El documento discute dos prioridades para vivir: la santidad y la justicia. La santidad es el resultado de obedecer las leyes del Reino y manifestar la justicia. La justicia es la base del trono de Dios y conduce a la liberación, protección y apoyo de la vida. El Rey celestial provee todo lo necesario y se compromete a cuidar a aquellos que viven con justicia.