Este documento discute la importancia de una regulación clara de la industria del cannabis en México para establecer una industria próspera. Aunque México tiene experiencia en la producción de cannabis y condiciones adecuadas para su cultivo, las regulaciones actuales se han rezagado en comparación con otros mercados líderes. El reciente reglamento publicado en enero es un paso positivo, pero se centra solo en usos médicos y deja de lado otros usos industriales y alimenticios que también podrían beneficiar la economía. Se necesitan
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Diferencia jurídica del cannabis esencial para una industria próspera
1. Diferencia jurídica del cannabis:
esencial en el establecimiento de una
industria próspera
LEDESMA MORENO JOSE DANIEL
TECNOLOGÍAS DE LA INVESTIGACIÓN JURÍDICA
2. Durante las primeras semanas de este año, el gobierno Mexicano ha dado
pasos muy importantes para el desarrollo de una industria de cannabis
que, de acuerdo con estimaciones globales, puede alcanzar ventas por 60
mil millones de dólares en los próximos años, sin embargo, la clave para
que esta industria logre su máximo potencial radica en contar con
regulaciones claras que permitan a toda la cadena de suministro conocer
su rol, obligaciones y derechos.
3. Históricamente México ha sido un país productor de cannabis, en el sur de
su territorio existe la infraestructura para transformar el henequén en
fibras, la cuál puede ser fácilmente modificada para promover el desarrollo
dentro de la industria de cannabis no psicoactiva en beneficio de todos
aquellos productores textiles, las regiones costeras han sido víctimas de la
inseguridad y el crimen organizado, pero también han experimentado en
el desarrollo de cepas con un alto contenido de tetrahidrocannabinol
(THC).
4. Sin embargo, y pese a toda esta experiencia empírica que existe dentro del
territorio nacional para fortalecer al campo y a las industrias primarias
mediante la industria del cannabis, nuestras regulaciones nos han rezagado en
comparación con otros mercados que actualmente lideran la industria. En
nuestro país, los cambios regulatorios iniciaron en 2015 cuando varias familias
buscaron los medios legales para importar productos derivados de cannabis
sin rastros de ingredientes psicoactivos para el tratamiento de pacientes con
enfermedades neurodegenerativas, seguido de una modificación a la ley
general de salud, la emisión de lineamientos en materia de control sanitario de
la cannabis que fueron derogados y un reglamento para el uso de cannabis
con fines médicos, además de diversos emplazamientos por parte de las
autoridades judiciales para regular el uso adulto y el libre desarrollo de la
personalidad.
5. De todas estas figuras legales, la más reciente es el Reglamento de la Ley
General de Salud en Materia de Control Sanitario para la Producción,
Investigación y Uso Medicinal de la Cannabis y sus Derivados
Farmacológicos, publicado en el Diario Oficial de la Federación el 12 de
enero de este año, en el que se esgrimen de manera somera las
responsabilidades que tienen las autoridades sanitarias para permitir que
las empresas puedan abastecer, producir y realizar investigaciones entorno
al cannabis, únicamente con fines medicinales, así como los
requerimientos legales que deberán observar los profesionales de la salud
para realizar diagnósticos, y tratamientos con este tipo de productos.
6. Esta reglamento es un gran paso para que la industria farmacéutica inicie su operación
en el uso de derivados de cannabis, pero ha dejado de lado a muchas industrias que
también podrían convertirse en benefactores de la economía mexicana, aprovechando
las condiciones climáticas, comerciales y sociales que harían de la industria del cannabis
no psicoactivo un elemento de crecimiento económico para nuestro país, y del cual, se
verían beneficiadas las entidades gubernamentales mediante la captación de impuestos.
Esperamos que las discusiones legislativas entorno al cannabis continúen en nuestro
país, pues queda pendiente una regulación y reglamentación para el uso adulto del
cannabis, y en la cual se pueda tratar el uso de esta planta con fines alimenticios e
industriales, sin embargo, estamos seguros de que la mejor regulación radicará siempre,
en el entendimiento de las diferentes cepas y composiciones químicas que existen, así
como sus amplios usos industriales, los cuales han quedado en el abismo legal desde
hace décadas, retrasando el desarrollo tecnológico e industrial para las más de 500
aplicaciones que tienen el cannabis.