2. Al contrario que una promesa
humana, que a veces tiene muy poco
valor, una promesa divina es un
compromiso firme por parte de Dios
de cumplir lo que promete.
A Noé y a su familia se le promete que se Las promesas divinas en el Antiguo
salvarán del diluvio, junto a los animales Testamento toman, a veces, forma de
(Génesis, 6: 18-20)
pactos unilaterales que Dios hace con
el hombre, donde Él promete realizar
A Noé se le promete que nunca habrá otro
diluvio (Génesis, 9: 11-17) algo a favor del hombre.
A Abram se le promete la tierra de Canaán, “Que llamo desde el oriente al
desde el Mediterráneo hasta el Éufrates ave, y de tierra lejana al
(Génesis, 15: 18) varón de mi consejo. Yo
A Abraham se le promete una gran hablé, y lo haré venir; lo he
descendencia que comenzaría con el pensado, y también lo haré”
(Isaías, 46: 11)
nacimiento de Isaac (Génesis, 17: 1-21)
3. La promesa dada a Abraham, y aceptada por fe, fue dada
como una promesa incondicional por parte de Dios.
La promesa: “En tu simiente serán benditas todas las
naciones de la tierra” (Génesis, 22: 18) se cumpliría
independientemente de cómo actuasen Abraham o sus
descendientes. Es decir, Cristo (la simiente según
Gálatas, 3: 16) vendría como una bendición para todo el
mundo con independencia de cómo actuase el hombre.
Posteriormente a la promesa, Dios le
indicó a Abraham cual era la ley que
debía cumplir como depositario de esta
promesa.
“Por cuanto oyó Abraham mi voz,
y guardó mi precepto, mis
mandamientos, mis estatutos y
mis leyes” (Génesis, 26: 5)
4. 430 años después de la promesa, cuando los descendientes de Abraham
necesitaban que se les recordase lo que Dios quería de ellos, se les dio la
ley en el monte Sinaí.
La ley no invalidaba la promesa (es decir, la fe) porque la promesa era
incondicional por parte de Dios. La ley era la expresión de lo que Dios
esperaba de los depositarios de la promesa.
“Esto, pues, digo: El pacto previamente ratificado por Dios para
con Cristo, la ley que vino cuatrocientos treinta años después, no lo
abroga, para invalidar la promesa” (Gálatas, 3: 17)
5. Pablo enseñaba que la ley no es un
requisito previo para la salvación
sino que el hombre es justificado
por la fe sin las obras de la ley.
Si esto es así, ¿qué necesidad hay de
que guardemos la ley?
“¿Luego por la fe
invalidamos la ley?
En ninguna manera,
Jesús mismo no vino a abrogar (anular) la ley, sino a sino que
cumplirla (Mateo, 5: 17-20) confirmamos la ley”
(Romanos, 3: 31)
Si la justificación por la fe invalidase la Ley,
entonces no habría habido necesidad de la muerte
expiatoria de Cristo para liberar al pecador de sus
pecados y restablecer su paz con Dios.
6. Pablo nos dice que la ley fue “añadida a causa de las
transgresiones” (Gálatas, 3: 19). Es decir, la primera
función de la ley es señalar lo que es pecado y revelar
nuestra condición pecaminosa.
A través de las leyes morales, la ley nos da a conocer
nuestro pecado. Si no fuera por la ley, no sabríamos que
hemos pecado. Pero la ley no nos resuelve el problema
del pecado.
A través de las leyes ceremoniales, la ley enseñaba el
camino que debemos seguir para solucionar el problema
del pecado.
Así pues, la segunda función de la ley es hacernos sentir
la necesidad de ir a los pies de Cristo que es el único que,
por su gracia, puede otorgarnos el perdón de los
pecados.
“De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo,
a fin de que fuésemos justificados por la fe” (Gálatas, 3: 24)
7. “Entonces, ¿para qué sirve la ley? Fue añadida a causa de las
transgresiones, hasta que viniese la simiente a quien fue hecha la
promesa; y fue ordenada por medio de ángeles en mano de un
mediador. Y el mediador no lo es de uno solo; pero Dios es uno”
(Gálatas, 3: 19-20)
“La promesa del pacto no fue "añadida" a nada; fue
dada personalmente por Dios. Por lo tanto, el vers. 20
podría ser parafraseado de esta manera: "Ahora bien,
un mediador implica un convenio entre dos partes;
pero la promesa del pacto fue unilateral: dependía sólo
de Dios y, por lo tanto, no requería mediador". El
antiguo pacto tenía la forma de un contrato entre Dios
y el pueblo escogido, y a Moisés como mediador; pero
el pacto nuevo o eterno, concedido por Dios a Abrahán,
sencillamente estaba bajo la forma de una promesa. En
el antiguo pacto había un convenio de parte del pueblo
de obedecer, mientras que en el nuevo pacto sólo es
necesario aceptar la promesa por fe, y la obediencia
sigue en forma natural” (CBA, sobre Gálatas, 3: 20)
8. Muchos piensan que la ley que fue dada en el Sinaí solo fue dada para el
pueblo judío. Examinando detenidamente la Biblia podemos ver que la ley ya
estaba en vigor mucho antes del Sinaí y que sigue vigente hoy en día.
No matarás (Génesis, 9: 6)
Antes del Preceptos, mandamientos, estatutos y leyes (Génesis, 26: 5)
Sinaí No adulterarás (Génesis, 39: 7-10)
El sábado (Éxodo, 19: 23-26)
Leyes ceremoniales
Del Sinaí a Leyes civiles
Cristo Leyes sanitarias
Leyes morales
No fue anulada por Cristo (Mateo, 5: 17)
Después Las leyes ceremoniales tuvieron su cumplimiento en Cristo (Juan, 1: 29)
de Cristo Nos sigue señalando nuestro pecado (Romanos, 7: 7)
Debemos obedecer todos los mandamientos (Santiago, 2: 10-12)
Cristo hace lo que la Ley nunca podría hacer: provee el remedio para el
pecado, justifica a los pecadores y, por su Espíritu, hace que se cumpla
su Ley en ellos (Romanos, 8: 3-4)