce
que Dios es
el Juez.
Romanos
12:19
Confiesa tus
pecados
Proverbios
28:13
Decides dar
sentencia de
muerte al
rencor y la
amargura.
Romanos 8:13
Decide
perdonar a
tu ofensor
Colosenses
3:12-13
Un pastor fue llamado a la cabecera de un hombre moribundo. Era un hombre que nadie apreciaba. Era duro, amargado y hosco.
Vivía en una cabaña destartalada en las afueras de la ciudad. Cuando iba a la ciudad dejaba en claro que no quería hablar con nadie y tampoco que nadie le hablara. Hasta los niños huían de él.
La gente se preguntaba por qué se había vuelto tan amargado y malo. Algunos pensaban que tenía alguna culpa secreta. Otros estaban seguros de que había cometido algún crimen horrible y que era un fugitivo de la justicia. Pero todos estaban equivocados.
La sencilla verdad era que, cuando joven, un amigo le había ocasionado un daño grave. Estaba tan furioso que dijo: “Lo recordaré hasta el día de mi muerte”. Y así lo hizo.
Le contó al pastor que se sentaba junto a su lecho: “lo he recordado cada mañana y he pensado en ello cada noche. He maldecido a ese hombre cien veces al día”.
Luchando para respirar, continuó: “y ahora veo que mi amargura me ha comido el alma. Mi odio no ha lastimado a nadie más que a mí mismo. Y Dios sabe que esto ha convertido mi vida en un infierno”.
A veces la otra persona ni siquiera se ha dado cuenta de que ha hecho algo malo. Por lo tanto nuestro resentimiento no le produce daño alguno, pero para nosotros sí es muy destructivo.
1. No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor Romanos 12:19
2. El que encubre sus pecados no prosperará; Mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia. Proverbios 28:13
3. 12 Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; 13 soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros.