El documento argumenta que la obediencia perfecta a la ley de Dios es posible a través de Cristo. Señala que Satanás declaró que los seres humanos no podían obedecer la ley de Dios, pero Cristo vino a demostrar lo contrario al vivir una vida de obediencia perfecta como un ser humano. A través de la gracia de Cristo, los creyentes pueden desarrollar un carácter santo y obedecer cada mandamiento de Dios. La obediencia es necesaria para la salvación y la entrada al cielo.
4. i me amáis, guardad mis mandamientos
Juan 14:15
5. Pues este es el amor a Dios, que
guardemos sus mandamientos; y
sus mandamientos no son
gravosos.1Juan 5:3
6. El que tiene mis mandamientos, y los
guarda, ése es el que me ama; y el
que me ama, será amado por mi
Padre, y yo le amaré, y me
manifestaré a él.
Juan 14:21
7. Si guardareis mis mandamientos,
permaneceréis en mi amor; así como
yo he guardado los mandamientos de
mi Padre, y permanezco en su amor.
Juan 15:10
8. El le dijo: ¿Por qué me llamas bueno?
Ninguno hay bueno sino uno: Dios.
Mas si quieres entrar en la vida,
guarda los mandamientos.
Mateo 19:17
9. La condición para alcanzar la vida eterna es
ahora exactamente la misma de siempre, tal
cual era en el paraíso antes de la caída de
nuestros primeros padres: la perfecta
obediencia a la ley de Dios, la perfecta justicia.
Si la vida eterna se concediera con alguna
condición inferior a ésta, peligraría la felicidad
de todo el universo. Se le abriría la puerta al
pecado con toda su secuela de dolor y miseria
para siempre. Camino a Cristo 62
10. La única pregunta que se hará en el
juicio será: “¿Fueron obedientes a
mis mandamientos?”
Obreros Evangélicos, 330.1
11. Es preciso considerar la ley de Dios por
encima de todo y obedecerla en el
espíritu y en la letra.
{Testimonios Vol.4 249.2}
12. Si quisiereis y oyereis, comeréis el bien de la
tierra; si no quisiereis y fuereis rebeldes, seréis
consumidos a espada (Isaías 1:19, 20). Estas
palabras son verdaderas. Dios exige perfecta
obediencia, y aquellos que dicen que no es
posible vivir una vida perfecta lanzan sobre
Dios una acusación de injusticia y mentira.
Manuscritos Liberados Vol.1 369
13. Algunos consideran extraño que nuestra salvación
demande nuestra entera sumisión a la ley de Dios.
Pero el Señor no podría hacer una cosa más cruel
que salvar al hombre en su rebelión. Ningún
hombre puede ser salvo a menos que él se somete
a la ley de Cristo. La salvación significa para
nosotros una entrega completa de alma, cuerpo y
espíritu ... La única esperanza del pecador es
dejar de pecar…
14. Entonces su voluntad está en armonía con la
voluntad de Cristo. Su alma es traída en
comunión con Dios. Aquellos que se alistan en
el ejército de Cristo deben, en todas las cosas,
someterse a su autoridad y consultar su
voluntad. La obediencia implícita es la
condición de la salvación. La ley de Dios debe
ser obedecida en cada particular. Es nuestra
salvación hacer su ley nuestra regla …
{Signs of the Times, November 15, 1899 par. 8}
15. El gran don de la salvación se nos
ofrece gratuitamente, a través de
Jesucristo, con la condición de que
obedezcamos la ley de Dios; e
individualmente debemos aceptar los
términos de la vida con la más
profunda humillación y gratitud…
16. Nadie entrará jamás en la ciudad de
Dios que no reverencie los estatutos
de su gobierno; y ahora es el tiempo
asignado a nosotros para obtener la
victoria, por medio de la gracia divina,
sobre cada pensamiento y acción
rebelde; para operar nuestra propia
salvación, no con jactancia de
confianza en nosotros mismos, sino
con temor y temblor. {ST, December 15, 1887 par. 10}
17. Jesús compró la redención para
nosotros; es nuestra; pero nos
hallamos aquí a prueba, para ver si
resultamos dignos de la vida eterna.
{1 Testimonios 182.3}
18. Redimió la vergonzosa caída de Adán y salvó
al mundo... Vivió la ley de Dios y la honró en
este mundo de transgresiones, revelando al
universo celestial, a Satanás y a los perdidos
hijos de Adán, que por medio de su gracia la
humanidad puede guardar la ley de Dios.
{La Maravillosa Gracia de Dios 42.5}
19. Nadie que haya recibido la luz de la
verdad entrará en la ciudad de Dios como
transgresor de los mandamientos. Su ley
constituye el fundamento de su gobierno en
la tierra y en el cielo. Los que
conscientemente hayan pisoteado y
despreciado su ley en la tierra, no serán
llevados al cielo para que allí hagan la misma
obra; no se producirá un cambio de carácter
cuando Cristo venga.
{Fe y Obras 42.3}
20. La misericordia nos invita a entrar en la ciudad
de Dios a través de sus puertas, y la justicia se
complace en otorgar a toda alma obediente los
privilegios plenos que le corresponden como
miembro de la familia real e hijo del Rey del
cielo. Si tuviéramos defectos de carácter, no
podríamos franquear las puertas que la
misericordia ha abierto para los obedientes;
porque la justicia está en pie junto a la
entrada y requiere santidad de todos los que
quieran ver a Dios…
21. Si la justicia hubiera desaparecido y fuese posible
que la misericordia divina abriese sus puertas a
toda la humanidad sin tomar en cuenta su carácter,
habría en el cielo una situación de desafecto
y rebelión peor que la que se produjo
cuando Satanás fue expulsado. “Se romperían
la paz, la felicidad y la armonía del cielo. El traslado
de la tierra al cielo no cambiará el carácter de los
hombres. La felicidad de los redimidos en el cielo
será el resultado del carácter semejante al de
Cristo que hayan formado en esta vida. Los
santos del cielo habrán comenzado por ser
santos en la tierra...{Maranata 336.5}
22. Los que desobedecen los mandamientos de Dios, y
enseñan a otros a hacerlo, son condenados por
Cristo. La vida de obediencia del Salvador sostuvo
los derechos de la ley; probó que la ley puede ser
guardada en la humanidad, y reveló la excelencia
del carácter que la obediencia desarrollaría. Todos
los que obedecen como él obedeció, declaran
igualmente que el mandamiento de la ley “es santo,
y justo, y bueno.”…
23. Por otro lado, todos los que violan los mandamientos
de Dios, sostienen el aserto de Satanás de que la ley
es injusta y no puede ser obedecida. Así secundan
los engaños del gran adversario y deshonran a Dios.
Son hijos del maligno, que fué el primer rebelde
contra la ley de Dios. Admitirlos en el cielo sería
volver a introducir elementos de discordia y rebelión,
y hacer peligrar el bienestar del universo. Ningún
hombre que desprecia voluntariamente un principio
de la ley entrará en el reino de los cielos.
{El Deseado de Todas las Gentes 275.1}
Obedecer o desobedecer es votar por un u otro partido!
24. Hay muchos que se perderán, porque
dependen de la religión legal, o del
simple arrepentimiento por el pecado.
Pero el arrepentimiento por el pecado
por si solo no puede obrar la salvación
de ninguna alma…
25. El hombre no puede ser salvo por sus
propias obras. Sin Cristo, es imposible para
él rendir obediencia perfecta a la ley de Dios;
Y el cielo nunca puede ser obtenido por una
obediencia imperfecta; Pues eso pondría
todo el cielo en peligro y haría posible una
segunda rebelión.
{Signs of the Times, Dezembro 30, 1889 par. 4}
26. No es la magnitud del acto de
desobediencia lo que constituye el pecado,
sino el desacuerdo con la voluntad expresa
de Dios en el detalle más mínimo, porque
demuestra que todavía hay comunión entre
el alma y el pecado. El corazón está dividido
en su servicio. Niega realmente a Dios, y se
rebela contra las leyes de su gobierno…
27. Si los hombres estuviesen en libertad para
apartarse de lo que requiere el Señor y
pudieran fijarse una norma de deberes, habría
una variedad de normas que se ajustarían a
las diversas mentes y se quitaría el gobierno
de las manos de Dios. La voluntad de los
hombres se haría suprema, y la voluntad
santa y altísima de Dios, sus fines de amor
hacia sus criaturas, no serían honrados ni
respetados…
28. Siempre que los hombres escogen su propia
senda, se oponen a Dios. No tendrán lugar en
el reino de los cielos, porque guerrean contra
los mismos principios del cielo. Al despreciar
la voluntad de Dios, se sitúan en el partido de
Satanás, el enemigo de Dios y de los
hombres. No por una palabra, ni por muchas
palabras, sino por toda palabra que ha
hablado Dios, vivirá el hombre.
El Discurso Maestro de Jesucristo, 48.5
29. El unigénito Hijo de Dios vino a nuestro
mundo como un hombre, para revelar al
mundo que los seres humanos podían
guardar la ley de Dios. Satanás, el ángel
caído, había declarado que ningún hombre
podía guardar la ley de Dios después de la
desobediencia de Adán. Y él afirmaba que
toda la raza humana estaba bajo su
dominio.
{3 Mensajes Selectos 153.3}
30. Después de la caída del hombre, Satanás declaró
que los seres humanos habían demostrado ser
incapaces de guardar la ley de Dios, y procuró
arrastrar consigo al universo en esa creencia. Las
palabras de Satanás parecían ser verdaderas, y
Cristo vino para desenmascarar al engañador. La
Majestad del cielo se hizo cargo de la causa del
hombre y con la misma ayuda que puede obtener el
hombre resistió las tentaciones de Satanás así como
el hombre debe resistirlas.
{1 Mensagens Escolhidas 295}
31. Cristo vino al mundo a contrarrestar la falsedad de
Satanás de que Dios había hecho una ley que los
hombres no podían cumplir. Tomando la humanidad
sobre sí, vino al mundo, y mediante una vida de
obediencia mostró que Dios no había hecho una ley
que los hombres no podían cumplir. Demostró que
era perfectamente posible que los hombres
obedezcan la ley. Los que aceptan a Cristo como su
Salvador, participando de su naturaleza divina,
pueden seguir su ejemplo, viviendo en obediencia a
cada precepto de la ley…
32. Mediante los méritos de Cristo, el hombre debe
mostrar por su obediencia que será digno de
confianza cuando esté en el cielo, que no se
rebelará. Cristo poseyó la misma naturaleza
del hombre. Fue tentado en todo tal como los
hombres. El mismo poder que le ayudó a
obedecer está a las órdenes del hombre.
{A Fin de Conocerlo 291.2}
33. Vino a este mundo a obedecer la ley
como un ser humano para demostrar la
falsedad de la acusación satánica que
sostenía que el ser humano no puede
guardar la ley de Dios.
{Cristo Triunfante 281.5}
34. Satanás declaró que era imposible para los hijos e
hijas de Adán guardar la ley de Dios, y por lo tanto
acusó a Dios de falta de sabiduría y amor. Si ellos
no pudieran guardar la ley, entonces habría un
fallo con el Legislador. Los hombres que están
bajo el control de Satanás repiten esas
acusaciones contra Dios, al afirmar que los
hombres no pueden guardar la ley de Dios.
Signs of the Times, enero 16, 1896.2
35. La naturaleza pecaminosa del hombre era débil,
y él era propenso a la transgresión de los
mandamientos de Dios. El hombre no tenía el
poder de obedecer las palabras de Dios; Es por
eso que Cristo vino a nuestro mundo, para que
Él le dé poder moral…
36. Dios envió a su Hijo en la semejanza de la
carne pecaminosa para condenar el pecado en
la carne y revelar el hecho al cielo, al mundo no
caído y al mundo caído, que a través del poder
de la gracia divina, a través de la participación
de la naturaleza divina, el hombre no necesita
más quedarse bajo la maldición de la ley o
permanecer en la transgresión.
{Manuscritos Liberados Tomo 14 82.3}
37. Era imposible que el pecador guardara la ley de
Dios, que era santa, justa y buena; pero esta
imposibilidad fue eliminada por la impartición de
la justicia de Cristo al alma arrepentida y
creyente. La vida y muerte de Cristo en
beneficio del hombre pecador tuvieron el
propósito de restaurarlo al favor de Dios,
impartiéndole la justicia que satisfaría los
requerimientos de la ley y hallaría aceptación
ante el Padre. {Fe y Obras 121.3}
38. Aparte de Cristo, el hombre no puede en
espíritu y en verdad guardar siquiera uno de
los mandamientos de Dios, pero en Cristo
Jesús las reivindicaciones de la ley se cumplen
porque transforma la naturaleza del hombre
por su gracia, crea en el corazón una nueva
vida espiritual, implanta una naturaleza
santa, y los hombres desarrollan un carácter
como el de Cristo.
{Manuscritos Liberados Vol.14 86.1}
39. No necesitamos retener una sola
tendencia pecaminosa... Al participar de la
naturaleza divina, las malas tendencias,
hereditarias y cultivadas, son eliminadas
del carácter y somos convertidos en un
poder viviente para el bien.
A Fin de Conocerle 96.2}
40. Y por medio de Ezequiel había sido hecha la
promesa: “Y os daré corazón nuevo, y pondré
espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de
vuestra carne el corazón de piedra, y os daré
corazón de carne. Y pondré dentro de
vosotros mi espíritu, y haré que andéis en mis
mandamientos.”…
41. Nicodemo había leído estos pasajes con
mente anublada; pero ahora empezaba a
comprender su significado. Veía que la más
rígida obediencia a la simple letra de la ley tal
como se aplicaba a la vida externa, no podía
dar a nadie derecho a entrar en el reino de los
cielos. En la estima de los hombres, su vida
había sido justa y honorable; pero en la
presencia de Cristo, sentía que su corazón era
impuro y su vida profana.
{El Deseado de Todas las Gentes 146.1}
42. Después de la caída, había sido imposible para el
hombre con su naturaleza pecaminosa prestar
obediencia a la ley de Dios, no tuviera a Cristo,
con la oferta de su propia vida, adquirido el
derecho de elevar la raza donde podrían vivir una
vez más en armonía con los demás sus requisitos.
{Review and Herald, Septiembre 27, 1881 par. 11}
43. Dios exige en la actualidad exactamente lo
que exigió a la santa pareja en el Edén:
obediencia perfecta a sus preceptos. Su ley
permanece inmutable en todas las edades.
La gran norma de justicia presentada en el
Antiguo Testamento no es rebajada en el
Nuevo. No es la función del Evangelio
debilitar las demandas de la santa ley de
Dios, sino elevar a los hombres para que
puedan guardar sus preceptos.
{Fé e Obras 52.2}
44. Por medio de todos los artificios posibles Satanás
ha procurado invalidar la eficacia del sacrificio del
Hijo de Dios, hacer que su expiación sea inútil y
su misión un fracaso. Ha sostenido que la muerte
de Cristo hizo innecesaria la obediencia a la ley y
permitió que el pecador obtuviera, sin abandonar
el pecado, el favor de un Dios santo. HA
DECLARADO QUE LA NORMA DEL ANTIGUO
TESTAMENTO FUE REBAJADA EN EL EVANGELIO Y
QUE LOS HOMBRES PUEDEN ACUDIR A CRISTO, NO
PARA SER SALVADOS DE SUS PECADOS SINO EN SUS
PECADOS.
{Fé e Obras 93.2}
45. Más que eso, él quitó todas las excusas del
hombre caído que podrían ser una razón para
no guardar la ley de Dios. ... Este testimonio
sobre Cristo muestra claramente que Él
condenó el pecado en la carne. Nadie puede
decir que está irremediablemente sujeto a la
esclavitud del pecado y Satanás.
(Signs of the Times, Enero 16, 1896).
47. Dios ha puesto en nuestras manos un
estandarte sobre el cual está escrito: “Aquí está
la paciencia de los santos; aquí están los que
guardan los mandamientos de Dios, y la fe de
Jesús.” Apocalipsis 14:12. Este es un mensaje
distinto y separador, un mensaje que se dará en
forma certera.
{3 Joya de los Testimonios 151.2}
48. Cristo murió para hacer posible que
usted deje de pecar, y el pecado es
la transgresión de la ley.
{RH August 28, 1894, par. 4}
49. Todos aquellos que obedecem por fe
los mandamientos de Dios, alcanzaran
el estado de impecabilidad en que vivía
Adán antes de la caída.
{Maranata 232.2}
50. A Adán se le revelaron importantes
acontecimientos del futuro, desde su expulsión
del Edén hasta el diluvio y más allá, hasta la
primera venida de Cristo a la tierra; su amor
por Adán y su posteridad inducirían al Hijo de
Dios a condescender al punto de tomar la
naturaleza humana para elevar así, por medio
de su propia humillación, a todos los que
creyeran en él. Ese sacrificio sería de suficiente
valor como para salvar a todo el mundo; pero
sólo unos pocos aprovecharían la salvación
ofrecida por medio de un sacrificio tan
extraordinario….
51. La mayor parte no cumpliría las condiciones
requeridas para ser participantes de la gran
salvación de Dios. Preferirían el pecado y la
transgresión de la ley del Señor antes de
arrepentirse y obedecer, para descansar por fe
en los méritos y el sacrificio ofrecidos. Este
sacrificio era de un valor tan inmenso, como
para hacer más precioso que el oro fino, y que
el oro de Ofir, al hombre que lo aceptara.
{História da Redención 49.2}
52. Bienaventurados los que guardan sus
mandamientos, para que su potencia sea
en el árbol de la vida, y que entren por las
puertas en la ciudad. Apocalipsis 22:14,