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La valiosa lección del niño sobre la importancia del tiempo en familia
1.
2.
3. La noche había caído ya; sin embargo, el pequeño niño
hacía grandes esfuerzos por permanecer despierto. El
motivo bien valía la pena; estaba esperando a su papá.
Los traviesos ojos iban cayendo pesadamente cuando
se abrió la puerta.
Hijo: “Papá, ¿puedo hacerte una pregunta?”
Padre: “Sí, claro, ¿qué es?”
Hijo: “Papá, ¿cuánto dinero ganas en una hora?”
—dijo con ojos muy abiertos.
4. Su padre entre molesto y cansado, fue muy tajante en su
respuesta.
“Eso no es asunto tuyo, ni tu madre lo sabe, ¿por qué me
preguntas tal cosa?”
Hijo: “Sólo quiero saber, por favor dime, ¿cuánto ganas por una
hora?”
El papá contrariado contestó con un simple: “100$ por hora”.
Hijo: “Oh” —El niño con tristeza agacha la cabeza hacia abajo...
“Papá, ¿puedo pedir prestado 50$?”
El padre se puso furioso: “Si la única razón por la que quieres
saber lo que gano es para pedir prestado dinero para comprarte
algún juguete tonto, entonces quédate en tu habitación, no salgas
y piensa por qué estás siendo tan egoísta. Yo trabajo duro todos
los días, como para lidiar con este comportamiento tan infantil”.
5. El niño en silencio cerró la puerta de su habitación. El hombre se sentó y
comenzó incluso a ponerse más enojado acerca de la pregunta del pequeño.
¿Cómo se atreve a hacer tales preguntas sólo para obtener algo de dinero?
Después de una hora o algo así, el hombre se calmó y comenzó a pensar: Tal
vez había algo que realmente necesitaba comprar con esos 50$, después de
todo, el niño no pedía dinero muy a menudo. Así pues, se acercó a la puerta
de la habitación del niño y abrió la puerta.
Padre: “¿Estás dormido, hijo?”
Hijo: “No papá, estoy despierto".
Padre: “He estado pensando, tal vez yo fui demasiado duro contigo. Ha sido
un día largo y descargué mi frustración en ti. Aquí tienes los 50$ que me
pediste…”
El niño se irguió, sonriendo.
“Oh, gracias papá!” -susurró el niño mientras metía su manita debajo de la
almohada y sacaba varias monedas.
6. Entonces, se levanta y agarra debajo de la almohada unas
monedas y unos billetes arrugados. El hombre vio que el
muchacho ya tenía dinero, empezó a enfadarse de nuevo.
El niño contó despacio su dinero, y luego miró a su padre.
Papá: “¿Por qué quieres más dinero si ya tiene bastante?”
Hijo: “Porque yo no tenía suficiente, pero ahora sí.” –
Contestó entusiasmado.
“Papá, ahora tengo 100€. ¿Puedo comprar una hora de tu
tiempo? Por favor, mañana ven a casa temprano, me
gustaría cenar contigo."
El padre se sintió acongojado. Puso sus brazos alrededor
de su pequeño hijo, y le suplicó por su perdón.
7. Recordemos siempre, que la mejor inversión de nuestro
tiempo es en la familia que tenemos, las personas que
tenemos a nuestro lado y en nuestros corazones. Si el día
de mañana morimos, en apenas unos breves días habría
alguien reemplazándonos en el trabajo; en cambio, para la
familia y amigos que dejamos atrás, la pérdida sería
eterna. Valora el tiempo que pasas con los tuyos, porque
no hay nada más valioso.